Miles de personas han participado este mediodía en la plaza de Catalunya de Barcelona en una concentración de carácter festivo a favor de la unidad de España y en contra del proceso independentista. Reunidos bajo el lema “Som Catalunya, somos España”, los manifestantes han llenado la Plaza de Catalunya de banderas catalanas y españolas, con especial preponderancia de estas últimas.  El acto ha finalizado con la lectura de un manifiesto por parte de los atletas olímpicos Ander Mirambell y Jesús García Bragado, que han defendido, en un texto leído en catalán, castellano e inglés, la unidad de España y la inconveniencia de una hipótetica secesión de Catalunya.

La movilización, convocada por la plataforma “Som Catalunya, somos España”, ha reunido una nutrida representación del PP de Catalunya y de Ciutadans para defender una Catalunya dentro del marco constitucional e incluida en el Estado español. Los organizadores han desplegado al inicio del acto una gran bandera hispano-catalana de 100 metros de largo y 15 de ancho, que simbolizaba la convivencia y el sentimiento español en Catalunya y por la unidad de España.

La concentración ha finalizado con la habitual guerra de cifras entre organizadores y la Guardia Urbana de Barcelona, con el añadido de la delegación del Gobierno.  Los organizadores han asegurado a primera hora de la tarde que el total de asistentes superaba los 160.000. La delegación del Gobierno sitúa la cifra en 100.000. Mientras, la Guardia Urbana ha contabilizado 30.000 asistentes. En todo caso, este año la asistencia a la concentración del 12 de octubre ha superado con creces la del año anterior y ha llenado por completo la Plaza de Catalunya, obligando a cerrar los laterales de la plaza al Paseo de Gràcia, la Ronda de Sant Pere y la Rambla de Catalunya.

Para la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, la manifestación es una muestra de que «la Catalunya silenciosa empieza a tener voz y rompe su silencio» y ha advertido al PSC y a Unió Democràtica del «error histórico» que supondrá no haber apoyado esta convocatoria, aunque el líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, había autorizado a los militantes de su formación a sumarse al acto de forma individual. La dirigente de los populares catalanes, desautorizada esta semana por su partido tras su propuesta de financiación para Catalunya, ha ahondado en la utilización de este acto como réplica al independentismo al declarar que “la Vía Catalana no es la única imagen de Catalunya” y ha alertado contra “la ruptura de la convivencia y la fractura de la sociedad” que, en su opinión, lleva aparejado el derecho a decidir.

Por su parte, Albert Rivera, líder de Ciutadans,  ha expresado que la manifestación de esta mañana en la Plaza de Catalunya “es la imagen de Catalunya plural y unida, dentro de una España plural y unida». Rivera ha coincidido con Sánchez-Camacho en que «el tiempo de silencio se ha acabado» y ha aprovechado para repartir más estopa a los socialistas por no unirse al acto, y les conminaba a acudir, al menos, a los actos previstos para el Día de la Constitución. Mientras, el portavoz de la plataforma organizadora de la concentración, José Domingo, reivindicó que la concentración había servido para «demostrar una obviedad: que muchos catalanes nos sentimos españoles y que queremos seguir siéndolo». Domingo ha asegurado que la participación podía haber sido mucho mayor y reclamó a «socialistas, simpatizantes de Unió y a quienes defienden el actual marco a hacer una reflexión» sobre la actual situación política.

La concentración ha contado con el visible apoyo de la organización del Partido Popular,  evidente en los numerosos asistentes con camisetas azules con el lema Som 47 milions, y llegados en los más de 60 autocares fletados por el PP. Junto a Sánchez-Camacho, han acudido al acto todos los diputados y ediles populares catalanes, entre ellos el alcalde de Badalona -tercera ciudad catalana-, Xavier García-Albiol, y el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz. A la representación popular se sumó también el secretario general del PP Vasco, Ignacio Oyarzabal. En el acto, las pancartas de diversos tamaños han proliferado entre los asistentes con lemas como «Estrellados, no gracias», «Tenemos un solo corazón», «Aislarse es empobrecerse», «Silencio, nunca más»  o las habituales referencias deportivas y a la selección de fútbol.

La cercana marcha fascista ha acabado provocando algunos problemas a la organización de la convocatoria que han invitado a varios manifestantes a abandonar la concentración al ondear banderas preconstitucionales. La plataforma organizadora, recibida esta pasada semana por el president de la Generalitat, había insistido que el acto del Día de la Hispanidad debía ser pacífico y democrático, y que la ultraderecha no tenía cabida. De todas formas, miembros de la Falange y del barcelonés Casal Tramuntana -inspirado en la organización fascista italiana Casa Pound-, han intentado participar en la convocatoria tras una pancarta con el lema “La España catalana en lucha por la tierra”. Durante la lectura final del manifiesto cívico por la unidad española de García Bragado y Mirambell, los ultras han repetido la consigna “¡No nos engañan, Cataluña es España!”, lanzada durante el asalto fascista a la delegación de la Generalitat en Madrid el pasado 11 de septiembre, sin repercusión alguna entre los miles de asistentes al acto. En la manifestación, también ha estado presente una representación del  Sindicato Unificado de Policía (SUP) y, como curiosidad, un puñado de asistentes portaban banderas y enseñas carlistas, entre ellas la boina roja.

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