En un Consejo Nacional Extraordinario celebrado este domingo en Hospitalet, el partido de Duran Lleida resolvió dejar a criterio de cada militante la respuesta a la segunda pregunta de la consulta del 9N (“¿Quiere que Catalunya sea un Estado independiente?”) por falta de consenso interno.
En un Consejo Nacional Extraordinario celebrado este domingo en Hospitalet, el partido de Duran Lleida resolvió dejar a criterio de cada militante la respuesta a la segunda pregunta de la consulta del 9N (“¿Quiere que Catalunya sea un Estado independiente?”) por falta de consenso interno.
Ya quedan pocas casillas sin definir en el tablero de la partida por la autodeterminación. Ayer, en un Consejo Nacional Extraordinario organizado expresamente para debatir su posición política en cuanto a la posible consulta del 9N, Unió Democràtica de Catalunya (UDC) aprobó por unanimidad dar un sí rotundo a la primera pregunta, pero no se moja en lo relacionado a la segunda. Ante la cuestión de si Catalunya ha de ser un Estado, los más de cincuenta consejeros de Unió reunidos en el Congreso, alzaron la mano a favor. Pero ya llegados al punto de votar sobre la respuesta a la pregunta de si ese Estado tendría que ser independiente o no, las posturas han estado divididas.
El secretario general del Comité de Gobierno de Unió, Ramó Espadaler explicó en rueda de prensa posterior al Congreso, que “dentro del partido hay diversidad de pareceres sobre el modelo que tenemos en nuestros textos congresuales, el confederal, que parte del reconocimiento de Catalunya como sujeto político. A partir de aquí hay quien defiende que la confederación solo es asumible desde el sí y el sí a la independencia, para poder hacer acuerdos de tú a tú con el Gobierno central; y hay quienes creen que la confederación solo es posible a través de una modificación profunda de la Constitución que reconozca a Catalunya como un sujeto de derecho, lo cual conduciría al Sí-No”.
Pero Espadaler aclaró también que, llegados a este punto en el que un diálogo con el gobierno de Mariano Rajoy parece cada vez más inviable- sobre todo tras el veto a la consulta por parte del Tribunal Constitucional– hay posturas dentro de Unió que consideran que “ya no hay ninguna otra salida política más que la independencia”.
Pese a las divergencias entorno a la famosa segunda pregunta, Unió sí que ha querido dejar claro su apoyo total a la celebración de una consulta por un nuevo modelo de Estado. En un comunicado publicado tras el Congreso extraordinario, el partido nacionalista manifestó como imprescindible “la superación del actual marco de las autonomías”, por considerarlo “un modelo de Estado que no solo impide el pleno desarrollo de Catalunya sino que supone una regresión inasumible en aspectos tan esenciales para nuestra cohesión social como el financiamiento de los servicios públicos o el mantenimiento de un modelo educativo propio, esencialmente integrador”. En este sentido, el secretario general del partido remarcó “la más firme voluntad de poder ser consultados a las urnas amparados por la legalidad”.
Ramó Espadaler insistió en que las diferencias de posturas no deben eclipsar lo que, según él, es lo más sustantivo del acuerdo logrado durante este domingo en Hospitalet de Llobregat: la unanimidad por “la defensa de la plena soberanía de Catalunya”. El dirigente remarcó que quieren dejar al criterio de cada militante la respuesta a la segunda parte de la pregunta pero que, eso sí, el contencioso que tienen en estos momentos con el Gobierno central ha de dar salida a las urnas. “La cuestión no tiene que resolverse en el Tribunal Constitucional sino desde la política democrática: votando al amparo de la ley y dialogando” declaró Espadaler.
Sin embargo, las tres horas de debate en el Consejo demuestran que ese acuerdo no ha sido una tarea fácil. En el Congreso formado por cerca de 350 asistentes había opiniones tan dispares como las del expresidente del Parlament, Joan Rigol, presidente del Pacte Nacional pel Dret a Decidir, y Antoni Castellà, que promueven el voto del doble ‘sí‘; y la del propio presidente de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, mucho más favorable a no cerrar la puerta a ninguna opción. Ya en último congreso del partido en Sitges se pudo ver el choque entre una parte destacada de los delegados que manifestaron su apoyo al “sí” en las dos preguntas del 9-N y el discurso de Duran Lleida, partidario del “sí-no”.
Al dejar, finalmente, la decisión a la libre conciencia de cada uno de los militantes, Unió evitó el enfrentamiento entre las diferentes posiciones del partido y dio un paso adelante en el camino hacia su futuro político. A partir de ahora, quedará por definirse su eventual participación en una lista única independentista, si se corrobora que no es posible la consulta del 9 de noviembre y se adelantaran, entonces, las elecciones en los próximos meses.