La jornada histórica y de concordia independentista del 9 de noviembre en el Parlament no ha tenido continuidad hoy día 10. La CUP había puesto de manifiesto su rechazo a la investidura de Mas ya desde la pasada campaña electoral de septiembre y hoy ha confirmado su ideario votando en contra de su candidatura a President.
El próximo jueves Artur Mas tendrá una nueva oportunidad y, con toda probabilidad, conseguirá su reelección como presidente de la Generalitat en votación por mayoría simple.
Más de seis horas de debate en una segunda sesión plenaria de investidura que no ha hecho posible variar la intención de voto anunciada por cada una de las fuerzas políticas catalanas.
La ronda de intervenciones comenzó por Inés Arrimadas, de C’s, cuya defensa del No se centró en un ataque continuado a Artur Mas por su reticencia a hablar de corrupción en sus parlamentos y por su afán de crear división en España. Proseguía así con los mismos argumentos que utilizó ayer para criticar la resolución de inicio del proceso soberanista.
De este modo, la líder de la oposición, catalogó al presidenciable como «falto de credibilidad» y vinculó su pro-independentismo reciente con un intentó por desviar la atención de los problemas de corrupción que sufre su partido. Criticó también la necesaria colaboración de CiU en el Congreso para que se aprobasen las reformas impulsadas por el PP, que ahora tan duramente rebaten. Arrimadas llegó a acusar a Mas de mentiroso.
Por último, ha instado al candidato a plantearse seriamente su candidatura, dado que de los 62 diputados logrados por Junts pel Sí, «les corresponden 30 o 35 escaños« y su gestión al frente de la Generalitat ha «aumentado la deuda en un 90%. Han venido las joyas de la corona, las empresas rentables mientras hacían recortes«.
La líder de C’s no ha querido acabar su intervención sin lanzar un postrero dardo a Mas, al que le ha solicitado que deje de «estar viviendo en el victimismo« y que deje de utilizar en beneficio propio «el sentimiento legítimo de independentistas que están creyendo en su presidente«.
En su turno de réplica, Mas ha apuntado el incremento de problemas que ha sufrido él y su formación con la Fiscalía desde que se implicaron aún más a fondo en conseguir la independencia catalana, en un intento de justificar como persecución los recientes y constantes casos de corrupción destapados.
Aún así, ha hecho hincapié en el mantenimiento de diputados con respecto al 2012, «en que éramos CiU y ahora otra coalición«, lo que supone una diferencia de dos veces y media entre la primera y segunda fuerza de la cámara.
Por último ha querido destacar que la resolución presentada el 9 de noviembre no incluye una Declaración Unilateral de Independencia, que es, a todas luces ilegal, tal y como pretende insinuar C’s, sino que es el principio de un «proceso que llevara a un referéndum sobre una constitución catalana«.
La contrarréplica de Arrimadas se ha centrado en tonterías personales que no han aportado nada al debate, salvo dos preguntas insidiosas: «¿Por qué sus casos de corrupción no habían aparecido antes? ¿Ha habido algún acuerdo con otros partidos?».
A continuación, Miquel Iceta tomó la palabra, como primer secretario del PSC, tercera fuerza más votada de la cámara.
Su intervención se ha centrado en afirmar que, pese a todo lo aportado a Catalunya, el momento político de Mas ha pasado. “Su candidatura no permite al país avanzar en el sentido que necesita«, ha recalcado, rematando con un clarificador “No a la independencia, no a la ilegalidad y no a usted como presidente de la Generalitat”.
Iceta, igual que en la anterior sesión, ha apostado por incluir Catalunya dentro de España, mediante la negociación entre las partes. Y es por esto que el PSC ha defendido el rechazo a la investidura de Artur Mas, cuya «candidatura no permite al país avanzar en el sentido que necesita”, pues “la mayoría les habilita para gobernar, pero no para perseguir la independencia exprés”.
El líder socialista Ha finalizado su speech lamentado que los argumentos de Mas hayan ido sólo en la línea de convencer a los diputados de la CUP para su investidura, mostrando, a su entender, que «está dispuesto a aceptar lo que sea para seguir siendo presidente”.
Lluïs Rabell se decidió esta vez a tomar la palabra de Catalunya sí que es Pot y ha cargado contra el nuevo espíritu independentista y el fulgurante giro a la izquierda de las declaraciones de Mas, considerándolo una «artimaña« para conseguir su investidura con el respaldo de la CUP. A su juicio, tras Junts pel Sí sólo se esconden «políticas neoliberales, privatizaciones y recortes«, como demuestran «los cinco años de gobiernos de Convergència« y el afán independentista sólo sirve para «envolver el daño que ha provocado la crisis en las capas más vulnerables de la población» y su «incapacidad« para dar una respuesta a la«emergencia social que vive Catalunya«.
