En España, más de tres millones y medio de personas sufren algún tipo de discapacidad. La Ley de Integración Social de los Minusválidos, LISMI, establece que todas las empresas, tanto públicas como privadas, con una plantilla superior a 50 empleados tienen la obligación de contratar a un número de trabajadores con discapacidad no inferior al 2%. Queda mucho camino por recorrer para llegar al concepto tan utópico de igualdad. Fundaciones como la de Seeliger y Conde luchan día a día para convertir ese término en una realidad, para que personas con diversidad funcional estén totalmente integradas y cómodas en su lugar de trabajo con un modelo de integración laboral de personas con discapacidad. Con esa meta, la fundación ha creado el primer Certificado de Excelencia en Diversidad de Europa, un programa con una serie de directrices que permitirán a toda empresa lidiar adecuadamente con el tema de la diversidad. Ramon Giró, director de la fundación, nos detalla el sentido y la finalidad del modelo de integración laboral de personas con discapacidad.

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¿En qué consiste exactamente este primer Modelo EDC de Excelencia en Diversidad que habéis impulsado para la integración laboral de personas con discapacidad?

Es una herramienta de gestión del tema de la discapacidad para empresas que les permite certificarse como excelentes en diversidad e ir mejorando progresivamente en este campo. Se basa en aconsejar y ayudar a la empresa a aplicar medidas concretas. Va más allá del simple cumplimiento de la ley. Busca esa excelencia, esa mejora continua por parte de la empresa, esa implantación de prácticas y políticas de excelencia.

A grandes rasgos y aplicándolo a cualquier empresa, ¿cuáles serían las fases de actuación que propone el Modelo de integración laboral de personas con discapacidad?

Primero hacemos un análisis previo de la empresa en el que determinamos su situación actual. Vemos en qué punto se encuentra y si se podría realmente certificar como excelente. En caso de que no sea posible, ayudamos a la empresa a llegar a esos mínimos que marca la certificación a través de una consultoría y de la implantación de medidas. En caso de que veamos que la empresa sí puede y quiere certificarse, hacemos una auditoría en la que se analiza completamente desde cuatro parámetros básicos: si cumple con la ley para la inserción de personas con discapacidad, si está comprometida, si sigue las recomendaciones y aplica las medidas de accesibilidad y, finalmente, miramos como esos asuntos se traducen en políticas y prácticas específicas por departamento. Es un análisis muy profundo de la empresa. Permite tener la herramienta para trabajar posteriormente y aplicar todas las medidas correctoras.

Entonces aconsejáis a la empresa sobre lo que tiene que cambiar y ayudáis a mejorar lo que hace bien para conseguir así el Certificado de Excelencia, ¿no?

Sí. En la misma auditoría ya se dan todas las recomendaciones sobre lo que hemos analizado y la empresa a partir de ahí puede trabajar en la integración laboral de personas con discapacidad.

¿Qué ha de hacer una empresa que quiera aplicar el Modelo de integración laboral de personas con discapacidad?

Se dirige a nosotros y entonces tenemos una reunión con sus miembros en la que nos conocemos y vemos su situación. A partir de ahí, establecemos un plan de trabajo, por medio de una consultoría o ya directamente de una auditoría. Acompañamos a la empresa en todo el proceso. Hacemos trajes a medida. Cada empresa es un mundo. Esa auditoría nos permite trabajar específicamente en toda la problemática de la empresa o en las partes que tiene que mejorar.

¿Quiénes se encargan de poner en práctica el Modelo?

Cuando se creó este Modelo de integración laboral de personas con discapacidad se procuró buscar expertos en todas las materias en las que estábamos trabajando. Por lo tanto, hay auditores, expertos en el tema de accesibilidad, en el laboral, en el de empresa… se ha creado un grupo muy amplio. Hay muy buen nivel y un gran conocimiento de la temática.

Sois una fundación sin ánimo de lucro, pero ¿hay algún coste para la empresa?

