Catalán Project es una plataforma creada para pensar el país que todos los catalanes quieren tener en el futuro. Conversamos con Víctor Fortunado y Ferriol Tugues, los creadores de esta novedosa propuesta cargada con más de 500 ideas y mucha imaginación.
Catalan Project es una plataforma creada para pensar el país que todos los catalanes quieren tener en el futuro. Conversamos con Víctor Fortunado y Ferriol Tugues, los creadores de esta novedosa propuesta cargada con más de 500 ideas y mucha imaginación.
Transporte, documentación, seguridad social, educación, empleo, economía o cultura, entre otros. Y es que cuando se habla de un nuevo país se requiere pensar en todo. Pero ¿cómo será el país que los catalanes quieren para el futuro?, es lo que se preguntaron estos dos inquietos comunicadores: Víctor Fortunado y Ferriol Tugues tras “la histórica manifestación del 11 de septiembre de 2012”. A partir de entonces crearon The Catalán Project, una plataforma que tiene la estelada en construcción como símbolo y la finalidad de dar rienda suelta a la participación de todos aquellos que, con sus ideas, quieran conformar un país que están seguros «se puede construir entre todos«.
Había un vacío
Sin restarle mérito a la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, los integrantes de The Catalán Project se dieron cuenta que en el sentir cotidiano de los catalanes existía un vacío en el tema digital. “Queríamos aportar nuestro granito de arena para trasladar la red física de distintos pueblos a una red de participación digital”, señala Ferriol Tugues; es así como han construido una estructura ágil; capaz de adaptarse a las nuevas necesidades y que permita dar voz a la gente. Y es que las generaciones actuales sin duda están más familiarizadas con “las redes sociales y la tecnología”.
El proyecto catalán
Esta iniciativa que tiene nombre futurista, para Víctor Fortunado surge “de toda esa necesidad de expresarse que tiene la gente. La idea es que al margen de tomar la calle todos puedan encontrar un espacio donde compartir ideas”. En este proyecto elaborado con mínimos recursos mucho tiene que ver el entusiasmo pero también la coordinación “somos tres más un grupo de colaboradores que suman 20 personas”. Quieren mostrar a la gente “de nuestro alrededor las cuestiones que se proponen a nivel político y explicar de qué manera nos afecta”. Se trata pues de transmitir la importancia de expresar una opinión de carácter trascendente. Todos tenemos una reflexión sobre la situación que se vive en Cataluña. En ese sentido resume que “hemos accedido a gente con intenciones de trabajar de manera activa: asociaciones, activistas, “diseñadores, programadores e ingenieros”, se han sumado por el camino de este inusitado proyecto digital, “con ellos nos hemos sentado para ver de qué manera podíamos lanzar vídeos, crear colaboraciones”. Destaca en ese sentido que cuanta más gente se sume al proyecto mejor. Lo hemos explicado de forma didáctica y visual para que The Catalán Project sea entendido por todos”. Llevan ya dos años inmersos en ello y Víctor no duda en expresar su satisfacción y a la vez sorpresa o tal vez la señal de que van por el buen camino pues un día recibieron la noticia de que “mucha gente había apoyado esta iniciativa a través en una campaña de Crowdfunding. Teníamos un objetivo de 12 mil euros para realizar mejoras en la web y lanzar más contenido divulgativo, y lo logramos”.
El problema es el mismo en todos lados
A juicio de Víctor Fortunado, The Catalán Project se puede aplicar exactamente igual en España con la situación que existe respecto a la monarquía, partidos políticos, corrupción o en lo referente a cualquier otro problema que preocupe y afecte a la sociedad. La idea también es recabar información sobre un tema y convertirlo en información, señala este comunicador y seguidor de las charlas TED. Opina que “somos impermeables a la información que nos viene de todas partes y de alguna manera hay que saber transmitirla”. Ahora que la sociedad catalana se está movilizando para denunciar lo que nos ocurre “tenemos que tener un altavoz digital”.
Más formas de participación política
Ferriol añade que en pleno siglo XXI, carece de sentido que los ciudadanos se puedan expresar sólo a través del voto; no lo descarta, pero considera que son “programas electorales cerrados”, además en cuatro años de gobierno ocurren muchas cosas, critica y al tiempo se formula una cuestión: ¿Por qué los ciudadanos no pueden tener un lugar donde expresar sus inquietudes a tiempo real explotando más la tecnología?
Una apuesta por el debate
Al margen de las redes sociales, otra de las cosas que en este caso destaca también Ferriol es que The Catalán Project está a favor del debate. Celebra “las batallas de ideas” porque al final la competitividad enriquece a todos; incluso a quien está en desacuerdo para entender mejor lo que significa. “De momento no se ha metido ningún trol en la web. Solo ha entrado gente de distintas sensibilidades e interesada en la aportación de ideas positivas”.
