“Desde Podem hemos reclamado siempre un referéndum vinculante, no esta última propuesta de consulta, que no nos parece válida y que es un claro paso atrás en las demandas ciudadanas” explica Marc Bertomeu, uno de los portavoces de Podem Barcelona, una vez conocido el rechazo del Tribunal Supremo al recurso del Govern de la Generalitat contra la impugnación del 9N.
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Desde Podem hemos reclamado siempre un referéndum vinculante, no esta última propuesta de consulta, que no nos parece válida y que es un claro paso atrás en las demandas ciudadanas” explica Marc Bertomeu, uno de los portavoces de Podem Barcelona, una vez conocido el rechazo del Tribunal Supremo al recurso del Govern de la Generalitat contra la impugnación del 9N.
Bertomeu defiende que “con este nuevo 9N también suspendido, intentaremos participar en todas aquellas formas de expresión que se puedan organizar. Ya que no sabemos si al final habrá urnas, cosa que de momento la propia Generalitat no puede asegurar, lo único que podemos hacer es defender el ejercicio del derecho a decidir, de la forma que sea, este domingo, y a partir de aquí, seguir trabajando para que un futuro se pueda llevar a cabo esa consulta vinculante”. Una posición similar a la mantenida por el Círculo Terres de Lleida -que agrupa a varios círculos locales de Ponent-, como explica Manel Cònsola, “los sucesivos cambios en torno a la votación dejan al descubierto que toda la polémica soberanista que ha marcado el debate político de los últimos años no es más que una cortina de humo para disimular una acción de gobierno basada en los recortes de los derechos de los ciudadanos de Catalunya y la privatización de los servicios públicos”.
Mientras, la Generalitat estudia la posibilidad de ceder en el último momento la gestión de la votación prevista para el 9 de noviembre a entidades ciudadanas soberanistas, básicamente Omnium Cultural y Assemblea Nacional Catalana, como un último intento por salvar las sucesivas prohibiciones legales que acompañan a la votación de este domingo. La consulta del 9-N, rebautizada en un nuevo giro como “proceso participativo” por la Generalitat cuando el Tribunal Constitucional la suspendió por primera vez, sigue siendo promovida desde la administración catalana, que ha financiado papeletas y urnas y mantiene la campaña informativa.
Sobre el rechazo final del Supremo, Bertomeu considera que “creemos que es una operación de maquillaje político de Artur Mas que al final, no ha sabido buscar una viabilidad a sus propuestas. No es sólo culpa suya, es también culpa del inmovilismo en que se ha situado el gobierno español. Es un final consecuente con la escasa democracia que hay en este país y así se impide ejercer un derecho natural e inherente a las personas como es el derecho a decidir”. Para el portavoz del círculo barcelonés, “los dos gobiernos -el catalán y el español-, con el añadido de un PSOE-PSC que no ha planteado ninguna alternativa viable, se han escondido tras la ley, incluso afirmando que la ley es el principio de la democracia, cuando es más bien la democracia la base de las leyes. En este sentido, es un problema político que responde a una voluntad política. Se han escudado tras unas leyes que, además son ellos los que las pueden cambiar. Para nosotros no es ninguna excusa”.
En un contexto de deterioro político, la irrupción de Podemos ha cambiado la distribución del mapa político español y su aparición se percibe con fuerza también en Catalunya, donde según la última encuesta del CEO, publicada a finales del pasado mes de octubre, conseguiría un 8,5% de los votos alcanzando así entre 10 y 11 diputados en la cámara catalana. A esto se añade la creciente extensión de círculos por todo el territorio catalán que convierten a Podem en la tercera fuerza en número de afiliados en Catalunya. Una nueva correlación de fuerzas que sirve a Bertomeu para abundar en la idea de la reclamación de un proceso que dé paso a unas nuevas formas de relación política: “no pedimos una reforma de la constitución sino un proceso constituyente, de la misma forma que, desde algunos sectores, se reclama ya en Catalunya. No es una reforma constitucional sino un paso más allá. Son dos procesos paralelos con ritmos diferentes y lo que desde Podem planteamos, es que la Constitución de 1978 pone límites tanto a las aspiraciones catalanas como a la regeneración democrática del conjunto del Estado, por lo que para que sean efectivos estos procesos debe cambiarse esta constitución. Si el proceso catalán sigue adelante, porque al final es la ciudadanía la que decide si sigue adelante o no, y en España se abre un proceso similar, estamos convencidos que podremos renegociar la situación de Catalunya sea cual sea ese futuro”. En relación a la primacía de la cuestión nacional sobre la social, y que ha ocasionado numerosas tensiones en las izquierdas catalanas, el portavoz de Podem Barcelona explica que “el ejemplo más claro de esta supeditación a lo nacional es la interpretación de las elecciones catalanas en clave plebiscitaria, nosotros rechazamos este punto de vista. Convertir las elecciones al Parlament de Catalunya en un único punto es ignorar por completo la cuestión social, algo que ha venido haciendo este Parlament que ha sido muy poco efectivo en las escasas medidas sociales que ha tratado y que podía haber hecho mucho más con los instrumentos que tiene”. Una idea compartida por los círculos de Lleida que argumentan que “unas leyes hechas a golpe de decreto y al amparo de mayorías parlamentarias han acabado con los derechos de la mayoría de ciudadanos lanzando a la miseria, entre otros a un 26% de los niños. Esas leyes son injustas e ilegítimas, nos privan de los derechos básicos, como la atención médica, la vivienda, la educación o el trabajo. Mientras, se enriquecen unos pocos más y más, ante esto, nuestra obligación es desobedecer”.
