La Guardia Urbana dice un millón y medio de asistentes; la Delegación de Gobierno, 600 mil; los organizadores, dos millones. Lo que a ojos de todos es evidente es que la manifestación por la Diada de Catalunya ha sido un verdadero éxito.Superó numéricamente a la de 1977, que reivindicaba el Estatuto, y a la de julio del 2010, en contra del fallo del Tribunal Constitucional que recortó varios artículos de esa norma.
Bajo el lema “Catalunya, nuevo estado de Europa”, la marcha convocada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) fue secundada por un enorme sector de la población en el que confluyeron personas de todas las clases, edades e inclinaciones políticas, teñidas todas, eso sí, de los mismos colores: el rojo y amarillo (a veces también azul) de las senyeres o estelades. La voluntad de independencia ha sido el principal motor de una movilización que hoy prensa nacional e internacional califica como histórica.
El Passeig de Gràcia se vio desbordado de gente incluso horas antes de empezar. El inicio oficial estaba previsto para las seis de la tarde pero entonces la cabecera no podía llegar siquiera al punto de partida, el cruce entre Passeig de Gràcia y la Gran Via, debido a la cantidad de gente que ocupaba Vía Laietana. De hecho, la marcha apenas consiguió moverse. Por ello, los convocantes decidieron que la manifestación se convirtiera en concentración y una pequeña comitiva tomó un atajo para poder llegar hasta el Parlament de Catalunya, donde fueron recibidos por la presidenta Núria de Gispert y se leyó el manifiesto.
Más tarde, el acto final de la manifestación, frente al Parc de la Ciutadella, concluyó con los parlamentos de dos miembros de la Assemblea, la actriz Txe Arana y el locutor de RAC1, Jordi Margarit que celebraron que la marcha hubiera sido » un clamor de libertad y democracia». Luego una cantante estadounidense versionó en catalán un tema clásico de libertad, We shall overcome (que ha traducido como Tots junts vencerem) y comenzaron los conciertos.
Una sorpresa coronó la clausura de esta jornada reivindicativa, la presencia virtual del más popular de los catalanes, Pep Guardiola. A través de un vídeo, el ex entrenador del FC Barcelona dijo «Desde Nueva York, aquí tenéis otro más», unas palabras que los asistentes recibieron con una ovación.
Amplia presencia política en la manifestación
Aunque los políticos pasaron a un segundo plano porque los ciudadanos de todas partes de Catalunya (más de mil autocares vinieron expresamente para la Diada) hicieron verdaderamente suya la reivindicación soberanista, los representantes parlamentarios han estado allí. Miembros deCDC, UDC, ERC, ICV, EUiA y SIhan participado de la protesta y, en cambio, el PSC ha preferido no asistir oficialmente. Sin embargo, parte de la llamada ala catalanista de los socialistas catalanes se ha desmarcado de la posición oficial de su partido y también se ha hecho presente.
En la cabecera de la marcha iban los ex presidentes del Parlament, Joan Rigol y Ernest Benach, el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; y varios alcaldes de municipios catalanes, como el de Vic, Josep Maria Vila d’Abadal, o el de Girona, Carles Puigdemont, ambos de CiU y líderes de la Associació de Municipis per la Independència. Pujol sostuvo que la manifestación es una declaración de «rechazo al trato» que España está queriendo llevar a cabo en los últimos años con Catalunya. «Necesitamos los medios económicos, administrativos y políticos que creíamos que íbamos a tener y que tras la sentencia del TC contra el Estatut se nos niega», declaró.
A falta del presidente de la Generalitat, Artur Mas -que excusó su ausencia en su rol institucional en el mensaje de la Diada-, la máxima personalidad en la protesta fue la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, quien aseguró que «nadie hace callar al pueblo catalán” y que el 20 de septiembre, día en el que Artur Mas se reunirá con Mariano Rajoy en Madrid, «no se acaba ningún camino porque esta Diada marcará un punto de inflexión”.
Por su parte, el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, ha advertido a los políticos y a las instituciones españolas de que «si no entienden el clamor del pueblo de Catalunya, vamos a tener problemas serios». Lesionado en un menisco y desplazándose en muletas, Duran ha afirmado que «el pueblo de Catalunya se está manifestando contra la asfixia financiera y la recentralización».
Un millón y medio de personas se manifestaron el 11 de Septiembre por las calles de Barcelona. A la ciudad llegaron mil autocares repletos de ciudadanos de todas partes del país y el centro de Barcelona se llenó de banderas esteladas y un grito unánime. ¿Independencia! Estos son algunos de los motivos de los manifestantes.
