Ni EEUU, ni Polonia, ni la OTAN sostienen la versión ucraniana sobre la autoría rusa del lanzamiento del misil que impactó en territorio polaco el pasado martes, causando la muerte de dos personas. La causa más probable, según mantienen tanto desde Rusia como desde la OTAN, es que se tratara de un misil defensivo ucraniano de fabricación soviética que se desvió.
Volodímir Zelenski, en cambio, sigue en sus trece: «tengo informes de mi ejército que dicen que el misil lo lanzó Rusia, yo me creo a mi ejército», ha dicho en una de sus tediosas comparecencias. No es la primera vez que el presidente ucraniano se enroca en una tesis, a todas luces, errónea o deliberadamente manipulada.
El orgullo de Zelenski está herido y sabe que requiere de la implicación directa de la OTAN en el conflicto para hacer realidad su particular distopía. A él parece que le importa poco que la guerra pueda escalar a un nivel de no retorno. De hecho, ha sido su gobierno el que ha rechazado continuamente retomar el diálogo con Rusia, pese a la recomendación de EEUU que le sugería lo contrario la semana pasada. Zelenski es como un pozo sin fondo: siempre pide más. Sin embargo, parece que los países aliados del ucraniano se están empezando a hartar.
El mismo día del ataque, Joe Biden, ya insinuaba que no tenía suficientes pruebas para afirmar que el misil había sido lanzado desde el bando ruso. Poco después, en la reunión del G-20, ni uno solo de los mandatarios internacionales se atrevió a culpar a Rusia. Ayer, Jens Stolberg, secretario general de la OTAN, afirmaba que «nada indica que Rusia esté preparando acciones militares ofensivas contra la Alianza». Paralelamente, Andrzej Duda, presidente de Polonia, afirmaba, en la misma línea, que «nada indica» que se trate de un «ataque intencionado contra Polonia».
No obstante, como la OTAN y sus aliados ya no pueden recular, venden el mensaje de que en última instancia la culpa sí ha sido de Rusia, porque fue ella quien inició la guerra. Lo que está claro es que como Zelenski se vuelva un estorbo para EEUU y la OTAN, poco lo veremos aparecer en TV.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.