En relación a la independencia
Ahora bien, estos catalanes no se plantean si se va a lograr la independencia pero de alguna forma consideran que habrá un cambio significativo que nos embarcará a todos en una situación distinta; no sé si se llamará independencia, federación, revolución o conflicto armado; pero tenemos que estar preparados porque sin duda habrá un cambio, aun cuando los más optimistas aquí piensan que vamos a ser un país libre y por tanto conseguir la independencia de España “como ya la han conseguido tantos y tantos otros países en Latinoamérica y ninguno ha vuelto”, bromea. Sin embargo se pone serio cuando admite vivir “con una sensación de asedio. No nos dejan vivir, nosotros queremos ser libres y cuando tú quieres ser libre al final, de una manera u otra te vas”, aclara.
Apartidistas en busca de un cambio
Tanto Ferriol como Víctor se declaran al mismo tiempo apartidistas, “no podríamos definir la plataforma ni de derechas ni de izquierdas; tampoco cristiano demócratas, señala Ferriol. Desde luego tenemos un punto de apoyo a la independencia “nos parece el punto de partida para hacer un gran cambio pero más allá de esto todo lo demás es lo que quiera la gente”, reitera.
Que en el futuro exista más participación ciudadana a Ferriol le parece posible; en ese sentido considera que se convoca a una consulta básicamente porque lo exige la gente…Ahora bien, “si nosotros, la gente, somos capaces de organizarnos y decir: la sanidad la queremos de esta forma y no de otra; porque ya lo hemos hablado y estamos de acuerdo”, los políticos no tendrían más que “transmitir esto, llevarlo al parlamento y aprobarlo.
Otro ejemplo de participación
En ese sentido Ferriol lamenta que la creación del Consejo Asesor de Transición Nacional, lo haya decidido un comité de 13 expertos nombrados desde el gobierno de la Generalitat. “Tengo claro que el país que han pensado esos 13 expertos será mejor que el de ahora, además no han asegurado tiene que ser así; han brindado opciones pero me habría gustado que yo Ferriol al igual que miles de ciudadanos pudiéramos haber participado de dicho debate; eso habría abierto el diálogo y creo que la calidad democrática necesita educación, discutir las cosas para entenderlas mejor y generar un punto de vista enriquecedor, eso permite crecer el nivel intelectual y cultural de una sociedad, es muy importante porque en sociedades donde hay una cultura democrática más asentada es difícil que surja el fascismo; que haya sexismo, que pasen todas las cosas que se suceden aquí”.
Lo más incómodo de España
Dado que el tema ha salido a colación Víctor admite que le resulta incómoda la dualidad de los partidos políticos que gobiernan España, “un país representado con poca clase, y tan poca dignidad, aun cuando es un país rico en diversidad”, destaca. En lo referente al patrimonio cultural, gastronómico, histórico, lingüístico le parece que a todos los niveles es un país importante en Europa, “pero tenemos un sistema político monárquico; vivimos del pasado franquista, eso es un estigma que cargamos todos. Todo lo que nos pasa es una mala resaca de esto; “deberíamos hacer como los países más avanzados que piensan en su prosperidad”.
Problemas fundamentales
Para Ferriol uno de los problemas fundamentales es que nunca hemos pensado en lo que pasó atrás; hay muchos conflictos no resueltos, poderes que continúan; el gobierno de España actúa como actúa por los poderes económicos que hay detrás y que permiten que sigan invirtiendo en el AVE cuando saben que es completamente desastroso seguir invirtiendo en ese medio de transporte; a la vez recortan las partidas a todas las comunidades autónomas encargadas de garantizar sanidad, educación, y todos los derechos sociales que hemos ganado en los últimos años. “Realmente hay un problema de conflictos no resueltos que vamos arrastrando y que hacen que el país se dirija hacia el precipicio”.
Necesidad de primer orden
Cuando Víctor Fortunado era pequeño y veía televisión en la 1 o la 2 le resultaba enriquecedor “ser dos culturas tan distintas, porque somos dos culturas distintas”, aclara. La relación con España se veía como algo establecido; había gente en Cataluña que quería la independencia pero no era una necesidad; ahora en cambio es una necesidad latente y de primer orden porque la situación nos ha conducido hasta aquí”, añade. Y es que ahora vivimos “demasiado intoxicados por el sentimiento en general que viene derivado de los mensajes que nos lanzan algunos medios de comunicación”, critica.