Familia Ferran
¿Qué os ha impulsado a venir hoy aquí? La independencia, el concierto económico, los recortes…
Luis: Estamos aquí porque queríamos una manifestación multitudinaria que presione a Madrid. Queremos que se enteren de que Catalunya es un pueblo y que su política respecto a nosotros está decantando al país hacia la independencia. Es un toque de atención. Queremos la indecencia ya.
¿Crees que los problemas con España son una cuestión económica o de orden identitario?
Luis: A mí me preocupa la sumisión a España en general, o más bien hacia Castilla porque España lo podríamos ser todos. Pero es indudable que la relación económica es un punto importante para que aumente el sentimiento independentista.
¿Un futuro estado catalán tendría indudables ventajas pero puedes verle algún inconveniente?
Luis: Creo que las relaciones tendrían que continuar siendo buenas. No queremos un enfrentamiento sino una relación se respeto. Hay lazos culturales y emocionales que se tendrían que mantener. Romperlos sería malo. Sólo queremos una relación de tu a tu.
Àlex y Roser (Mataró)
¿Qué os ha impulsado a venir hoy aquí? La independencia, el concierto económico, los recortes…
Àlex: Se trata del gota a gota, del conjunto de todo lo que ha pasado. Estamos un poco hartos de todo. Por eso hemos venido a manifestarnos por la independencia
¿Crees que los problemas con España son una cuestión económica o de orden identitario?
Àlex y Roser: El problema es de país. Es un conjunto de las dos cosas. Por eso los que no creían en la independencia se han vuelto independentistas. Es que el trato de España es una tomadura de pelo. Los papeles de Salamanca, el Estatuto, la relación fiscal… No dan ninguna alternativa.
¿Un futuro estado catalán tendría indudables ventajas pero puedes verle algún inconveniente?
Roser: Supongo que las acciones del gobierno central, los hilos que pueda mover para poner palos a las ruedas serán un problema. La independencia será una cuestión de tiempo y esfuerzo. Es posible que se puedan dar fractures sociales pero no voy más allá del presente. La situación ahora es la que es.
Joel y Cristina (Girona)
¿Qué os ha impulsado a venir hoy aquí? La independencia, el concierto económico, los recortes…
Joel: Queremos demostrar a España que hay una mayoría de gente independentista Ahora bien no creo, como dicen algunos, que esto pueda a servir para solucionar la crisis. Esta manifestación no trata de los recortes. Aunque es cierto que un Estado pequeño podría mejorar la gestión de la crisis.
¿Crees que los problemas con España son una cuestión económica o de orden identitario?
Cristina: Me preocupa que la gente piense que con la independencia solucionaremos la crisis. Los políticos de aquí son tan corruptos o más que los de allí. Aunque hay que reconocer que hay una parte económica del problema a mí la que me preocupa es la cultural. Creo que cada vez hay más desprecio hacía la cultura catalana. La crisis la tendríamos igual.
¿Un futuro estado catalán tendría indudables ventajas pero puedes verle algún inconveniente?
Joel: Creo que habrá boicot a los productos catalanes. Y También habrá que preguntarse como seguirá el país, qué pasará con las autopistas o con el poder de La Caixa. Ahora bien el Barça continuará jugando contra el Madrid seguro. (risas)
Cristina: Los catalanes somos gente de acogida no creo que haya fractura social. Somos tolerantes, tenemos una cultura muy variada en sus raíces. Habrá gente que esté en contra pero somos un país de acogida.
Mª Teresa y Antoni (Calafell)
¿Qué os ha impulsado a venir hoy aquí? La independencia, el concierto económico, los recortes…
Antoni: Nosotros queremos hacer todos los posibles para que la independencia sea una realidad. Ni pacto fiscal ni historias. Eso no funciona.
¿Crees que los problemas con España son una cuestión económica o de orden identitario?
Antoni: A mí la que más me importa es la económica pero la cultural también es muy importante. Se trata de que no nos ninguneen.
¿Un futuro estado catalán tendría indudables ventajas pero puedes verle algún inconveniente?
Antoni: Perderíamos uno de los mercados más importantes, el Español. Pero creo que eso sería sólo al principio. Además ya nos han hecho boicot otras veces. Por lo que se refiere a la fractura social, no se trata de discriminar a nadie, ni de echar a la gente fuera. Tarde o temprano incluso los que estaban en contra se darán cuenta de que no había otra vía.