El pasado 21 de febrero, en el Centro de Documentación Europea de la UAB, regentado por la diligente y creativa Conxi Muñoz Ruiz, tuve la oportunidad y el placer de participar en una conferencia-tertulia sobre las “Elecciones a la Unión Europea: soluciones a través del paneuropeísmo”. Fue impartida a dos manos: el doctorandoFrancesco Camonita, quedisertó sobre las “elecciones europeas”; y un miembro del neonato partido Volt, Manuel Biagi, que presentó esta nueva formación política. La conferencia fue seguida de un animado y estimulante debate con el público asistente (jóvenes universitarios europeos y españoles). Ante la proximidad de las elecciones europeas del 26M, viene como anillo al dedo sintetizar lo expuesto por ellos.
Tanto el uno como elotro levantaron acta del estado lamentable en el que se encuentra el barco europeo, que va a la deriva, que hace aguas y que puede encallar y naufragar, si no se hace algo para evitarlo. Para el Sr. Camonita, los electores no hacen ni caso a las elecciones al Parlamento europeo, que son consideradas como unas elecciones de segundo orden. De ahí la escasa participación en estos comicios europeos. Además, consideran que el Parlamento europeo es simplemente un cementerio de elefantes o un retiro de lujo o un premio o una bicoca, para las clases políticas nacionales, a cambio de “estar” y no hacer nada. Y, por lo tanto, los diputados europeos están sólo dedicados a vivir y a vivir del sudor de los votantes-ciudadanos europeos.
Por su lado, según el Sr. Biagi, la Unión Europea (U.E.) vive una situación dramática, fruto del profundo malestar y creciente desafecto de los ciudadanos hacia el “proyecto europeo”; malestar y desafecto, que pueden conducir a su destrucción. En efecto, hasta ahora, se ha ido dando forma a la “Europa de los Mercados”, olvidándose de la “Europa de los Ciudadanos”, al carecer aquélla de políticas correctoras de las leyes del mercado para potenciar los derechos sociales y el Estado del bienestar. Esta “Europa de los Mercaderes” ha provocado una serie de debilidades estructurales, que pueden hacer naufragar el proyecto europeo. A título ilustrativo y sin ánimo de ser exhaustivo, basta con que pensemos en la creciente desigualdad entre los ciudadanos, en la falta de transparencia y de rendición de cuentas de las instituciones europeas, en el individualismo de los Estados miembros (cada uno barre para su casa, sin pensar que los problemas de un país son los problemas de todos), en el desmantelamiento del Estado del bienestar, en la pérdida de derechos y de conquistas sociales, en la precariedad del empleo, en los altos índices de desempleo, etc.
Todo esto ha provocado un profundo desafecto en los ciudadanos hacia el proyecto europeo y un creciente desencanto entre los europeos de a pie. De estos polvos, los lodos del Brexit; y, en la mayor parte de los países miembros de la Unión Europea, los lodos de la multiplicación de los euroescépticos, de los eurocríticos, de los eurófobos, de la resurrección de los nacionalismos, del renacimiento de los partidos extremistas y de los partidos populistas, del ¡Sálvese quien pueda!, etc.
Para hacer frente a todos estos problemas y a la previsible destrucción de la Unión Europea, según el Sr. Biagi, los ciudadanos europeos debemos movilizarnos y empoderarnos en defensa de la Unión Europea. Este empoderamiento, permitirá revitalizar la democracia y poner coto a los burócratas y a la sesteante casta política europea. Además, posibilitará el impulso de políticas inclusivas, solidarias y redistributivas. Por otro lado, propiciará la armonización y la convergencia de las identidades locales y nacionales con una identidad europea común. También permitirá llevar a cabo una “política de las cosas”, alejada de las declaraciones grandilocuentes y retóricas, que busque soluciones reales a problemas reales. Finalmente, este empoderamiento podrá propiciar una evolución de la Unión Europea hacia una mayor convergencia económica, política, social y laboral de los países miembros; en definitiva, una mayor justicia e igualdad entre los europeos.
