SOS Costa Brava ha alertado de reiterados incumplimientos de la ley de costas en la zona a causa de la «masificación de embarcaciones» que sufren las calas, y ha advertido del peligro que suponen tanto para bañistas como para el fondo marino. En un comunicado, la entidad lamenta que «centenares de embarcaciones saturan cada fin de semana algunas de las calas más emblemáticas de la Costa Brava», fondeando «en masa» y concentradas «en nuestros mejores espacios naturales». De hecho, se han llegado a contabilizar hasta 150 embarcaciones a la vez en una sola cala.

Este fondeo masivo destaca la entidad, tiene un fuerte impacto negativo sobre el ecosistema marino, el cual «recae especialmente sobre la Posidonia oceánica», una especie protegida internacionalmente por su importancia y que sufre una importante degradación hasta el punto de que, en determinadas zonas de la costa, «se han perdido más del 50% de las praderías submarinas».

«Las imágenes subacuáticas de calas como El Golfet, Cala Pedrosa o la Bahía de Palamós evidencian los efectos devastadores de las anclas y las cadenas sobre las praderías, con una recuperación que será lenta y compleja», destaca SOS Costa Brava, que exige normativas y medidas efectivas para proteger «estos frágiles ecosistemas».

En este sentido, la entidad advierte que «la desprotección es tan grande, que las praderías no están señalizadas, ni siquiera se puede sancionar a quienes fondean encima o las estropean». Por eso, pide aplicar sanciones «independientemente de si hay afectación directa sobre las praderías, como ya se hace en Menorca», y también «incrementar los recursos económicos y humanos destinados al control y la regeneración» del fondo marino.

Ley de costas

SOS Costa Brava recuerda que la ley de costas establece que «las embarcaciones no pueden cruzar el límite de boyas amarillas que marcan la zona reservada para bañistas» y que, «cuando no hay boyas, tienen que mantener una distancia mínima de 200 metros de las playas de arena y 50 metros de las zonas rocosas». Estas normas, sin embargo, «a menudo se incumplen», lamenta la entidad, y las embarcaciones «ocupan más espacio del permitido», «molestan a los bañistas» y «estropean el fondo marino».

«En medio de la peor crisis climática y de pérdida de la biodiversidad de la historia de la humanidad, no nos podemos permitir otra temporada de degradación y pérdida de nuestro mejor aliado en la lucha contra el cambio climático», concluye SOS Costa Brava.

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