Se considera un delito castigado por el Código Penal cuando se circula bajo los efectos del alcohol o con un cierto nivel de alcoholemia. En estos casos se recibe una penalización, ya que se está poniendo en riesgo la vida de los demás y la del propio conductor.
Cuando se presenta una situación de este tipo es necesario contactar con abogados especialistas en delitos de alcoholemia, como los que trabajan en abogadoalcoholemiabarcelona.com, para ayudar a la persona durante todo el proceso judicial.
Penas por conducir bajo la influencia de alcohol o drogas
Estar bajo los efectos o la influencia del alcohol significa conducir con un nivel de alcohol en aire espirado que supera los 0,60 miligramos por litro, es decir, 1,2 gramos por litros de alcohol en sangre.
Este delito aparece en el artículo 379.2 del Código Penal y establece que estas penas serán aplicadas cuando se conduzca un ciclomotor o vehículo de motor bajo los efectos de bebidas alcohólicas, drogas, sustancias psicotrópicas y estupefacientes.
Desde trabajos en beneficio a la comunidad a ir a prisión
Teniendo esto en cuenta, ¿cuáles son las penas a las que una persona se puede enfrentar por conducir bajo los efectos del alcohol? En muchos casos puede ser una multa de 6 a 12 meses, prisión de 3 a 6 meses o trabajar en beneficio a la comunidad un máximo de 90 días.
Privar del derecho a conducir ciclomotores o vehículos de motor de 1 a 4 años es otra de las penas que pueden aplicarse en estos casos.
No obstante, el Código Penal considera dos circunstancias: por una parte, si la persona ha superado un nivel determinado de alcohol en sangre. Y, por otro lado, la influencia del alcohol u otras drogas. Es importante comentar que este delito es punible cuando se alcanza el límite de alcohol permitido a la hora de conducir.
En este sentido, hay que tener en cuenta que cada individuo posee niveles de tolerancia diferentes. Por lo que, personas que hayan superado la tasa de alcoholemia pueden no parecer estar bajo la influencia del alcohol.
También puede suceder que una persona se encuentre ebria pero sin haber alcanzado los niveles de alcoholemia mencionados, ya que es menos tolerante al alcohol.
En ambos casos, siempre que la persona estuviese circulando, se le penará por delito de alcoholemia.
Esto significa que, aunque el nivel de alcohol en la sangre de un conductor está por debajo del nivel indicado en la ley penal, el tribunal puede determinar si ha habido cambios en su funcionamiento mental y físico por haber tomado alcohol.
Por tanto, será condenado en la misma forma por los delitos antes señalados. En estos casos, lo mejor es no confiar en cualquier abogado y optar por especialistas con experiencia que ayuden a conseguir el mejor resultado posible para cada caso.
Además de todo lo mencionado, en estas situaciones puede pasar que el conductor se niegue a realizar las pruebas del control de alcoholemia. Si un policía solicita que una persona pase por la prueba y esta rehúsa, también puede ser penada.
El Código Penal condena esta acción con la prohibición de conducir vehículos o ciclomotores durante 1 a 4 años o con pena de prisión de 6 meses a 1 año.
Cuando un conductor es detenido en un control de alcoholemia, puede pasar por alguna de estas situaciones. En muchas ocasiones, la persona no contacta con ningún abogado, por lo que el juez le asignará uno de oficio sin mucha experiencia en estos casos.
Es importante tener esto en cuenta y buscar la ayuda de un experto en el tema para que aconseje durante todo el proceso judicial.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.