Sí. Somos una fundación sin ánimo de lucro pero sin voluntad de pérdida. El Modelo tiene un coste, porque la fundación tiene unos fondos pero no suficientes para ofrecer el Modelo gratuitamente. El nivel profesional es muy alto y por lo tanto supone unos gastos. Lo que sí hemos hecho es ajustar al máximo para que el modelo sea asequible para la empresa. Y realmente no es un coste, es una inversión. Le permitirá gestionar mejor la diversidad y le abrirá las puertas a nuevos mercados. La empresa dejará de tener que pagar sanciones… es una inversión con retorno, no sólo social ni de gestión sino también económico.

¿El Modelo va dirigido a cualquier tipo de empresa?

Sí. Realmente es un modelo que se ajusta a cualquier tipo de empresa que tenga la voluntad de incorporar estas mejoras de gestión de la diversidad. Es totalmente adaptable.

alt¿Creéis que las empresas están realmente concienciadas de la importancia de integrar correctamente a las personas discapacitadas o lo que buscan es más bien el Certificado de Excelencia en Diversidad para mantener limpia su imagen y realizar una acción de responsabilidad social corporativa?

No, realmente es al revés. Si hubiéramos querido crear un modelo de limpiar imagen habríamos creado una certificación muy sencilla con tan sólo un par de parámetros: cumples con la ley y ya tienes el certificado. Va en otro sentido, hemos creado una herramienta que sí que te da una certificación, pero la empresa lo que realmente valora es el modelo para trabajar, porque muchas veces se encuentra con que no sabe cómo tiene que gestionar el tema de la diversidad y tú le estás dando un plan de trabajo. Una ruta para ir mejorando. Además la certificación es dinámica, consta de tres niveles, porque buscamos la mejora continua. No es una certificación y cuando la tienes ya está. Realmente la empresa se interesa por actuar correctamente en este sentido.

Es el primer Modelo en toda Europa. ¿Creéis que actualmente la sociedad hace todos los esfuerzos posibles para la integración de las personas con alguna discapacidad?

Queda mucho camino por recorrer, muchísimo. La sociedad y las empresas parten de un desconocimiento inmenso. A veces estás hablando con compañeros sobre el tema de discapacidad y piensas: “Ostras parece que esté hablando del rinoceronte de Tasmania”.

A nivel europeo estamos a la cola en cuanto a integración de personas con discapacidad en la empresa. Otros países tienen porcentajes mucho más altos. Nosotros tenemos un 2% de integración mientras países como Alemania tienen un 6%. Se tendrían que fomentar mucho más las políticas de mejora.

¿Deberían las autoridades hacer más hincapié?

Sí. Aunque aquí lo que hemos hecho con el Modelo es lo contrario, no buscar que el gobierno y las autoridades presionen sino que sea la propia empresa la que voluntariamente diga: “No, no, nosotros queremos ir más allá de lo que obliga la ley, queremos mejorar progresivamente, coger el protagonismo en este tema”. Es un cambio de mentalidad total, es la empresa que apuesta por este tema porque cree en él y porque le va a beneficiar. A ella y a la sociedad.

El Modelo está centrado en la discapacidad, pero la palabra diversidad también va ligada a otros conceptos como el de origen o cultura. Más adelante, ¿el Modelo podría centrarse también en estos elementos?

Este Modelo concretamente está basado en discapacidad pero está abierto a cambios. Cuando lo creamos lo hicimos con esta idea. Diversidad es un concepto amplio que implica la discapacidad, pero en un futuro podría incluir medidas para ayudar a gente con riesgo de exclusión.

¿Estáis satisfechos con la acogida del Modelo?

Sí, realmente estamos muy satisfechos. Está teniendo éxito a pesar de que es bastante reciente. Lo lanzamos en Junio y la acogida ha sido muy  buena. Y eso que no hemos hecho un llamamiento masivo. Hemos ido a empresas muy concretas, una presentación modesta. Es como hemos querido empezar. Poco a poco ya lo extenderemos. Ya tenemos varias empresas en las que estamos implantando el Modelo y se van cerrando tratos. Es bastante sorprendente por la situación económica que hay, pero es lo que te comentaba, seguramente porque la empresa no lo ve como un gasto sino como una inversión.

Otros países se han interesado por el Modelo. Exportarlo es una idea que tenemos en mente. De momento, empezamos en España y más adelante ya iremos implantándolo en otros países si vemos que sigue habiendo un interés.

Fundación Seeliger y Conde: http://www.fundacionsyc.org/

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