Los que peinan canas recordaran, allá por los sesenta/setenta, la frase anterior como forma de obtener algún durillo que otro para la economía familiar, retornando los envases de cristal en las bodegas.
Cuando escuché al comercial que atendía la venta en la Tienda Duty Free del Aeropuerto Múnich, indicándome: ¡Vuelva de nuevo con el envase y el tique compra, y le reintegraremos 0,25 cts.!, me trasladó al pasado, permaneciendo algunos segundos intentando captar el mensaje, y ahora les explico.
Hace unos días anduve por Baviera, visitando algunas ciudades, interesado en la figura de D. Juan de Austria; Sacro Imperio y surgimiento de la Iglesia Luterana.
Ya he visitado varias veces Alemania desde 1980, y me sigue admirando un País que ha perdido dos guerras mundiales y continúa siendo “locomotora” de Europa.
Su alto nivel de vida puede medirse, entre otros aspectos, por sus desmesurados precios para nuestros bolsillos, salarios, etc. junto a la política de puertas abiertas a la migración comenzada por Merkel.
Prácticamente, ha desaparecido de la circulación la moneda de un Euro, y sólo circulan las de dos, cuando aquí aún manejamos los céntimos en todos sus valores, y no se trata en absoluto de nada peyorativo a mi país.
Pero lo real de la presente Columna, no hay que buscarlo en que el precio de una botella de litro de agua mineral supere los 4 euros, (nivel de vida), ni tampoco, que por razones de seguridad la sed haya que apagarla en la Tienda del “Duty Free” del Aeropuerto, no siempre las mismas libres de impuestos, ni tampoco de beneficios.
Me parece bien la transparencia explícita en el desglose de una factura, basado en que en el país Teutón rige el sistema de “devolución de envases de plásticos o cascos de botella” lo cual les permite recuperar según VERDE Y AZUL, el 98.5% de los envases para su reutilización, mientras que, en España, la utilización de ambos contenedores (vidrio y plástico), permite dicha selectividad, recuperar únicamente el 30%.
Eso sí, al viajero se le permite, cuando regrese a Alemania, devolverlo, bajo promesa por escrito, de reintegrarle el depósito de 0,25 cts. pagado, siempre que conserve el tique de compra.
Es una práctica denominada SDDR (sistema de depósito, devolución y retorno) destinado a reducir residuos, aumentar tasas de recogidas y reciclaje, devolviendo dinero al usuario.
Ya existen trece países europeos adheridos a este sistema gestionado por operadores privados sin ánimo de lucro, siendo Malta la última incorporación, según asevera “RESIDUOS PROFESIONAL”.
Al pensamiento final del viajero, le queda un poco la sensación de “pagafantas” ante tanto distanciamiento y alguna legislación medioambiental propia fallida que otra y, sobre todo, que se nos obliga bajo sanción, si no cumplimos con las normas actuales, las cuales como en el presente caso, podrían resultar beneficiosas al paso que vamos.
¿Habrá que esperar a concienciarnos en el reciclaje hasta que nos toquen más el bolsillo?
Doctor en Derecho por la U.C.M. (Cum Laude). Licenciado en Derecho. Licenciado en Ciencias Políticas. Caballero de Mérito de la Real Orden (Noruega).