El médico e historiador reflexiona sobre la actualidad y el contexto político de los países que se encuentran bajo las revoluciones populares y también sobre el caso de Palestina. Sus conclusiones no dejan indiferente a nadie y se apartan de las ideas generalistas que siempre se escuchan en los medios.
¿En qué se diferencian las recientes revoluciones o “primaveras árabes” con otros levantamientos que se han producido anteriormente en estos países?
Yo creo que es la primera revolución popular que se produce en el mundo árabe, anteriormente lo que se había vivido principalmente eran levantamientos de dictadores y enfrentamientos entre etnias, o tribus que ocuparon el poder y expulsaron a otras tribus. Las guerras contra el colonialismo tampoco eran revoluciones porque tampoco se ganó nada, más bien se llegaron a acuerdos en los que los colonialistas siguieron saliendo beneficiados, ya que colocaron regímenes “colaboradores” y que hacían el trabajo sucio de los colonialistas.
En cambio, estas revoluciones actuales tienen un eslogan nuevo, el eslogan de la dignidad del pueblo. Hubo una explosión social contra un régimen, tanto en Túnez como en Egipto. La chispa saltó de la inmolación de un joven y la gente continuó con la revuelta contra el régimen. La gente en Túnez y en Egipto no se moría de hambre, pedía dignidad, y salió a las calles a pedirla, liderada por gente muy bien preparada intelectualmente.
¿Por qué en los países árabes con regímenes monárquicos no han tenido éxito las revoluciones populares?
Porque son países muy determinantes en la economía mundial y muy ligados con Estados Unidos. El interés económico está situado por encima del interés geoestratégico y si tienes petróleo eres un país intocable. El avance tecnológico militar está transformando la situación y ya no es tan relevante tener una posición geográfica estratégica, lo es más tener fuentes de energía y yacimientos. El ejemplo más claro es el de Arabia Saudita, que no caerá nunca en manos de revolucionarios. En cambio en Siria hay una revolución sangrante desde hace tiempo y a nadie le importa, justo lo contrario que pasó con Libia…
¿Qué piensas sobre la reacción de los gobiernos occidentales ante estas revoluciones, sobretodo la del gobierno de Barak Obama en Estados Unidos?
Obviamente EEUU no vio con buenos ojos las revoluciones, y mucho menos la de Egipto. Para ellos ha significado la pérdida de un aliado muy importante que se encargaba de proteger sus intereses en la zona y también de proteger al Estado de Israel.
Sí, pero al mismo tiempo EEUU lanza el mensaje de que es necesario consolidar la democracia en estos países, sobretodo en Libia…
Es muy clásico que Estados Unidos se apunte al carro de la victoria en el último momento, sobretodo cuando ve que el régimen aliado está a punto de caer.
No parece que la situación de Libia vaya a cambiar mucho con el apoyo de las potencias occidentales, y menos si el líder del Consejo Nacional de Transición es el antiguo Ministro de Justicia de Gadafi.
Las potencias occidentales intentan limitar el trayecto de la revolución en Libia incorporando a las personas recicladas del antiguo régimen. Los estados occidentales intentan que ésta no sea una verdadera revolución porque no les interesa tener países vecinos independientes y poco manipulables por las grandes potencias.
Sin ir más lejos, resulta muy curioso que Gadafi aun sea capaz de resistir con cuatro personas a su alrededor que le apoyan. Si la OTAN quisiera, ya hubiera eliminado al dictador hace tiempo, pero si todavía persiste una amenaza ellos pueden seguir justificando su presencia en el país y su intervención en los asuntos vitales del Estado.
¿Puede haber alguna relación entre los movimientos occidentales como el 15-M y las primaveras árabes?
Creo que puede haber una relación de forma innata pero no oficial. Se trata de algo completamente espontaneo porque el mundo está viviendo a nivel global una situación de una ebullición tremenda contra el statu quo, tanto en los países musulmanes, como en Europa e incluso en Nueva York, donde nunca antes se habían visto este tipo de manifestaciones contra Wall Street. Todos estos movimientos han surgido bajo el mismo contexto: el de una población muy cabreada.
Mahmud Abas también se ha atrevido a hablar de una primavera palestina. ¿Es esto posible?
El pueblo palestino ha vivido muchas primaveras porque lleva demasiados años liderando revueltas. Llevamos 60 años luchando, y se puede hablar simbólicamente de una primavera pero bajo una ocupación militar desde el año 1967 es algo que difícilmente se puede materializar. Vivimos más en una resistencia perenne que en una primavera.
Bien, pero parece que la petición realizada por el presidente palestino en la Asamblea de NNUU ha causado una gran expectación.
Posiblemente con la euforia del éxito de las revoluciones vividas, se esté contagiando un poco este sentimiento al pueblo palestino, aun así pienso que la iniciativa de Abas en Naciones Unidas no puede tratarse como el inicio de ninguna revolución.
Abas era un hombre que confió durante mucho tiempo en las negociaciones bilaterales con Israel hasta que se ha dado cuenta de que el único resultado de estas tratos era el incremento de colonias en los territorios palestinos. Por este motivo, viendo también que el pueblo le presionaba, ha querido tomar esta iniciativa. Personalmente creo que Abas no quiere acabar su carrera política de una manera tan frustrante y por eso ha decidido presionar desde NNUU.
¿Israel tiene ahora verdaderos motivos para sentirse “amenazado” o es difícil que prospere la iniciativa de Abas?
Israel siempre se ha sentido amenazado, pero eso es porque en el fondo saben que son ellos los que están ocupando unos territorios de forma ilegal. Con todo el arsenal militar del que disponen tienen mucho más miedo ellos que los palestinos. Y ¿por qué? Porque saben perfectamente que son ladrones, han robado unos territorios y tienen miedo. El palestino en cambio no tiene miedo, porque sabe que está en su casa.
La única solución que veo es la creación de un único Estado. Renunciar al Estado Palestino.
¿Entonces una posible solución sería unificarlo todo bajo el Estado Israelí?
Llámele como quiera, pero dennos derechos civiles e igualitarios para toda la población.
¿Y quien gobernaría este Estado?
Si existiera una verdadera democracia podrían ser tanto palestinos como israelís quienes dirigieran el país, porque tendrían los mismos derechos.
Eso parece un poco utópico.
Igual de utópico que crear un estado palestino de territorios y poblaciones fragmentados con colonos radicales de por medio. Hay muchos palestinos que están de acuerdo con esta postura, pero los dirigentes israelís, con todo lo que presumen de democráticos también se niegan. Se niegan a darles derechos democráticos a una parte de la población. Quien no desea un valor universal para todo el mundo es que no cree en este valor. Israel practica meter el voto en una urna pero no es un estado democrático.
Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y especializada en periodismo y comunicación digital.