Si alguna vez has experimentado como se te acelera el corazón, has notado que tienes la respiración entrecortada y te cuesta coger aire, o si has sufrido un miedo tal que te abruma hasta el punto de sentir que tienes que huir, lo más probable es que hayas experimentado un ataque de ansiedad.
Este tipo de ataques ocurren sin aviso y cualquier persona puede llegar a sufrirlos. Por esta razón, nos hemos puesto en contacto con el psicólogo Francisco Hidalgo, director de Avannza Psicólogos en Sevilla, para que nos ayude a entender en qué consisten los ataques o crisis de ansiedad, cómo reconocer que estamos sufriendo uno y qué hacer en ese caso.
¿Qué es un ataque de ansiedad?
Cuando le realizamos esta pregunta a nuestro experto, nos explica que “un ataque de ansiedad ocurre cuando un miedo intenso se apodera de nosotros, llegando a su punto máximo en cuestión de minutos”. Por lo tanto, queda claro que una crisis de ansiedad es un episodio repentino e intenso de miedo y angustia. Este tipo de crisis de ansiedad “pueden producirse de forma inesperada y sin motivo aparente”, nos sigue explicando Francisco, pero como también nos comenta,“pueden estar relacionadas con desencadenantes específicos”.
La siguiente cuestión que le planteamos a este reputado psicólogo es ¿cuánto puede durar un episodio de ansiedad? “Normalmente, duran desde los 10 minutos hasta la media hora”, aunque como nos advierte, “en los casos más graves pueden llegar a durar más”.
En ocasiones, como los ataques repentinos de ansiedad traen consigo síntomas físicos, se puede creer que se está sufriendo un ataque al corazón o que se trata de otro tipo de dolencia. Cuando creas que sufres crisis de ansiedad o que alguien de tu entorno las padece, como nos recuerda Francisco, lo mejor es “acudir a un especialista en ansiedad para que haga su diagnóstico”.
Síntomas de un ataque de ansiedad
Como mencionábamos en el apartado anterior, un ataque de ansiedad o de pánico conlleva síntomas físicos. La sensación de ahogo o las palpitaciones son algunos de los más comunes, pero tal y como nos señala el psicólogo, “los ataques de ansiedad se pueden manifestar de formas distintas”.
Entre los síntomas más comunes el psicólogo nos destaca:
- Sentir que falta el aire o dificultades para respirar.
- Pulso acelerado o palpitaciones.
- Opresión en el pecho.
- Movimientos involuntarios como temblores.
- Exceso de sudoración.
- Cefaleas (dolores de cabeza).
- Llanto y gritos incontrolados.
- Malestar estomacal (diarrea, vómitos, náuseas, etc.).
- Cambios en la temperatura corporal (escalofríos o mucho calor).
- Sensación de mareo y sentir que se va a perder el conocimiento.
- Cansancio y debilidad.
- Sensación de miedo, pánico, nerviosismo o angustia.
- Sentir hormigueo en la cara o las manos.
- Miedos irracionales, como a morir, a tener una enfermedad mental, etc.
- Pensamientos irreales, como sentir que se ve a uno mismo desde la perspectiva de un espectador.
“Es muy común que las personas sufran más de un síntoma” nos aclara el psicólogo y nos señala que la intensidad de estos síntomas va en aumento desde que se manifiestan.
¿Qué hacer en un ataque de ansiedad?
Como nos explica el psicólogo Francisco “poco se puede hacer durante un ataque de pánico o de ansiedad”. Nos cuenta que sin ningún tipo de preparación previa, resulta muy complicado mantener el control durante un episodio. Por eso es tan importante acudir a un psicólogo especializado en ansiedad, para que te proporcione “las herramientas necesarias para un próximo ataque de ansiedad”.
Al pedirle unos consejos para sobrellevar las crisis de ansiedad, Francisco nos da unas cuantas sugerencias que pueden servir de guía.
Recuperar el control de la respiración
Lo primero que puedes intentar es controlar y tranquilizar la respiración. “Se coge aire por la boca mientras se cuenta hasta 5. Se mantiene unos segundos y se suelta contando hasta 5 otra vez”. Este ejercicio hay que hacerlo de vez en cuando para integrarlo en la rutina, ya que intentarlo por primera vez en una crisis puede no dar resultado.
No tratar de mantener el control
“Querer mantener el control durante los episodios puede tener el resultado contrario” nos explica el psicólogo consultado. Hay que evitarlo, porque al no conseguirlo, se agravarán los síntomas. “Un ataque de ansiedad no se puede evitar”, así que es imposible no perder el control. Nos aconseja que aceptemos la situación y que pensemos que pronto pasará y volveremos a sentirnos bien.
Encontrar un sitio en donde poder relajarse
Nada más notar que se va a sufrir una crisis de ansiedad ayuda “encontrar un sitio donde poder tumbarse y cerrar los ojos”. Al recibir menos estímulos del exterior y poder relajar la tensión muscular, el episodio puede reducirse.
No pensar en nada malo y distraerse
Es importante distraer la mente durante un episodio de ansiedad. Puedes hablar con alguien que sepa lo que ocurre, contar números de 3 en 3, concentrarte en un cuadro o adorno de la habitación, incluso ayuda hacer algunos cálculos mentales o recordar una canción entera, “lo importante es evitar los pensamientos oscuros que tratan de abrirse paso en la mente”.
El psicólogo recomienda que si el ataque de ansiedad no ha pasado después de 30 o 45 minutos, “hay que ir a urgencias para que comprueben que no se trata de otra enfermedad”.
Después de un ataque de ansiedad
Poco a poco, cuando sientes que el ataque de ansiedad está pasando, es recomendable hacer respiraciones profundas para devolver el ritmo normal al cuerpo. Lo mejor es practicar cualquier actividad que te guste y te distraiga. Cuando pasa un episodio, “hay que asegurarse de que se vuelve a la normalidad, porque se corre el peligro de sufrir otra crisis en poco tiempo”.
El director de Avannza Psicólogos recomienda además una dieta saludable, actividad física, limitar el consumo de alcohol y, sobre todo, evitar las drogas u otros estupefacientes. Con ello se consigue llevar una vida más tranquila que puede evitar que ocurran más ataques.
Por último, nos recuerda que un psicólogo especialista en ansiedad puede ayudarte con tus crisis y angustias, proporcionándote herramientas y localizando el desencadenante de los ataques cuando lo haya.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.