Rabell también se ha referido a la «política especulativa y de casino» que ha seguido el Govern en estos cinco años en que se ha apostado por el Barcelona World.
Finalmente, el líder de la coalición izquierdista ha vuelto a remarcar la necesidad imperiosa de iniciar el proceso de soberanía mediante la convocatoria de un referéndum vinculante que permita a los catalanes posicionarse.
Para responder a Rabell, Mas ha recurrido a que Catalunya «tiene las manos atadas« frente a las medidas de austeridad impuestas por el gobierno central, que, incluso ha recurrido ante el Tribunal Constitucional los nuevos impuestos creados por la Generalitat para paliar las tasas pobreza registradas. Para el candidato, Catalunya sufre un «maltrato« financiero en España. Algo que sólo se arreglará si se produce la ruptura y Catalunya se convierte en un estado independiente.
Xavier García Albiolha defendido el no del PP de la forma más tosca y agresiva que ha podido, encontrando la misma sequedad por parte de Artur Mas.
Su intervención ha ido del insulto directo hacia Mas, al que ha catalogado de «mentiroso«, «débil«, «sumiso«, y de «generar odio a España«, a las críticas hiperbólicas a la CUP, formación que ha tildado de «un partido radical, antisistema, estrafalario e inasumible«.
Tampoco ha dejado escapar la oportunidad de descartar cualquier tipo de persecución policial a CDC por su deriva independentista, argumentando que «la policía no persigue a no sé quién, se dedica a perseguir a quienes delinquen«.
Para el secretario del PP, Artur Mas «quiere iniciar un proceso hacia una aventura rupturista que no tiene el apoyo de la mayoría de los catalanes«, Y, aún así, ha tendido la Mas la mano para buscar alternativas.
Mas ha aprovechado su tiempo de réplica (en este caso más de cuarenta minutos) para defender a la CUP y cargar contra el gobierno central.
Así, para el presidente en funciones, «con la CUP hay algo con lo que podemos coincidir seguro: un mandato democrático obtenido en las urnas«. «¿Si estas dos formaciones tienen mayoría absoluta, qué tenemos que hacer?» ha apostillado.
Mas ha acusado, a su vez, al gobierno de Madrid de sembrar «la discordia porque eso les hacía ganar votos«, poniendo como ejemplos las negaciones del pacto fiscal o del Estatut de 2006.
Albiol ha utilizado su derecho a contrarréplica para defender la gestión del gobierno de Mariano Rajoy, recibiendo calurosos aplausos de los integrantes de la CUP al finalizar su segunda intervención, en agradecimiento a sus palabras y halagos hacia su formación.
La última intervención ha corrido a cargo de Antonio Baños, líder de la CUP, que ha presentado a Raül Romeva como alternativa a Artur Mas, para que junts pel Sí obtenga su apoyo de investidura que permita formar gobierno.
Baños ha centrado su negativa a la investidura de Mas en tres aspectos: las medidas liberales ejecutadas por su ejecutivo desde 2010, con «privatizaciones que ni la crisis ni las órdenes foráneas las explican«; la corrupción que envuelve a CDC, dónde «la corrupción es el biorritmo de las instituciones del régimen, es el sistema y la norma«; y la indeterminación en su discurso de apertura del debate de investidura en que no quedaba claro si hablaba de Catalunya como estado autonómico o independiente.
Aún así, el número 1 de la CUP ha reconocido el valor de Mas a la hora de «atender el clamor de la ciudadanía« en la cuestión independentista y ha afirmado que Mas «tiene la mano tendida, pero no tiene nuestro voto incondicional«.
Mas ha utilizado su derecho de réplica para recalcar que el margen de autonomía financiera de Catalunya es «muy poco, por lo que no mandamos sobre nuestros recursos«. De este modo, ha pretendido justificar las políticas de recortes implementadas por su gobierno, encaminadas, según el presidenciable, a disminuir los recortes que «obligaban hacer desde fuera«.
Artur Mas ha finalizado el último discurso del día emplazando a la CUP a replantear su voto para el jueves.
La jornada ha finalizado con la votación reglamentaria por llamamiento, que ha dado el resultado esperado, emplazando a diputados y, por extensión, a los ciudadanos catalanes, al segundo debate del próximo jueves, en que Artur Mas conseguirá ser investido por mayoría simple, pero tendrá ante sí una legislatura muy complicada para abordar en minoría.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.