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‘¡Hola!’Así, con un inocente saludo, recibía Laura, de 3 años, a los tres hombres vestidos de traje que esta misma mañana se presentaban en la puerta de su casa. Lo que no sabía Laura es que aquellas personas venían para desalojarla a ella, a su madre Malou y a su hermano David, de 10 años. Sobre su familia pesa una orden de desahucio desde hace meses que hoy debía hacerse efectiva. ‘Estamos esperando que llegue la comisión judicial para que le notifique el lanzamiento a Malou’, aseguraba esta misma mañana Lidia Falcón, abogada de la familia.

De Dinamarca a España

Malou Malokhat Tashpultova, traductora y educadora social de origen danés, llegó a nuestro país hace más de 5 años. Aquí se enamoró y se casó con Josep S.L., padre de Laura. Un matrimonio que comenzó como cualquier historia de amor pero que tras el nacimiento de su hija en común se convirtió en una auténtica pesadilla llena de malos tratos. Después de sufrir violencia de género durante tres años e interponer varias denuncias, Tashpultova consiguió que condenasen a su marido por maltrato. ‘El juez le ha impuesto una orden de alejamiento, pero vive en la misma calle a cuatro portales de donde viven Malou y los niños’, asegura su abogada. Malou decide entonces separarse de su marido consiguiendo la guardia y custodia de sus hijos, además ‘el Juzgado de Familia dicta un acto dando uso de la vivienda conyugal a favor de Malou y los niños’ aclara Lidia Falcón. Pese a todo ello Tashpultova asegura que su ex pareja y la familia de este le ‘hacían la vida imposible. No podía dormir y estaba desconcertada’, motivo por el que alega haber perdido su trabajo como traductora.

De aquí para allá

altEn 2008, ante el acoso de su ex marido, esta madre danesa decide refugiarse en una casa de acogida con tan mala suerte de que esta eche el cierre a los dos meses. Durante un tiempo Malou y sus hijos vagan de hostal en hostal hasta que un día Tashpultova decide ponerse en contacto con su ex suegra para pedirle que le permita acceder al piso y recoger algunas de sus cosas. Para su sorpresa, cuando regresa a la que había sido su casa, la madre de su ex pareja comienza a lanzarle sus pertenencias por el balcón. Una situación que la lleva a ponerse en contacto con el Juzgado de Guardia desde donde le recomiendan que no abandone el piso ya que tiene derecho a quedarse en él según la sentencia de separación.

Demandada por su ex suegra

La historia podría haber terminado aquí de no ser que el piso en el que vivía el matrimonio no era de su propiedad, sino que estaba a nombre de la madre de él, la cual decidió interponer una demanda de desahucio por precario. Una vez impuesta una sentencia firme de desalojo es cuando Tashpultova busca una abogada: Lidia Falcón. ‘Cuando Malou llega a mi despacho ya tiene una sentencia firme de desahucio, por eso no hemos podido apelar; aunque sí que llevamos más de 8 meses recurriendo’, asegura Falcón, que prosigue diciendo: ‘Desde el punto de vista legal esto es un horror: primero porque hay una sentencia del juzgado que le da el uso del piso a los niños y a la madre, que tiene la custodia. Y además, cuando se le alega al juez la protección de la familia y los menores que establece el Artículo 39 de la Constitución este dice que la Constitución no es aplicable a la jurisdicción ordinaria. Es decir, que tenemos una Constitución que para la vida cotidiana de la gente no sirve para nada.’ Tashpultova, por su parte, asegura que la familia de su ex pareja no tiene ninguna necesidad económica y que reclaman la vivienda ‘sólo por fastidiar’. Malou ha pensado en varias ocasiones en regresar a Dinamarca pero Falcó nos aclara que ‘ella es libre de irse a Dinamarca pero la niña pequeña es de nacionalidad española y el padre tiene un régimen de visitas establecido por lo que tendría que regresar a España una vez a la semana. Malou está atrapada.’

Hoy es el día

altLa fecha estaba marcada: 20 de julio de 2010, día del desahucio. Malou, la madre de esta venida desde Dinamarca, su abogada y sus hijos esperaban la llamada a la puerta de la comisión judicial. Pero no estaban solos, varios amigos, entre ellos miembros del partido político Todos Somos Iguales ( Partido GLBTH/TSI), mostraban su apoyo a la familia acompañándolos en este momento. ‘Si realmente viene la policía les acogeremos donde sea. Si es necesario nos los llevamos a casa’, aseguraba Teresa Frances, vice-secretaria del Partido GLBTH/TSI. Durante la espera los comentarios iban y venían. Había quien afirmaba que se trata de ‘un clarísimo caso de venganza por parte del marido y de su suegra.’ o que ‘esto es una injusticia social contra las mujeres.’ Por su parte, Tashpultova declaraba que ‘en Dinamarca esto nunca pasaría porque la humanidad y seguridad social nunca te dejaría en la calle.’ Sin embargo, la sentencia es clara y la procuradora, el secretario judicial y el abogado de la parte contraria se presentaban alrededor de las 11:30 de la mañana en el piso. Para grata sorpresa de los allí presentes y en razón de las necesidades sociales (ya que hay dos menores a los que proteger), el secretario ha propuesto a la familia una suspensión del desahucio. Un período, de dos o tres meses, que Malou Malokhat Tashpultova deberá aprovechar para buscar empleo y una vivienda para su familia.

 

 

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