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Llegan mis cosas esenciales./ Son estribillos de estribillos./ Entre los juncos y la baja tarde, / ¡qué raro que me llame Federico! («De otro modo», García Lorca)

Con el recitado de este poema empieza este homenaje a una generación de dibujantes, escritores, actores y directores del cine italiano de la posguerra. Un sentido homenaje al director y amigo Federico Fellini y a una generación de artistas que hicieron de la nada una de las cinematografías más importantes del mundo y también es un auto homenaje de su director.

Una dramatización del gran mentiroso, que se inicia cuando un Fellini con 20 años llega a Roma para presentar unos dibujos al director del periódico satírico Marc’Aurelio. Los primeros años de la redacción del periódico durante el fascismo donde una serie de dibujantes y escritores creaban con sus textos e imágenes un mundo paralelo con mucha sátira y humor. Ettore Scola nos describe esos consejos de redacción del periódico para relacionar sus inicios también como dibujante y humorista en el mismo periódico donde trabajó Fellini, en esos momentos un director reconocido. En la redacción de Marc’Aurelio colaboraron dibujantes y guionistas que hicieron mas llevadera la desgracia y penurias de la posguerra. Algunos de sus prolíficos redactores firmaron los guiones más divertidos de la comedia italiana y algunos como Zavattini crearon guiones tan importantes como Ladrón de bicicletas, otros como Fellini, “Steno” (Stefano Vanzinas) se dedicaron a la dirección igual que Ettore Scola. Esos momentos quedan muy bien reflejados en esta película, igual que la creatividad de esa singular redacción.

altEste punto de encuentro entre Ettore Scola y Federico Fellini, se prolonga en el tiempo, cuando los dos en compañía de Ruggero Maccari, hablan de sus éxitos y fracasos, uno como director otros como guionistas. Su relación con los actores de la comedia italiana, desde el vodevil cutre del teatro de barrio hasta el éxito de las películas de Fellini, su relación con las mujeres y esos actores fetiches que acompañaron sus películas como su “alter ego” Mastroniani.

Veremos un documento sobre el casting para interpretar el personaje de Casanova, con un desfile de actores que no dieron la “talla”. El cine dentro del cine con esa Dolce Vita recreada de nuevo por Ettore Scola en C’eravamo tanto amati (1974).

Las noches de insomnio de Fellini y Scola recorriendo en coche las calles de Roma en busca de esos personajes maravillosos que llenaron sus películas, retazos documentales acompañan al docudrama, como esas visiones arqueológicas de los estudios de Cinecittà donde Fellini recreó su fantasía con esplendidos decorados, la Roma, El Satiricon, la Venezia de Casanova, Amacord o las calderas de La nave Va, con ese toque mágico de Fellini que dijo “No se trata de hacer las cosas como son, sino de reinventarlas.

Entrañable y personal película que se anuncia con esa caricatura de Fellini creada por el mismo Scola, película hecha con retazos y un aprovechamiento minimalista del decorado felliniano, que puede hacernos revivir ese cine de Fellini que tantos buenos momentos nos hizo pasar a varias generaciones y quizás puede servir a las nuevas como un retrato vivo y nada nostálgico de la reciente historia del cine.

  • Estreno 30 de abril de 2015
  • Dirección: Ettore Scola
  • Guión: Ettore Scola, Paola Scola y Silvia Scola
  • Reparto: Tomasso Lazotti, Maurizio de Santis, Giacomo Lazotti, Giulio Forges Davanzati, Emilio de Martino, Antonella Attili…

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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