Imagina que despiertas la noche de Halloween vestido como basurero municipal al que la nueva jornada depara una enorme sorpresa. Las truculencias del destino te llevaron a recoger la basura en el barrio donde se ubicaba el Banco de España. Allí, entre los deshechos de la clase dirigente, encontraste un extraño libro que te llamó mucho la atención. Se trataba de una especie de instrucciones para montar algo. En efecto, era para montar una estructura o una suerte de andamio con el que detener la economía global. En sus primeras páginas estaban los elementos que integraban la estructura:

  1. Bancos Centrales
  2. Bancos Comerciales
  3. Presupuestos y Fiscalidad de los Estados
  4. Beneficios Empresas Privadas
  5. Mercado Materias Primas
  6. Cambio de Divisas
  7. Sueldo de los Funcionarios
  8. Pensiones
  9. Prestaciones Sociales
  10. Salarios de los Trabajadores

RESUMEN:

Para detener la economía hay que parar la creación de dinero. Hay dos maneras de afrontar la situación: se puede intentar un aterrizaje suave, subiendo los tipos poco a poco, o bien se pueden afrontar las consecuencias de subirlos de forma brusca. En cualquiera de los dos casos habrá muchas víctimas colaterales, lo que causará el empobrecimiento de los más vulnerables. Pero no hay que olvidar que el principal objetivo de parar la economía es bajar la inflación sin dañar el sistema financiero, y siempre obteniendo los mayores beneficios.

NOTA: los pasos no tienen que ser sucesivos, se pueden hacer todos a la vez.

El primer paso es poner en los puestos clave de los gobiernos, la Justicia y de las instituciones financieras a gente sin lazos con la clase obrera. La empatía puede ser un problema a la hora de tomar decisiones difíciles. No se puede defender al mismo tiempo los intereses del mercado financiero y los de los trabajadores. La Teoría Monetaria Moderna mira hacia arriba cuando el Marxismo mira hacia abajo. Tanto la TMM como el Marxismo tienen su parte de razón, la diferencia es el punto de vista. O lo que es lo mismo los diferentes intereses a la hora de pagar los platos rotos. No en vano es cierto que nunca puede quebrar ningún Estado mientras tenga materias primas y trabajadores que asuman sus deudas.

El segundo paso es subir los tipos de los bancos centrales. Si se hace poco a poco los trabajadores no se darán cuenta hasta que sea demasiado tarde. (Es como si metes a una rana en agua hirviendo, se quema y salta. Sin embargo, si la metes en agua tibia y la vas calentando poco a poco no se dará cuenta y terminará cocida). La subida de tipos impedirá la creación de nuevo dinero debido a que su encarecimiento dificultará el acceso al crédito de los más pobres. La creación de dinero en la práctica es muy diferente de las concepciones que tiene la gente corriente. Los bancos no actúan como meros intermediarios, prestando depósitos que otros usuarios dejan en ellos. Ni si quiera usan el dinero que le presta el Banco Central Europeo para multiplicarlo. En realidad crean de la nada dinero cuando conceden hipotecas o préstamos. No obstante, esa generación mágica de dinero tiene un claro límite: la rentabilidad.

El tercer paso es reducir el déficit público y por lo tanto subir los impuestos. Si fuera posible se recomienda iniciar o mantener alguna guerra contra algún dictador a propósito del coste de las materias primas, para justificar la subida del coste de la vida y de paso distraer a la gente. Por supuesto que dicha guerra debe provocar hambrunas y graves crisis migratorias. La idea es alentar el nacionalismo y hacer que la gente pobre se conforme con lo poco que tiene. Es importante que el miedo les paralice y no tengan fuerza para protestar por la pérdida del poder adquisitivo y la cuasi esclavitud sobrevenida.

FIN

Al día siguiente de leer el manual te hacen la revisión anual a tu salud, a la que tienes derecho por ser un trabajador de mediana edad. En realidad tienes bastantes achaques y muchos de tus parámetros dan en el límite de lo saludable. Es más, sospechas tener una arritmia cardiaca, que a tus 47 años y con los esfuerzos que realizas a diario, tarde o temprano te va a pasar factura. Sin embargo, no puedes quedarte parado y como además eres consciente de ser el eslabón más débil de aquella nueva estructura, te das cuenta de que no te queda otra que fingir que tienes la alienación mental ordinaria y por eso te dejas tratar como si fueras mercancía.

_ Bueno, pues ya has pasado la ITV -dijo el doctor.

_ Hasta el año que viene.

_ Si Dios quiere.

Articulista en Revista Rambla

Escritor sevillano finalista del premio Azorín 2014. Ha publicado en diferentes revistas como Culturamas, Eñe, Visor, etc. Sus libros son: 'La invención de los gigantes' (Bucéfalo 2016); 'Literatura tridimensional' (Adarve 2018); 'Sócrates no vino a España' (Samarcanda 2018); 'La república del fin del mundo' (Tandaia 2018) y 'La bodeguita de Hemingway'.

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