Ser un niño pobre en España no alcanza los niveles de dramatismo que se pueden dar en los países menos adelantados pero no por ello tiene implicaciones menos preocupantes para su desarrollo e integración dentro de la sociedad. Nuestro país, que hace 20 años ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño, se encuentra en la quinta posición del ranking sobre riesgo de pobreza infantil de los 27 países miembros de la Unión Europea,
El informe, publicado el pasado mes de noviembre, señala que hay casi dos millones de niños en riesgo de pobreza relativa. Esto significa que uno de cada cuatro niños vive en hogares en los que los ingresos no alcanzan el 60% de la media nacional.
Ser un niño pobre en España no alcanza los niveles de dramatismo que se pueden dar en los países menos adelantados pero no por ello tiene implicaciones menos preocupantes para su desarrollo e integración dentro de la sociedad. Nuestro país, que hace 20 años ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño, se encuentra en la quinta posición del ranking sobre riesgo de pobreza infantil de los 27 países miembros de la Unión Europea, sólo superada por Rumania, Bulgaria, Letonia e Italia.
En la sede de UNICEF en Barcelona Maria Truñó, responsable de Sensibilización y Políticas de Infancia y Laia Ruich, responsable de Comunicación, nos han recibido para explicarnos un poco más detenidamente los detalles de este informe.
¿Qué consecuencias pueden sufrir los niños que viven en situación de riesgo de pobreza relativa?
En España hay un 24% de niños en riesgo de pobreza relativa y en Catalunya un 18,5%, que es un poco más bajo, pero igual de preocupante. Para formularlo correctamente, hablamos de niños que viven bajo el lindar de la pobreza y, por tanto, en riesgo de situación de pobreza, pero no podemos decir automáticamente que todos estos niños son pobres porque se dan situaciones muy diferentes dentro de lo que llamamos pobreza. Lo que sí está claro en todos estos casos es que las posibilidades de desarrollo y de ejercicio de los derechos se ven reducidas.
¿Cómo les afecta en cuanto a niveles de salud o educación?
En el caso de España, el informe apunta a que los problemas más destacados con la salud infantil hacen referencia a la obesidad. En nuestro país los casos de malnutrición apenas existen, en cambio, los casos de obesidad se han disparado, lo que es un indicador de vida no saludable derivada de una mala alimentación. A parte de esto también se ha destacado el tema de la salud mental infantil, ante el cual el Comité de los Derechos del niño ha recomendado que se implanten políticas destinadas a mejorar el bienestar emocional y la prevención de enfermedades mentales, que en España están poco desarrolladas. También se alerta de la necesidad de que desde el sistema público haya más servicios de atención psiquiátrica a la infancia y a los adolescentes.
Cabe destacar que el informe de UNICEF no solo atribuye estos problemas a los niños con riesgo de pobreza relativa, se trata de problemas que pueden afectar también a otros niños con un nivel económico no necesariamente tan bajo.
En cuanto a los problemas de educación, si bien estos niños pueden acceder a la enseñanza pública, la falta de mayores ingresos en sus familias les impide participar de otras actividades extraescolares que les pueden enriquecer más y mejor o también se da el caso de la dificultad para pagar el coste del material escolar. Estos problemas, sin duda, acaban repercutiendo en los resultados académicos de los niños porque no pueden disfrutar de una oferta educativa amplia dentro y fuera de la escuela.
¿Existe riesgo de exclusión social para estos niños?
Hablamos de niños que tienen menos igualdad de oportunidades y más dificultad para ejercer sus derechos. Por tanto, el punto de partida para ellos no es el mismo. Se trata de un problema de equidad. Uno de los grandes mensajes que ha lanzado UNICEF es que es muy necesario trabajar para acortar las distancias entre los que tienen más y los que tienen menos y así conseguir reducir la pobreza infantil. El Comité considera muy necesario el incremento de las ayudas a las familias para reducir esta pobreza infantil.
Pero ahora en los tiempos de crisis se están reduciendo todo tipo de subvenciones…
Sí, y además España se encuentra a la cola del nivel de prestaciones a las familias en comparación con otros países de la Unión Europea, tanto en cantidad como en coberturas. Está claro que con las reducciones de las ayudas la renta familiar disminuye aun más y empeora la situación para estos niños.
El mensaje de UNICEF es que las medidas de soporte a las familias que se están llevando a cabo no solo son insuficientes sino que además son inadecuadas.
¿Qué sectores de población son los que se ven más afectados por este tipo de problemas?
Hay tres tipologías de familias que son las más perjudicadas por el riesgo de pobreza relativa: las monoparentales, las numerosas y las de origen extranjero. Las medidas que existen están teniendo un impacto muy limitado ya que no están revirtiendo la situación
Dado que no está muy claro hasta cuando durará la crisis, ¿hay alguna previsión de futuro respecto a la evolución de los porcentajes de pobreza en el informe?
El informe se limita a realizar una fotografía sobre la situación de la infancia en España. Evidentemente la situación que refleja no augura nada bueno. De entrada, el punto de partida es bastante crítico, con lo cual, la evolución en tiempos de crisis no implica previsiones muy positivas al respecto. Esto es debido a que el problema ya existía con anterioridad a la crisis: desde siempre en España ha habido menos equidad en comparación a la media europea, de forma que existe más distancia entre las clases ricas y las clases pobres y por eso también hay menos clase media. En nuestro país hay muchas menos políticas redistributivas de la riqueza y esto se ha intensificado aun más por la crisis, pero esta crisis no es la causa principal y explicativa de este problema.
¿Cómo influye la participación de los menores en la mejora de la pobreza infantil?
El tema de la participación puede parecer un tema menor o secundario cuando hablamos de pobreza pero no lo es porque cuando hablamos de participación hablamos de hacer realidad el artículo 12 de la Convención, que dice que los niños tienen derecho a ser escuchados y a crearse una opinión para que ésta sea tenida en cuenta a la hora de tomar decisiones. Esto es una manera de que el interés superior de los menores sea escuchado y se haga realidad en las políticas públicas. Por eso, la única manera de favorecer los derechos de la infancia es empezar por escuchar sus verdaderos intereses y saber lo que piensan. En España este derecho no está reconocido en la mayoría de tribunales, sobretodo en los casos de separaciones o en los casos de inmigración (menores extranjeros no acompañados). La participación infantil debe avanzar desde el ámbito de la familia pero también en las escuelas, los ayuntamientos y demás organismos públicos. Cuanto antes se enseñe a los menores a participar, mejor. En el caso de las escuelas, por ejemplo, encontramos que sí hay vías de participación para los menores, a través de los consejos escolares, pero éstos solo existen en secundaria y el Comité destaca que también es imprescindible crear consejos escolares para los estudiantes de primaria. En Catalunya, siguiendo las recomendaciones del Comité, se está creando un Consejo Nacional de la Infancia que seguramente se implantará a lo largo de la siguiente legislatura.
Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y especializada en periodismo y comunicación digital.