El próximo 24 de junio se cumplirá el segundo aniversario de la masacre en la valla de Melilla. Dos años de preguntas y de investigaciones oficiales de las autoridades marroquíes y españolas con escasas respuestas. Sólo algunas investigaciones independientes tratan de arrojar luz sobre esta tragedia, que parece tener poco de accidental. Como la que acaban de presentar (tras más de un año de trabajo) Irídia –Centro para la Defensa de los Derechos Humanos–, Border Forensics y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), con la colaboración del Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR por sus siglas en inglés).

Ese día, rememoran en el informe, unas 2.000 personas migrantes intentaron cruzar la valla fronteriza que separa la ciudad marroquí de Nador del enclave de Melilla, bajo soberanía española. “La violenta represión ejercida contra ellas por las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas convirtió el puesto fronterizo del Barrio Chino en una trampa mortal. Las imágenes resultantes de personas migrantes, vivas y muertas, apiladas unas encima de otras, dieron la vuelta al mundo”, apuntan.

Si bien las autoridades marroquíes reconocieron que se produjeron 23 muertes durante aquella jornada, «de acuerdo con las estimaciones de la AMDH hubo al menos 27 personas asesinadas, y más de 70 continúan desaparecidas en la actualidad», manifiestan en el estudio.

Una trampa mortal en la Valla de Melilla

La contrainvestigación, denominada La trampa de la frontera entre Nador y Melilla, “se apoya en métodos vanguardistas de análisis visual, espacial, y estadístico”, explican los autores. Estos señalan que, “al contrastar numerosos elementos de prueba, en particular los testimonios de los supervivientes, recogidos en Marruecos y España, así como documentos oficiales e imágenes y vídeos captados por distintos actores, y ubicarlos en el tiempo y en el espacio”, han cartografiado las distintas etapas de lo sucedido el 24 de junio de 2022.

La reconstrucción sistemática de los hechos acaecidos en la valla de Melilla, añaden en el informe, “proporciona nuevas pruebas sobre las responsabilidades de las autoridades marroquíes y españolas y permite refutar sus versiones sobre lo ocurrido, que inicialmente las eximían de cualquier responsabilidad al respecto”.

El análisis “revela que los hechos respondieron a una verdadera estrategia de las autoridades, de tal manera que las fuerzas de seguridad marroquíes permitieron deliberadamente que las personas migrantes se acercaran a la frontera y, una vez allí, las dirigieron, a través de la amenaza de la represión, hacia el puesto fronterizo del Barrio Chino. Canalizadas hacia el interior del puesto fronterizo desde el que intentarían cruzar la frontera hacia Melilla, las personas migrantes fueron, en primer lugar, atacadas desde todos los flancos con material antidisturbios por las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas”.

En el estudio agregan que “el empleo intensivo de gas en un espacio confinado, y el clima de pánico resultante, produjeron sin duda las primeras muertes durante la masacre. Luego vinieron las palizas, perpetradas principalmente por las fuerzas marroquíes, que afectaron tanto a las personas que permanecieron dentro del puesto fronterizo como a aquellas que trataron de abandonarlo y sufrieron devoluciones en caliente por las fuerzas españolas y marroquíes”.

Todas las muertes se produjeron en territorio español

Fue en esta segunda etapa de la represión, destacan, “que se prolongó durante varias horas, cuando se produjeron la mayoría de las muertes. Sin embargo, todavía no se ha hecho pública ninguna imagen de esta fase de los acontecimientos. No obstante, si bien carecemos de imágenes que documenten este estallido de violencia, lo hemos podido recrear a través de los testimonios de los supervivientes”.

La investigación “revela que los agentes de seguridad españoles perpetraron numerosos actos de violencia y abusos contra las personas migrantes que interceptaron en su intento de entrar en Melilla, en particular sometiéndolas a un trato inhumano y degradante. Además, al enviar a las personas migrantes de vuelta a Marruecos, a pesar de saber que una vez allí las someterían a una violencia extrema, los agentes españoles contribuyeron a esta violencia”, resaltan.

Por último, demuestran que, “si bien la mayoría de las muertes ocurrieron mientras las personas migrantes estaban bajo el control de los agentes marroquíes, todas ellas se produjeron en territorio español”.

Además de con supervivientes, los autores de la investigación afirman que han realizado entrevistas con otros actores en la frontera, incluidos agentes de la Guardia Civil, personal del hospital, vecinos del Barrio Chino o incluso el embajador de Sudán en España. Y lo han intentado con otros que han declinado su participación, como, por ejemplo, la Delegación del Gobierno en Melilla, la Fiscalía General del Estado o el Ministerio del Interior.

El análisis de las imágenes

Para realizar esta contrainvestigación sobre la masacre de la valla de Melilla, aseveran que ha sido clave el análisis de numerosas imágenes de vídeo y fotografías. La mayoría de ellas, recopiladas por Lighthouse Reports y compartidas con los autores del informe.

Por un lado, la Fiscalía española apunta en su informe que las autoridades españolas grabaron los hechos durante todo el día, pero Lighthouse Reports únicamente tuvo acceso a dos secuencias que comprenden un total de 10 minutos.

También existen unas imágenes que, aunque no hay confirmación al respecto, los autores señalan que, con toda probabilidad, fueron captadas por los agentes de las fuerzas de seguridad marroquíes. Éstas se difundieron de forma anónima a través de los medios de comunicación próximos a las autoridades en los días posteriores a la masacre.

Asimismo, han analizado lo grabado por periodistas españoles como Javier Angosto y Javier Bernardo, que “documentaron las palizas propinadas a las personas migrantes por los agentes españoles y marroquíes en varias secuencias de vídeo que incluían metadatos y fueron grabadas desde el lado español de la frontera”. Las imágenes agregan, “también documentan como los agentes españoles colaboraron con los de Marruecos para deportar a los interceptados”.

valla de melilla
Recreación en 3D que, según los autores del informe, demuestra que los policías podían ver lo que pasaba al otro lado (el patio donde estaba tirada la gente medio muerta). IRÍDIA/BORDER FORENSICS/AMDH.

Imágenes de periodistas marroquíes, activistas y por satélite

Y añaden lo aportado por un periodista marroquí que grabó con su teléfono móvil 28 minutos de imágenes que fueron emitidas en tiempo real a través de la página de Facebook de ArdBladi Press, “y que muestra la gran cantidad de cuerpos apilados en el patio del puesto fronterizo del Barrio Chino, controlado por Marruecos, y en la calle colindante”.

La contrainvestigación sobre lo sucedido ese 24 de junio de 2022 en la valla de Melilla se completa con los vídeos publicados por activistas de derechos humanos de la delegación de Nador de la AMDH. Éstas “documentan el trato brutal de las personas migrantes por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes, los numerosos heridos –muchos de ellos cubiertos de sangre– y la montaña de cuerpos de personas migrantes, vivas o muertas”.

En el informe advierten de que han censurado algunas partes de las mismas con el objetivo de proteger la identidad y la dignidad de las víctimas.

Por último, accedieron a imágenes por satélite tomadas hacia el final de la fase más intensa de la masacre, que “revelan la magnitud de la fuerza militar desplegada para reprimir el intento de cruce fronterizo”.


Fuente original: https://www.lamarea.com/2024/06/18/una-nueva-investigacion-sobre-la-masacre-de-la-valla-de-melilla-destaca-la-responsabilidad-de-las-autoridades-marroquies-y-espanolas/

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