El monje tibetano y director de la Casa del Tibet de Barcelona, Thubten Wangchen, finalizó ayer a las once de la mañana, una huelga de hambre de 48 horas. La protesta la ha llevado a cabo de forma pública, junto a dos monjes más, en una carpa instalada en la plaza Universitat. Les han acompañado otras 10 personas, entre los que se encontraban tibetanos en el exilio, y también simpatizantes.
La huelga de hambre tuvo por objeto dar a conocer las recientes auto-inmolaciones llevadas a cabo en el Tíbet por jóvenes monjas y monjes para pedir respeto a los derechos fundamentales de los tibetanos, y el regreso del Dalai Lama.
Ante el silencio de la comunidad internacional y de la prensa en general, provocado sobre todo por el bloqueo de China al acceso de cualquier persona a los lugares donde han ocurrido las inmolaciones, los tibetanos en el exilio, los grupos de apoyo al Tíbet y los simpatizantes de la causa tibetana de todo el mundo, están coordinándose para llevar a cabo campañas globales de sensibilización y denuncia contra las políticas del régimen chino en el Tíbet.
En concreto, la Fundació Casa del Tibet y la Comunidad Tibetana, han preparado una serie de actos para pedir al Gobierno español que tome partido y solicite a China un cambio en su política represiva en el territorio del Tíbet. El director de la fundación afirma que no pide al gobierno español que deje de negociar con China, pero sí que no olvide el valor de la solidaridad hacia un pueblo que no tiene voz. Y añade: «No estamos pidiendo ayuda para una familia que pasa por apuros. Se está perdiendo una cultura. ¡Está desapareciendo una nación!».
Diez jóvenes tibetanos han incendiado su propio cuerpo desde el pasado marzo para denunciar lo que consideran una injusticia y pedir el regreso del Dalai Lama, así como respeto a la libertad religiosa en el Tíbet. La mayoría de estos monjes eran del monasterio de Kirti, en la región de Ngaba (Aba en chino). Dawa Tsering, un monje tibetano de 38 años de edad, se inmoló el pasado lunes, tras los muros del Monasterio de Kardze, en el Tíbet oriental. Según fuentes de la Casa del Tíbet, periodistas de la AFP consiguieron llegar la semana pasada ante el Monasterio de Kirti en la región de Ngaba y clasificaron la situación de «Estado de sitio». Según los periodistas: «policías antimotines montaban guardia equipados con ametralladoras y barras de hierro».
La acción ha contado con el apoyo de la Comunidad Tibetana de España. Las otras dos personas que han llevado a cabo la huelga de hambre junto a Wangchen, son dos monjes recién llegados de India de la Universidad monástica de Sera, que están en Europa realizando una gira de sensibilización.
Otro de los actos estaba previsto para las 19:30h del día de ayer. Se trata de una marcha silenciosa y con velas desde la sede de la Fundació Casa del Tibet hasta la plaza Sant Jaume. Esa misma acción estaba programada en las principales ciudades del mundo bajo el lema de «Día Global de Acción”, a la que se suman las manifestaciones programadas en el marco de la reunión del G20, a la que han asistido los líderes de los países más influyentes del mundo, entre ellos el presidente de China, Hu Jintao.
De todo esto hemos estado conversando con Wangchen:
Durante el siglo XX solo ha habido, por así decirlo, dos invasiones coloniales: una es Palestina, y la otra el Tíbet. Parece que se mida de diferente manera, que medio mundo se preocupe de Palestina, y al Tíbet lo tengamos un poco olvidado…
Bueno, lo que pasa es que el pueblo Palestino es más potente.
Y utilizan las armas…
Sí pero lo importante es que los palestinos no tienen a China detrás…
Pero está Israel. Y los EEUU…
Sí, es verdad que los tibetanos somos un pueblo muy pacífico que seguimos la línea de Mahatma Gandhi y nuestra arma de lucha siempre es la verdad, y la no violencia es nuestro camino: ni la sangre, ni las matanzas, solo el diálogo. Y dialogar ¿con quién? con China es muy difícil; pero nada es imposible.
