Poco ha cambiado en Catalunya y el estado español el monopolio de la radiodifusión comparativamente con la época franquista.
Poco ha cambiado en Catalunya y el estado español el monopolio de la radiodifusión comparativamente con la época franquista.
Grandes empresas ocupan el dial disputándose publicidad y proselitismo político.
Si se hace el cálculo de la dictadura de 1939 a 1975, y la presunta «democracia» de 1977 a 2014, se puede comprobar que ya han pasado más años de estas últimas décadas, o sea 37, y que las radios libres siguen en la alegalidad y tolerancia política-administrativa.
Hablando con compañeros de otros países de la UE no dan crédito a estos graves conflictos de comunicación y del derecho básico a la libre de expresión.
Dos ejemplos: En Francia, desde 1981 están protegidas y reciben el soporte del gobierno con subvenciones o facilitándoles infraestructura técnica para ubicar las antenas emisoras, este es el caso concreto de Radio Libertaire, con cobertura radial de todo París.
Otro caso es Italia, que ya en los setenta regularizó su existencia.
Hablando con una periodista de este país que hace años trabaja en una radio libre de Roma, me decía:
«Sois los últimos románticos de Europa, la reserva espiritual-ideológica«
Ostracismo y silencio es las normas habituales de la administración, pero no exentas de control que ha derivado en unas radios libres limitadas técnicamente y mantenidas de manera heroica y colectivamente con mucho esfuerzo, voluntad de lucha, altruismo e ilusión.
Todo tiene una lógica desde la óptica gubernamental, la libre expresión sin el control político-comercial es «peligrosa«, porque rompe radicalmente con el discurso oficial.
Ni en las legislaturas del CDS, PSOE, PP, CiU, o el Tripartit en Catalunya, o el estado español ha existido cambio evolutivo positivo, sólo promesas incumplidas…
Contrariamente, retroceso normativo y, actualmente vigentes sanciones tanto por crear radios libres como emitir desde edificio situando antenas, la multa de miles euros se aplicará al propietario del inmueble por tolerar la actividad radiodifusora sin licencia.
Si hay una radio taller local con poca cobertura y ubicada en centro asociativo a modo de actividad lúdica o didáctica, no tiene por qué haber ninguna incidencia, pero si la programación es de denuncia política-social y con extensa cobertura urbana con audiencia alta, se entra en el ojo del huracán del gran hermano del discurso único que no admite que se le cuestione en absoluto.
El acoso también viene de entidades gestoras de propiedad musical que intentan cobrar de temas copyleft, o incluso de grabaciones de músicos que no están registradas en estas empresas o enviadas por los propios artistas para ser radiadas.
Otra incoherencia es que en Catalunya las competencias de la radio FM son compartidas por el Ministerio de Industria y Generalitat de Catalunya, así que cuando no es una administración la que controla, es otra, incluso muchas veces se contradicen y superponen en un verdadero caos burocrático.
La Generalitat de Catalunya ha demostrado al largo de 37 años de acuerdo con el gobierno de Madrid que no tiene voluntad política de legislar con sentido común y democráticamente como el resto de Europa, la libre expresión de las radios libres y comunitarias.
El gobierno catalán aquí no puede utilizar la excusa que el gobierno central tiene la culpa.
(Ràdio PICA es actualmente la radio libre en funcionamiento pionera del Estado español).
Tomado de http://lahaine.org/ con permiso del autor.
Radio Pica: www.radiopica.net