Desde que el hombre es hombre, las joyas han caminado a su lado por toda la historia de la humanidad. Ya en el Paleolítico, el ser humano buscaba materiales para fabricar sus propios complementos ornamentales. Con la ayuda del tiempo, las joyas evolucionaron y no solo en cuanto a materiales se refiere, sino respecto al significado que encierran. Lo que empezó siendo por pura decoración, acabó adquiriendo con el pasar de los años un tinte mucho más profundo.

Las mil y una cara de las joyas

Es innegable que estos complementos cumplen diversas funciones en nuestras vidas, que van mucho más allá de la meramente estética, pudiendo llegar a considerarse como auténticos diseños emocionales para construir historias que nunca caerán en el olvido, ya que están unidas estrechamente a las personas mediante una relación muy íntima, tanto para quien las lleva como para quien las observa.

  • Autoestima. El grado de admiración que causa, acaba produciendo un elevado grado de satisfacción en quien las usa, lo que contribuye a elevar su estado anímico y por ende su autoestima personal, haciéndole sentir más seguro y optimista.
  • Recuerdos. Estos accesorios poseen la capacidad de construir y evocar eternos recuerdos de momentos importantes que han ocurrido en nuestra vida: románticos, como las proposiciones de matrimonio o la ceremonia de bodas; alegres, como las celebraciones de cumpleaños e incluso, recuerdos tan profundos como los que provoca regalar una joya de familia que ha sido heredada por generaciones.
  • En cuanto a su incidencia en la vida social, todos sabemos que el ser humano es gregario por naturaleza, siempre siente la necesidad de pertenecer a un grupo social y ser aceptado por aquellos que considera sus iguales, lo cual guarda una relación muy íntima y estrecha con la apariencia. El aspecto personal de cada persona manifiesta quién y cómo es. Factores como la vestimenta, el pelo y los accesorios, determinan algunas de nuestras cualidades y características. De ahí el protagonismo de las joyas para contribuir a mejorar la imagen

¿Pero, son solo para las mujeres?

Por supuesto que NO. Los caballeros pueden también lucirlas, de hecho la Historia nos da indicios de que los hombres fueron los primeros en ornamentar sus orejas con pendientes

Es indiscutible que los tiempos avanzan y la moda con ellos, y que últimamente los hombres cuidan casi tanto o más que las mujeres su imagen, apostando al igual que ellas por la elegancia y la discreción.

Y para que lo compruebes, desde aquí te recomendamos visitar una de las joyerías que más fuerte pisa en el momento actual y que marca tendencia allá por donde pasa. Hablamos de ALVENT.

¿Qué es ALVENT?

Sin duda, ALVENT es un proyecto de vida, que nace hace 4 años de la necesidad de atender a la diversidad más absoluta. Surge de la mano de Raquel y Víctor, con la idea de revolucionar el universo de la joyería y concederle al cliente todo el cariño y la atención que merece.

Su principal premisa es combinar calidad y precio, forjando una aleación llena de energía positiva, que llegue a todos los públicos y a todos los bolsillos.

Con unos productos que se encuentran a caballo entre lo puramente artesanal y la tecnología más puntera y haciendo gala de una gran creatividad, sus joyas están ideadas para complacer tanto a los más clásicos como a los más modernos, ayudándoles a crear recuerdos y cumplir deseos.

Entre sus artículos podrás hallar todo tipo de complementos, pendientes, anillos, pulseras, tobilleras,  joyas online para mujer de ALVENT, y mucho más.

Asimismo, nunca estarás solo, siempre acompañado, ya que su experto equipo de profesionales te brindarán un excelente y gratuito asesoramiento en todo momento. ¡Para que no te falte de nada!

Actualmente, puedes encontrarlos, además de en su plataforma online, en sus tres tiendas presenciales, dos en Valencia y una en Madrid. Todas con la misma atmósfera, especialmente diseñada para que te encuentres tan cómodo como en tu casa.

Y no te olvides de que tienes un descuento esperándote en tu primera compra.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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