¿China está llevando a cabo una limpieza cultural en Tíbet?
Sí, estamos totalmente invadidos. Tíbet no es como un pueblo pequeño, como Andorra, ni como España; es cuatro veces España, es muy grande, y la gente no lo sabe. Somos seis millones, tenemos mucho terreno y eso le interesa a China, porque mil millones de chinos no caben en China. En Tíbet tenemos espacio. Y no solo eso. La gente piensa que el Tíbet es pobre porque no tenemos Corte Inglés, ni fábricas de armas, ni aviones… pero somos muy ricos en naturaleza. El agua es muy importante, todos los grandes ríos de la zona, el Ganges por ejemplo, nacen en Tíbet. Además hay grandes montañas. Y uranio. El uranio para los tibetanos no es importante, porque no vamos a construir bombas nucleares, y respetamos a la madre tierra, no explotamos la naturaleza. Como los chinos sabían de esta riqueza, nos invadieron. En la invasión murieron más de un millón de tibetanos, incluida mi propia madre. Han pasado 52 años, y todos los tibetanos tienen la esperanza de que el gobierno chino va a cambiar, porque internacionalmente va a conseguir apoyo. El Dalai Lama está trabajando fuera para eso. El mensaje del Dalai Lama es siempre de paz, y que nadie muera.
¿Por qué la huelga de hambre?
Desde este mes de octubre hay 20.000 soldados chinos desplegados en el Tíbet, dentro de los monasterios para vigilar a los monjes. Para reeducarlos y obligarles a denunciar al Dalai Lama. Si un monje no quiere denunciar, desaparece.
¿Por qué cree que ahora China hace este movimiento?
Porque después de 52 años de represión, quieren aniquilar hasta el idioma tibetano, porque no se parece en nada al chino, hasta el alfabeto es diferente. Y también la religión…
Pero parece que china se está abriendo ahora a las religiones ¿Por qué iban a hacer más presión?
La apertura religiosa de China existe, pero es muy superficial. Hay curas encarcelados. Ellos son comunistas, no tienen creencias. Si una determinada iglesia les puede aportar dinero, entonces están abiertos. Y lo que más les preocupa es que hay una parte de la población china que está interesada en el budismo y en el Dalai Lama, y eso les da miedo. Entonces empiezan la reeducación de los monjes. Los encarcelan y durante unos días no les dan comida. Después les dicen que porqué no le piden comida al Dalai Lama, o a Buda. Pretenden que denuncien al Dalai Lama por jefe feudal o terrorista, pero ellos se niegan. Hay 300 monjes desaparecidos. Y por eso desde marzo diez monjes y una monja se han autoinmolado. Es una pena…
Es una mala forma de protestar…
Sí. Nosotros lo tenemos prohibido, pero ellos consideran que, si no llevan a cabo estas acciones, la prensa internacional no va a hablar del Tíbet. Se toman de ejemplo unos a otros. Están muy desesperados, porque la paciencia tiene un límite. Por eso si el gobierno chino no afloja un poco, habrán más. Algunos jóvenes tibetanos habían pedido permiso al Dalai Lama para actuar con bombas, o matando, pero el Dalai Lama ha pedido que mientras esté vivo no haya sangre.
¿Entonces cree que esa nueva represión de china hacia el Tíbet es por su miedo interno a que la gente se convierta?
Sin duda, porque el budismo es muy fuerte entre los tibetanos, no somos fanáticos pero lo llevamos en el corazón. Y la gente quiere saber del Dalai Lama. Hace tres semana el Dalai Lama ha hecho una enseñanza budista en India, y casi mil chinos fueron a india para recibir sus enseñanzas.
La mayoría de la población china considera a los tibetanos como terroristas ¿A qué es debida esa imagen?