Un proyecto empezado desde abajo
Para Ferriol “históricamente Cataluña ha intentado cambiar España, hacerla más catalana, el Estatut en ese sentido era una vía para tener nuestra propia forma de ser dentro de España”. Sin embargo, la consecuencia de esto ha derivado en que “España no se puede cambiar; es un tema imposible, es la visión que tenemos ahora mismo desde aquí, por ello nos vemos en la capacidad de crear una Cataluña independiente que nos permita moldear este estado de la forma que queríamos. No es un proyecto empezado desde arriba, sino desde abajo”, advierte.
Más allá del derecho a votar
Respecto a la necesidad de voto en Cataluña; Víctor denuncia que el voto no se tendría que cuestionar porque es un derecho básico, lamenta que el discurso se centre solamente en eso, porque “cuando das por hecho el voto, solo te tienes que ocupar de construir el futuro. Está convencido de que tenemos que pensar cómo “ejercer la libertad que estamos reclamando”, pero lo cierto es que defender el derecho a votar en Cataluña a su juicio “ha evitado el debate de cómo tiene que ser en el futuro”.
Falta de oportunidades
En otro sentido Víctor lamenta que como consecuencia de falta de oportunidades laborales, la gente se vea obligada a marchar fuera de España y abandonar un entorno donde podría haber una calidad de vida solo por las circunstancias meteorológicas y creativas; “es una pena que estemos padeciendo de tanta mediocridad”, se queja. Por eso debemos ser más conscientes de lo que tenemos y lo que nos puede ocurrir si jugamos con todo lo que estamos jugando porque es nuestro bienestar y nuestra salud mental lo que está de por medio. “Tendríamos que europeizarnos en cuanto a la mentalidad”, dice.
Lo perjudicial de la ley Wert
En todo esto hay un tema que para Ferriol Tugues es importante y es el que atañe a la educación; él opina que “detrás de la ley Wert hay un cierto interés en tener una sociedad con un nivel intelectual bajo”. Sin embargo le sorprende que la ilusión de crear un nuevo país en Cataluña haya permitido que la gente se interese por temas que nunca había mostrado interés y ese interés hace que crezca el nivel cultural; lo que en suma hace mejor un país. “Aunque no nos pongamos de acuerdo en este proceso de pensar un nuevo país, discutir, participar, comentar nos hace mejores sin duda”.
El sistema educativo finlandés
Como parte de una puesta en marcha dentro de lo que son los proyectos, Ferriol relata que están a punto de lanzar un vídeo sobre educación, “necesitamos aprender del sistema finlandés, cuyo gran éxito consiste en descentralizar la educación y que cada centro tenga un carácter propio y que cree equipos unidos y con un objetivo común que es educar de una forma concreta; los proyectos para cada centro son distintos; no hay un sistema impuesto desde el Ministerio de Educación; hay unas líneas generales que se tienen que seguir y cada centro las adapta a su forma”. En cierta manera “es un poco el éxito de la ANC que consiste en dar mucha libertad a sus asociados para tener iniciativa”, compara.
Otra vía de actuación
Por si fuera poco “hemos empezado otra vía de actuación que es la vía de los tribunales”, revela Víctor, por eso “hemos plantado cara al Tribunal Supremo a través de una solicitud de amparo para que se proteja nuestro derecho fundamental a la libertad de expresión”. Y, si es necesario también se lo pediremos al “Tribunal de Justicia de la Unión Europea” Y es que considera que prohibir la consulta es “atentar contra la libertad de expresión de los catalanes” Lo han hecho así para que quede testificado “que exigimos, reclamamos nuestro derecho a opinar, de una manera legal en la misma línea que ellos se refieren”. Si hay tanta legalidad “pues vayamos por lo legal a reclamar nuestro derecho de ciudadanos de este país”. Es un derecho “por eso montamos una V o una cadena kilométrica. Vamos a votar en las elecciones”.
Orgullo de ser catalanes
Para Víctor es un orgullo convivir en Cataluña “con gente que sale a la calle y es capaz de organizar movilizaciones y se levanta el 11 de septiembre con predisposición a reclamar ser escuchado para que este mensaje llegue a todo el mundo”.
Por su parte Ferriol coincide con él, pero agrega que es un aspecto positivo canalizar de forma pacífica y con buen humor “los ataques e insultos por parte de tertulianos de diversos medios o incluso del mismo gobierno español”. Y es que tenemos la capacidad “para mostrar una actitud pacífica y cívica; de darle la vuelta en positivo, de esto estoy muy orgulloso yo. Si no fuera catalán me apetecería serlo por este talante”, Víctor “sin duda” está también de acuerdo en eso que acaba de referir su compañero.
Para terminar quieren hacer un llamado “a la acción” para que toda la gente que considere que tiene una idea buena se sume a los proyectos de The Catalán Project. Y es que al final “son proyectos hechos por la gente y para la gente”.