La estrella del firmamento neoliberal argentino, Javier Milei, se habría convertido en el vivo reflejo de la incongruencia trumpista y habría conseguido suplir su bisoñez en la gestión pública con el impacto mediático de sus intervenciones públicas. Asimismo, Milei sería una «rara avis» política que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional mediante el uso corrosivo de redes sociales como X, cuyo eco mediático se ve amplificado mediante el uso de miles de bots.

Así, según un hilo abierto en la red X por Julián Macías Tovar, «la base de la propaganda de Milei es la mentira y el odio ampliado artificialmente. Para lograrlo, en la red X o Twitter, tiene cientos de cuentas verificadas que difaman y reciben retuits de miles de bots e incluso las retuitean ellos mismos», de lo que sería paradigma el #Sánchezvigilaatuesposa, lanzado por el equipo de Milei y que el mismo habría retuiteado 57 veces.

El ideario de Milei tendría la paternidad del anterior asesor de Trump, Steve Bannon, quien les transmitió los puntos esenciales del ideario populista: mensajes cortos y xenófobos en las redes sociales, culto al líder y utilización de las fake news para sumir a la población en la duda existencial. Asimismo, Milei sería portador de un peligroso virus político que podría arrasar con los principios de la democracia argentina al poseer un ADN dotado de la triple enzima DXH (dictadura banda, xenofobia y heteropatriarcalidad) y cuyo primer efecto visible fue el finiquito de lo «políticamente correcto».

El triunfo de Milei por mayoría absoluta sería la consagración de la próxima irrupción en el escenario político occidental de una ola autocrática siguiendo los nuevos dictados de las élites dominantes. La autocracia sería una forma de Gobierno ejercida por una sola persona con un poder absoluto e ilimitado, lo que confirma el aforismo de Lord Acton «El Poder tiende a corromper y el Poder absoluto, corrompe absolutamente».

La autocracia sería, pues, una especie de dictadura invisible sustentada en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas y culto al líder) basadas en el control absoluto de los medios de comunicación, la censura y el desprestigio social de los individuos refractarios al mensaje del líder. De ello sería paradigma el primer ministro Viktor Orbán que habría convertido a Hungría en la primera autocracia europea o «democracia no liberal», doctrina que sería el referente de todos los grupos de ideología populista, muchos de los cuales en el horizonte de la próxima década intentarán alcanzar el Poder como Milei.

Sin embargo, si un determinado número de personas (Masa Crítica), alcanza una conciencia más elevada y es capaz de realizar un salto evolutivo y lograr un cambio de mentalidad en la sociedad, se consigue romper la dilatación extrema del marco de la ventana de Overton implementado por seudoautócratas como Milei. Dicho proceso desemboca en la reinstauración del anterior marco de la ventana consensuada por la inmensa mayoría de la población y la condena al ostracismo político del aspirante a autócrata tras ser derrotado en las urnas.

Articulista en Revista Rambla | Otros artículos del autor

Nacido en Navarra en 1957. Escribe análisis sobre temas económicos y geopolíticos. Es miembro de Attac-Navarra. Colabora habitualmente en varios medios digitales e impresos españoles y latinoamericanos.

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