odsAristóteles define la demagogia como “predominio de los pobres con exclusión de los ricos”, razón por la cual resulta demagogo cualquier análisis que, en la actualidad, presuma o pretenda pasar por realista. Sólo hace falta apartar la mirada del televisor un instante y echar una rápida ojeada al paisaje por el que, día tras día, transitan las vidas de millones de personas: paro, problemas de liquidez, recortes sociales, reformas laborales abusivas, desahucios… La vida posmoderna se viste de negro: no queda claro si por duelo o para no desentonar con el panorama de fondo. En este contexto, el trabajo de colectivos como la Oficina de Drets Socials (ODS) de Nou Barris -de igual modo a las existentes en Sants, la vila de Gràcia o Santa Coloma de Gramanet- supone una grieta en el entramado oscuro de la depresión neoliberal. Entrevistamos a Carles, miembro y activista de la ODS, que nos habla sobre la labor que desempeñan en el distrito de  Nou Barris.

La ODS de Nou Barris dirige su labor, por una parte, a los asuntos del mundo laboral y, por otra, a los de la vivienda. En ambos casos, ofrecen asesoramiento gratuito a las personas en que los problemas colectivos se encarnan con meridiana y sorprendente claridad. El asesoramiento -en una suerte de sindicalismo de barrio- no consiste en una turba portando antorchas y quemando todo lo que encuentren a su paso, si no en el ejercicio de un derecho que se basa en el conocimiento jurídico y en la solidaridad entre vecinos frente a la precariedad.

La ODS ha jugado un papel determinante en el apoyo y resistencia frente a los últimos intentos de desahucio, que han tenido lugar en el barrio de Verdum. Sin embargo, la amenaza de desahucio es el final de una larga serie de despropósitos, cartas, abusos y atropellos. En la ciudad de Barcelona, al mismo tiempo que cientos de pisos de protección oficial se encuentran vacíos, otras tantas familias viven con la angustia de ser desahuciados. Y en los casos que hasta Charles Dickens habría considerado excesivamente melodramáticos, las familias se enfrentan incluso a la amenaza de perder la custodia de sus hijos. Pero la realidad dickensiana siempre supera a la ficción: en el barrio de Canyelles, una familia que no pudo hacer frente a la hipoteca de su piso de protección oficial, fue desahuciada y observó atónita cómo su piso pasaba a ser propiedad de Caixa de Catalunya (o de Catalunya Caixa, que tanto monta…).

Para saber más, visitad: http://ods9barris.wordpress.com/

Para escuchar la entrevista a la ODS, visitad: http://lafleca.wordpress.com/

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