El director Llàtzer Garcia, joven pero con una larga trayectoria como dramaturgo, ganador en 2009 del premio Marques de Bradomín, por la obra Vent a les veles, también es el autor y director de este nuevo espectáculo: Ens hauriem d’haver quedat a casa, obra de encargo para el festival Temporada Alta de Girona de 2010, que Después de estrenarse en la Sala La planeta de Girona se presenta en la Sala Muntaner de Barcelona.

La compañía Arcàdia quiere hacer un teatro de géneros que se asocie más a la narrativa y al cine que al teatro. Esta obra es teatro dentro del teatro; grupo de actores que tienen la oportunidad de representar una obra existencial en un cafe-teatro, es una gran oportunidad que no quieren desaprovechar, sólo disponen de una hora para ensayar y poner a punto el espectáculo, pero empiezan los nervios, retrasos, los focos no funcionan, los actores se pelean, la directora se pone histérica, la camarera del local hace fotos mientras ensayan y además aparece un «cómico» que actúa detrás de ellos y también quiere ensayar (divertidos ensayos dobles), el desastre de la primera actuación es eminente, las frustraciones afloran, no hay ninguna reserva porque el mismo día y a la misma hora estrena la gran Claudia Creus… Todo, todo con tono de humor a ritmo de comedia, con bastantes diálogos ingeniosos, actuaciones divertidas y de buen nivel interpretativo. Obra homenaje al cine de comedia clásica, y como no, al musical, con una clara referencia a Cantando bajo la lluvía, con la canción Make ‘Em laugh (haz reir) que parece la tesis de todo el espectáculo.

La escenografía, refleja el ambiente de algunas de las salas donde actores y público han disfrutado y también sufrido más de una noche de éxitos y fracasos, Llàtzer Garcia demuestra conocer el mundillo del teatro, el lenguaje y los trucos de la comedia, hay referencias al teatro que causan risas, la sátira a los monologuistas y el chiste facil es recurrente, los odios entre actores, las fobias y esa parodia a un teatro serio y existencial enfrentándolo a un teatro de diversión y risas como algo que el publico exige, funciona, pero parece que el único teatro que interesa es la comedia, estoy de acuerdo en el planteamiento, pero el teatro de comedia puede ir más allá de la simple anécdota de un ensayo abocado al fracaso. Bien, pero esta obra es esto y nada más, un rato divertido, con una historia y diálogos que hacen reír al público y con una buena actuación que después de un arranque lento se va acelerando, hasta llegar con bastante fuerza al final.

Nota: Llevamos bastante tiempo abocados a un cambio de sociedad que nos afecta a todos, creo que para olvidar la situación de malestar y mal rollo en el que estamos no se arregla sólo con sonrisas, risas o carcajadas, es un momento que requiere también un teatro de comedia crítico y no evasivo. Una compañía independiente se puede permitir otras propuestas, y si el problema es el público y los empresarios que sólo quieren espectáculos de evasión, pues sigan haciendo este tipo de teatro, pero entre propuestas arriesgadas y encargos fáciles, bien representados y muy profesionales, yo como espectador y supongo que otros muchos ciudadanos agradeceriamos que el actor y el teatro estuviera más cerca de la realidad y la problemática actual.