¿Cómo podremos movilizarnos y empoderarnos los ciudadanos europeos? Ante la gestación lenta y accidentada de la Unión Europea y ante un aborto previsible, no se puede seguir confiando, según el Sr. Biagi,en aquellos partidos tradicionales que han conducido a la “nascitura” Unión Europea a la situación crítica que está viviendo. Por eso, hay que dar un voto de confianza a las nuevas formaciones políticas, que han surgido para defender, potenciar y consolidar los futuros “Estados Unidos de Europa”. Entre estas nuevas fuerzas políticas está VOLT, que tiene la pretensión de ser la tabla de salvación para evitar el naufragio definitivo del herido y maltrecho proyecto europeo.
VOLT nació, en 2017, de la mano de tres jóvenes europeos de la llamada “generación Erasmus” o “generación milleannials”: un italiano, Andrea Venzon; una francesa, Colombe Cahen-Salvador; y un alemán, Damian Boeselager. Estos tres jóvenes se cayeron del caballo, como Saulo de Tarso camino de Damasco, el día en que se produjo el “big bang”del Brexit (2016). Desde entonces, sólo les ocupó y preocupó cómo defender la Europa unida y sus ideales, ante la desidia de los partidos tradicionales, ante el renacimiento de los partidos nacionalistas y populistas, y ante la proliferación de los euroescépticos y eurófobos.
VOLT [< “revolt” (ingl.): “rebelión”] es un partido paneuropeo (que aspira a la aproximación política, económica y cultural de los países de Europa), transnacional (implantado en todos los países de la Unión Europea) y transversal (la fractura no está entre derecha e izquierda, sino entre “europeístas” y “populistas”). Se trata de un antídoto contra la oleada populista, neo-nacionalista y euroescéptica. Por eso, ha nacido con el compromiso de reformar la Unión Europea y no de destruirla y para que los ciudadanos recuperen la fe en la política. Para ello, se propone cambiar el panorama político europeo, rompiendo la burbuja de los partidos tradicionales, condiciónsine qua nonde una regeneración política real y en toda regla. Sólo así se podrán afrontar los desafíos actuales y futuros de la Unión Europea en un marco europeo y no en el marco nacional, como han hecho hasta ahora los impotentes partidos tradicionales. Por todo esto, VOLT se presenta a las elecciones del 26M, en todos los países de la Unión Europea, con unas mismas siglas, con una misma bandera, con un mismo color, con un mismo programa.
Ante el desprestigio de la casta política tradicional y de los brotes verdes de la nueva (C’s, Podemos, VOX, …), cortados todos por el mismo patrón, y ante los desafíos a los que tiene que hacer frente la Unión Europea, era y es muy necesario y esperanzador el nacimiento de partidos paneuropeos, transnacionales y trasversales como VOLT. Ahora bien, en las elecciones del 26M, será muy difícil que VOLT tenga éxito electoral y pueda aplicar su programa.
Por un lado,los medios de comunicación, al menos en España, han hecho oídos sordos y “vista ciega” a las propuestas de VOLT. Durante la campaña, nunca han hablado de este partido y, por lo tanto, es un desconocido para los electores. Y ya se sabe que lo que no se conoce no existe y no puede ser votado ni amado. Por otro lado, como quedó reflejado en el debate que siguió a la conferencia precitada, los jóvenes, engañados y decepcionados reiteradamente por los partidos tradicionales, son recelosos a implicarse en las nuevas formaciones políticas. Tienen miedo a ser engañados una vez más ya que, como reza el proverbio árabe, “La primera vez que me engañes, será culpa tuya. La segunda será culpa mía«.
Por lo tanto, VOLT tendrá que esperar para aplicar sus buenas ideas y materializar sus regeneradoras intenciones, para que se instalela “Europa de los ciudadanos, la Europa Social, la Europa del Bienestar, la Europa de los Principios y Valores. Sin embrago, su tiempo llegará inevitablemente, para salvar del naufragio al barco de la Unión Europea. Ahora bien, cuando llegue su momento, VOLT tiene que tener preparado el antídoto o vacuna para protegerse contra los “carroñeros” de otros partidos políticos que se acercarán a VOLT, cual moscas a un tentador panal de miel. Estos carroñeros son los que corrompen el ejercicio del poder y no lo contrario, como asevera el “dictum” de Lord Acton. En efecto, llegan a la política sin haber comido y sin comer, y sólo para poder comer. Y, luego, pasa lo que pasa: unos por otros, la casa sin barrer.
Doctor en Didactología de las Lenguas y de las Culturas. Profesor Titular de Lingüística y de Lingüística Aplicada. Departamento de Filología Francesa y Románica (UAB).