Para la mayoría de los usuarios españoles, el precio de la factura de la luz es una preocupación que acecha sin contemplaciones.

Aunque se hayan tomado medidas para contener la subida de la electricidad, el recibo a fin de mes puede causarnos algún que otro sobresalto. Para evitar estos temores, que deberían ser innecesarios, podemos usar herramientas que nos permitan ajustar el gasto en electricidad.

Una solución útil y al alcance de cualquier usuario es utilizar un comparador de precios. Se trata de webs o aplicaciones que nos darán rápidamente una estimación de nuestro gasto mensual en función de una u otra operadora eléctrica.

Precios por las nubes

Según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el precio de la luz en España, en el primer trimestre de 2022, se incrementó en un 95% respecto al mismo periodo del año anterior, cifra que supone pagar de media unos 160 euros más. De hecho, marzo pasado fue el mes que más cara se pagó la factura de la luz en toda la historia. A esto hay que sumarle una inflación desbocada superior al 8% y el estancamiento de los salarios. Hechos que han convertido el llegar a fin de mes en una odisea para muchas familias.

Estos despropósitos suponen que lo que se conoce como ‘pobreza energética‘ (personas que no pueden pagar los servicios mínimos de electricidad o el gas para satisfacer sus necesidades básicas) afecta ya a 4,5 millones de hogares en el estado español, pese a las medidas tomadas por el Gobierno.

Bono social

Ante este aluvión de hogares sin capacidad para afrontar el pago de las facturas energéticas, existe lo que se conoce como Bono Social eléctrico, al que pueden optar familias numerosas o con ingresos mínimos, independientemente de la empresa con la que tengan contratado el servicio. Gracias a esta cédula, las personas con dificultades económicas pueden conseguir un descuento que oscila entre el 60 y el 70% de la factura.

Antes de solicitarlo debemos informarnos bien sobre los requisitos porque desde abril de 2022 han cambiado. Ahora, para obtenerlo, se tendrán en cuenta los ingresos de toda la unidad de convivencia y no solo del titular del suministro. Además, el Bono Social solamente puede ser solicitado por hogares con una potencia contratada inferior a 10 kW.

Comparador de precios

Sea cual sea nuestra situación económica o dispongamos o no del Bono Social, siempre es recomendable estar al día de los precios y las ofertas que ofrecen las operadoras eléctricas. Con la liberación del mercado, se abrió un abanico para que nuevas empresas comercializaran electricidad. Estas comercializadoras se encargan de comprar la energía en la subasta del OMIE (Operador Mercado Ibérico de Electricidad) y luego aplican los precios que consideran convenientes a sus clientes. Dada la competencia del sector, existen decenas de tarifas o precios, casi personalizados, que buscan amoldarse a las necesidades de cada usuario.

Por eso usar un comparador de precios nos permitirá saber en pocos segundos cuáles son las mejores ofertas de luz para nuestro bolsillo. Estas webs disponen de formularios muy fáciles de rellenar para que cualquiera pueda calcular y comparar los precios de todas las compañías. Los comparadores de precios integran en sus bases de datos todos los precios, ofertas y tarifas actualizados que ofrecen las comercializadoras. Con un solo clic, la web encontrará la mejor solución para nuestro caso.

Así, simplemente colocando en la casilla nuestra potencia contratada y nuestra media de consumo mensual ya aparecerán todos los resultados con los precios mensuales orientativos y todos los impuestos incluidos. Normalmente, en cada oferta también encontraremos la forma de contacto con la comercializadora para que podamos informarnos directamente con la empresa.

Informarnos debidamente sobre la compañía

Una vez hayamos decidido qué tarifa nos conviene más es muy importante informarse sobre la compañía que la oferta, sobre todo si no es la que tenemos contratada. Como en todos los sectores siempre existe un punto de picaresca y algunas ofertas no terminan de ser muy claras.

Tal y como se explica desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), esta situación se da sobre todo en las tarifas indexadas del mercado libre, que varían en función del precio en el mercado mayorista. En este caso, la compañía ofrece un precio final a partir de una fórmula matemática que en ocasiones cuesta saber. Al final, la empresa puede fijar libremente el margen de comercialización porque no está regulado. Pero quien acaba pagando estos vaivenes es el consumidor.

Por eso vale la pena dedicarle un poco de tiempo y análisis antes de lanzarnos a ofertas muy llamativas y comparar bien los precios, no vaya a ser que al final nos quedemos a oscuras.

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