La actividad de hoy, convocada para las diez de la mañana, se suma a la realizada anoche en distintas ciudades del país, cuando miles de personas asistieron a las concentraciones nocturnas con motivo de la jornada “Noche y Día contra la reforma laboral” para hacer ver su rechazo a la iniciativa del gobierno.
En Barcelona la cita de ayer fue desde las 22 horas en Plaça de Sant Jaume, para después trasladarse hasta la Delegación del Gobierno en carrer de Mallorca, donde volvieron a reunirse hoy en una nueva protesta.
Hasta ese lugar llegaron manifestantes sindicales que enarbolando banderas de CCOO y UGT tuvieron durante un breve espacio cortado en transito vehicular sin que se registraran problemas, mientras un grupo de mossos d’esquadra protegía la fachada de la Delegación dificultando el caminar por las veredas.
Josep Maria Àlvarez y Joan Carles Gallego, secretarios generales de Unió General de Treballadors y de Comissions Obreres,ingresaron al edificio para hacer entrega de una carta a las autoridades, la cual hace presente el descontento y la preocupación por el trámite que entra al parlamento.
A la salida, los dirigentes caminaron hasta una improvisada tarima desde donde, en breves palabras, señalaron la importancia de organizarse contra una medida que consideran ilegal.
Ambos hicieron hincapié en la necesidad de luchar frente a este trámite, ya que ha sido parte de un engaño de las autoridades de gobierno hacia su electorado, a quienes prometieron condiciones que a sólo tres meses de asumir el poder, fueron traicionadas.
Àlvarez señaló que las medidas anunciadas no han sido de cara a la gente y poniendo en manos de los empresarios y los poderosos las riendas de este gobierno: “da la sensación de que en España conviven dos países distintos; por un lado uno que reivindica los derechos sociales, y por otro, un parlamento que da la espalda a la ciudadanía y lo traiciona” agregó.
Por su parte, Gallego manifestó que la reforma laboral traerá consigo más desigualdad, más pobreza y por lo tanto, más injusticia social e insistió en la necesidad de un gran pacto que pueda poner freno a lo que consideran una verdadera agresión.
La convocatoria culminó tranquilamente restituyéndose el flujo vehicular y despidiéndose al grito de ¡Visca la lluita obrera!.
Periodista.