El conflicto en Ucrania habría sido el detonante del inicio de una época de deshielo en las relaciones entre Cuba y EEUU, jugada geopolítica tras la que se escondería el deseo inconfeso de la Administración Biden de blindar el Caribe para evitar la reedición de la Crisis de los misiles de 1962 pues la continuación del Bloqueo contra Cuba podría generar un vacío de resultados imprevisibles en plena Guerra Fría 2.0 entre EEUU y Rusia que podría terminar por dibujar una nueva cartografía geopolítica en el Caribe.

A pesar de las esperanzadoras declaraciones de Joe Biden sobre su intención de reconducir las relaciones con Cuba, en una entrevista concedida a la CNN, el asesor de Joe Biden para América Latina, el colombiano Juan González, descartó un nuevo deshielo con Cuba y aseguró que «Joe Biden no es Barack Obama en la política hacia la Isla» al tiempo que añadió que «el momento político ha cambiado de forma importante». Dichas afirmaciones se habrían visto corroboradas con el apoyo expreso de Biden a las recientes asonadas que serían la punta del iceberg de la nueva Revolución de Colores impulsada por la CIA al declarar que «nos unimos al pueblo cubano y a su clamoroso llamado por la libertad», asonadas que terminaron diluyéndose en la nada.

Sin embargo, la decisión de Biden de continuar con el endemismo del Bloqueo e imponer nuevas sanciones a destacados dirigentes cubanos podría generar un vacío de resultados imprevisibles en plena Guerra Fría 2.0 entre EEUU y Rusia, que podría terminar por dibujar una nueva cartografía geopolítica en el Caribe. Así, Rusia estaría negociando instalar sus bases militares con Cuba, Venezuela, Nicaragua, Seychelles y Singapur con el objetivo inequívoco de ampliar el radio militar ruso, no siendo descartable que de continuar el Bloqueo contra Cuba, asistamos a la firma de un nuevo Tratado de Colaboración militar ruso-cubana (rememorando el Pacto Secreto firmado en 1960 en Moscú entre Raúl Castro y Jruschov), pudiendo revivirse la Crisis de los Misiles Kennedy-Jruschev (octubre, 1962).

El conflicto en Ucrania habría sido el detonante del cambio de la percepción geopolítica de la Administración Biden y asistimos al inicio de una época de deshielo en las relaciones Cuba EEUU que, aunque no alteran la cruda realidad de un embargo anacrónico, significan la flexibilización de ciertas medidas implementadas por la Administración Trump, como la reanudación de vuelos comerciales a varias ciudades cubana, la suspensión del límite de 1.000 dólares en el envío de remesas así como la ampliación de visas y el apoyo a un amplio acceso universal de Internet en la Isla. Dichas medidas fueron calificadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano como «un paso limitado en la dirección correcta» y se verán reforzadas por la pronta salida de Cuba de la Lista de «Estados Patrocinadores del Terrorismo» que impedían al Gobierno cubano acceder a ayudas económicas de organismo internacionales como el Fondo Monetario Internacional con lo que podríamos asistir al inicio de una nueva etapa para Cuba que significaría la asunción de un rol activo en el nuevo escenario geopolítico mundial que se estaría dibujando tras la crisis ucraniana.

Articulista en Revista Rambla | Otros artículos del autor

Nacido en Navarra en 1957. Escribe análisis sobre temas económicos y geopolíticos. Es miembro de Attac-Navarra. Colabora habitualmente en varios medios digitales e impresos españoles y latinoamericanos.

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