Multireferéndum y consulta
“El Multireferéndum no les interesaba y el derecho a decidir que les interesa es sobre las cosas que ellos imponen. No quieren que esto lleve a una profundización democrática, a una regeneración de las formas, que impulse una mayor participación política de la ciudadanía. No les interesa para nada, así que plantear una consulta en estos términos les ha hecho entrar en una contradicción ya que una consulta similar y planteada como la que defiende ahora Mas era el Multireferéndum”, recuerda Bertomeu.
¿Cómo se interpreta desde Podem Barcelona el reciente barómetro del CIS que convierte a Podemos en la primera fuerza del Estado en intención directa de voto? “Las encuestas las miramos con cierta distancia. Somos una fuerza muy joven y es muy difícil hacer predicciones con esta base, pero nos ilusiona para seguir trabajando. Si estas encuestas acaban siendo resultados electorales, nos encontrarán preparados. Uno de los principios que hemos defendido siempre es que la política no debe ser una ocupación sino un servicio público y los cuadros de partido deben surgir de la propia ciudadanía. No necesitamos gente con 10, 20 o 30 años de bagaje político en otros partidos para desarrollar una función pública. Creemos que si somos capaces de proporcionar a la gente las herramientas para que puedan desarrollar esta función cualquier ciudadano podría ser representante si así se decide y se vota”.
Ante la aparición de críticas, algunas bien documentadas, sobre el funcionamiento interno de diversos círculos -como puede ver cualquiera que entre en Plaza Podemos-, Bertomeu advierte que “Podemos esta abierto a todos por una única razón. Cuando se inició, no eramos nadie para decir quién si y quién no, está en disposición de participar en esta nueva forma de política, y esto servía tanto para personas sin experiencia política previa como aquellos que, contando con experiencia, quieren un cambio de prácticas. De manera que mientras todos los que estamos en Podem respetemos las normas de funcionamiento y seamos cuidadosos metodológicamente no creemos que el pasado político deba tener más o menos relevancia. Ahora bien si estas personas quieren usar Podem como una plataforma más para lanzar sus propios proyectos políticos o dar cabida a ambiciones personales propias, está claro que tienen los días contados dentro de Podem”. Sobre la pluralidad de opiniones que coexisten en la nueva formación y que han provocado fricciones en algunos círculos catalanes en relación, por ejemplo, al derecho a decidir o los posibles pactos electorales para las próximas municipales, el portavoz de Podem Barcelona insiste: “es una iniciativa donde caben todas las personas que quieran participar de estas formas, en cuanto se acabe el proceso de constitución del partido hay ciertas prácticas que se están dando que no tendrán ninguna cabida. Se está llevando a cabo un resumen de ciertas malas prácticas que se han producido, o que se siguen dando en algunos casos y se valorará si, tras esto, hay mala voluntad o simple inexperiencia política, pero esto lo acabará determinando la comisión de Garantías que es la que tomará las decisiones en base a estos informes”.
Ante las municipales y la perspectiva de formar parte de Guanyem Barcelona, “en Podem Barcelona, estamos inmersos en un proceso de confluencia, y mantenemos conversaciones con diversas formaciones y movimientos, ahora se está acabando de debatir el código ético, y quedarán las listas y el programa. Los que participamos en estas reuniones no lo hacemos con capacidad decisoria, una vez que se tengan esos ingredientes de una posible candidatura se llevará a la asamblea de Barcelona que será la que marque la decisión final. No vamos a marcar ninguna línea roja pero si que nuestro trabajo es conseguir que este proyecto de confluencia se acerque lo más posible a Podem”.
¿La aparición de Podemos como alternativa al bipartidismo y como sacudida para la izquierda no ha suavizado sus propuestas? “El programa que se elabore para autonómicas y generales se deberá hacer de forma conjunta . Si que es cierto que el programa de las elecciones europeas era un programa de máximos pero con el marco europeo como referencia, y el programa para las generales será evidentemente diferente, siguiendo una línea de coherencia, claro. De lo que se trata es que Podemos sea un espacio de construcción colectiva, un proyecto abierto a todos, donde se dé un debate abierto que sirva para que la ciudadanía se sienta identificada y motivada a participar en la actividad política”.