Es muy buena pregunta. El gobierno chino solo quiere enseñar la parte positiva de China, y esconder todo lo negativo. La propaganda que hace China es que el Tíbet antes era pobre, feudal, y ahora el gobierno chino ha traído el desarrollo y el progreso, y que los tibetanos están mucho más contentos ahora que con el régimen del Dalai Lama. En China hay solo la televisión oficial, y está controlada por el régimen comunista chino. El Dalai Lama es premio Nobel de la paz, todo el mundo ha reconocido esto, pero ellos dicen que somos terroristas. ¿Quien lo va a creer? Los chinos llevan muchos años escuchando esto. En 2008 hubo una manifestación en el Tíbet, después de los juegos, y los propios militares chinos se raparon el pelo, se vistieron de monje y se armaron con fusiles, para decir a la población que usamos armas. Y los chinos, pobres, no tienen otros medios de información. Incluso los chinos que viven aquí, en BCN, en sus tiendas tienen propaganda contra el Tíbet.
Usted que vive aquí en Barcelona ¿ha tenido algún problema con la población China instalada en la ciudad?
Directamente no, porque están muy ocupados con su tienda o su restaurante, y además no son malos, no son políticos ni nada, ellos escaparon de China, a través de la mafia o como sea, para conseguir mejor vida. Yo antes iba a restaurantes chinos y me hablaban en chino, porque piensan que Tíbet es chino, y yo no entiendo el chino ni me considero chino. Ya no voy, porque no puedo comer a gusto. Después del 2008, el gobierno chino ha hecho tanta propaganda negativa del Tíbet que por la calle casi todos lo chinos me miran mal. Yo les saludo con una sonrisa, porque Dalai Lama siempre dice que tenemos que hacer amistad con los chinos, pobres, porque ellos no entienden porque no tienen información. Los chinos no son tontos, pero no tienen información. En china no pueden abrir ni el Google.
Pero con las nuevas generaciones de Chinos que ya se han criado aquí, lo tendréis más fácil para hacerles entender lo que pasa en Tíbet ¿no?
En España no se da, pero en América, por ejemplo, hay muchos chinos universitarios, intelectuales, y cuando va el Dalai Lama conversan con él, porque están a favor. En París también, y en Ginebra, en Suiza… todos se están acercando. Ellos pueden entrar en Internet y conocen todas las noticias, y están apoyando al Tíbet. También los catalanes, estos dos días han respondido muy bien.
¿Ha venido mucha gente a verles, en estos dos días de huelga de hambre?
Sí, sí, ha venido mucha gente, y algunos políticos…
Estamos en precampaña ¿cree que eso influye para que se dejen ver? ¿o recibe la misma atención habitualmente?
No sé, siempre tienen muy buenas palabras, después ellos no son independientes. Ahora he oído que incluso la Generalitat acaba de realizar un pacto con China…
A pesar de todo, comentaba al principio que en el Tíbet hay esperanza…
Esperanza hay que tener siempre, si no, no llegas a ningún sitio. Mahatma Gandhi consiguió la independencia de India después de ciento y pico años. Nosotros solo llevamos 52 años. Siguiendo el camino de no violencia de Gandhi y el Dalai Lama… la verdad también tiene poder.
¿Pero cree que el cambio económico de China les llevará a un cambio político que de alguna manera beneficie al Tíbet?
Económicamente todo el mundo está equivocado. Todos buscan felicidad y paz, y piensan que la felicidad está en el mercado, en vender y comprar. Esa felicidad es temporal, no dura. Da más tensión, más estrés, y al final muere más gente de ataques de corazón [risas]. Ahora hay crisis económica, pero más aun de valores y de libertad, de derechos humanos. La gente se olvida de eso y solo ven el negocio con China, que vende barato. Pero el bar con nombre catalán ya es chino, y el restaurante japonés, también. Dentro de cinco o diez años los catalanes tendrán que pedir trabajo a los chinos. Es también una forma de invasión. Mi mensaje es que hagan negocio con chinos, no podemos prohibir, compren made in china, pero a la vez vendan al mundo un mensaje de paz y armonía…
Periodista / Corresponsal Londres.