Según un estudio publicado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria este 2024, solo el 45,3 % de los escolares consumen fruta cada día y el porcentaje se reduce a casi la mitad en el consumo diario de verdura: un 23,8 %.  Ante esta realidad, el zumo de naranja aparece como una herramienta potencialmente útil para mejorar la nutrición infantil. Aunque ha sido objeto de debate debido a los niveles de azúcar natural presentes, su perfil nutricional lo hace un candidato digno de consideración como parte de la dieta de los niños.

El valor del zumo de naranja radica en su aporte de vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo infantil. La vitamina C, destacada por su abundancia en esta bebida, es indispensable para fortalecer el sistema inmunológico, facilitar la absorción de hierro y promover la formación de colágeno, todos cruciales para el desarrollo saludable de huesos, piel y dientes. Además, el folato que contiene contribuye al adecuado funcionamiento inmunológico y la formación sanguínea, mientras que el potasio desempeña un papel fundamental en la función muscular y en el mantenimiento de la presión arterial normal.

Desmontando mitos acerca del zumo de naranja en la dieta infantil

Hay varios mitos alrededor del consumo de zumos de frutas que pueden confundir a los padres. Un error común es considerar que el zumo de naranja 100% natural es simplemente “agua azucarada”, ignorando que está exento de azúcares añadidos, conservantes y colorantes artificiales debido a regulaciones estrictas. A diferencia de las bebidas altamente procesadas, un vaso de 150 ml de zumo de naranja incluye solo azúcares intrínsecos y aporta aproximadamente 62 calorías, sin una relación significativa con el aumento de peso o la obesidad infantil, como respaldan estudios científicos.

Para muchos niños, especialmente aquellos reticentes a consumir frutas y verduras enteras, el zumo de naranja ofrece una solución práctica para asegurar una ingesta adecuada de nutrientes esenciales. Un vaso de esta bebida puede ser una estrategia eficaz para enriquecer la dieta, sobre todo considerando que la mayoría de los niños en edad preescolar no consumen suficientes frutas y verduras. Este enfoque cuenta con el respaldo de entidades como la Academia Estadounidense de Pediatría, que recomienda la introducción de zumos de frutas después del primer año de vida, asegurándose siempre de que se sirvan en un vaso y no antes de dormir.

El azúcar en la dieta infantil es un tema importante al considerar el papel del zumo de naranja. Aunque contiene alrededor de 14 gramos de azúcares naturales por cada 150 ml, su aporte nutricional es significativo. Los beneficios de incluir un pequeño vaso de zumo de naranja, que representa una porción de fruta según las directrices de países como el Reino Unido, pueden superar los riesgos asociados al azúcar cuando se consume con moderación y como parte de una dieta equilibrada.

La correcta administración del zumo de naranja es clave para maximizar sus beneficios y minimizar posibles efectos negativos. Es recomendable limitar su consumo a un vaso pequeño durante las comidas principales, lo cual ayuda a minimizar el riesgo para la salud dental y asegura que los niños reciban una dieta equilibrada que favorezca su desarrollo integral. Este enfoque permite a los padres equilibrar el cumplimiento de las necesidades nutricionales de sus hijos con el establecimiento de hábitos alimenticios saludables.

Entonces, ¿puede el zumo de naranja ser una solución viable para mejorar la nutrición infantil? Consumido con moderación y como parte de una dieta balanceada, sí, puede convertirse en un recurso valioso para suplir deficiencias nutricionales. Su riqueza en vitaminas como la C, el folato y el potasio transforma al zumo de naranja en una opción alimenticia no sólo práctica sino también beneficiosa . La clave está en regular su ingesta y acompañarla de buenos hábitos alimenticios y de higiene.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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