El uso diario e indiscriminado de productos cosméticos puede producir efectos negativos en nuestra piel. Sufrir de este problema se denomina “piel asfíctica” y, aunque suele ser más común en personas con pieles de tendencia grasa, puede aparecer en cualquiera que abuse de los cosméticos.
La combinación de una piel grasa o poco hidratada con productos fabricados a partir de fórmulas excesivamente grasas provoca la obstrucción de los poros, lo que conduce a la aparición de manchas, puntos negros y acné.
Lo más eficaz para evitar este problema es no utilizar cosméticos con un alto grado de comedogenicidad, es decir, aquellos que favorecen la obstrucción de los poros de la piel, como el ácido oleico o el ácido láurico.
Errores más comunes en el uso de cosméticos
El principal error que cometen la mayoría de las personas es una insuficiente limpieza de la piel. Muchos de nosotros tendemos a pensar que el hecho de no usar maquillaje hace innecesario seguir una rutina de limpieza de la cara, pero esto no es cierto. Lo ideal es hacer una limpieza mañana y noche, más en profundidad en este segundo caso.
El segundo error más frecuente está relacionado con el anterior, y es aplicar cremas y otros productos sin haber limpiado antes la cara. El motivo es que, si la piel no está limpia, los principios de los productos aplicados no se absorben correctamente, creando capas superficiales y obstruyendo los poros.
Pero el peor de todos los errores consiste en no hidratar correctamente la piel. Aquellos que tienen piel grasa suelen pensar que la aplicación de una crema hidratante favorece la aparición de acné, por lo que evitan hacerlo. En realidad, es al contrario, una hidratación insuficiente es una de las principales causas del acné.
Soluciones para la piel asfíctica
Una de las soluciones más rápidas y efectivas que existen para las personas con este problema es la de someterse a un tratamiento de limpieza y regeneración denominado Aquapure. Se realiza con un equipo que, de una forma completamente no invasiva y en cuatro fases, limpia, hidrata, nutre y devuelve el esplendor a una piel maltratada por el abuso de cosméticos y donde ha aparecido manchas y acné. Cada sesión dura entre 45 y 60 minutos y se obtienen resultados desde el primer día.
Otro tratamiento bastante eficaz es el denominado OxyGeneo. Se trata de un tratamiento manual pensado para pieles no únicamente con acné, sino que también han sufrido otros daños por empleo de productos inadecuados, ácidos, contaminación, etc. que pueden provocar en la cara rojeces, desequilibrios del PH o hipersensibilidad. Funciona aumentando los niveles de oxígeno en la piel combinado con la aplicación de ultrasonidos y los resultados son fantásticos.
Como última opción y recomendable para casos severos de acné, podemos optar por un peeling químico avanzado realizado por profesional médico. Consiste en la aplicación de ácidos exfoliantes en concentraciones de uso clínico y controlados por un especialista. Los ácidos más empleados habitualmente son el ácido glicólico y el ácido salicílico. De esta forma se intenta acelerar la regeneración celular de la piel y reducir la producción de grasa.
En cualquier caso, antes de optar por un tratamiento u otro, lo más aconsejable es ponerse en manos de un profesional de la estética o de un dermatólogo si el caso lo requiere y tomar las decisiones más adecuadas a las necesidades de cada piel.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.