altEste viernes y sábado cientos de personas han participado en Barcelona de las jornadas “Gobernar obeint”, convocadas por Guanyemjunto a Procés Constituent, Podem Barcelona, ICV, EUiA, Trobada Popular Municipalista (TPM) y Xarxa Ciutadana Partit X- para debatir sobre un Código Ético común de cara a las próximas elecciones municipales.

 

 

 

Este viernes y sábado cientos de personas han participado en Barcelona de las jornadas “Gobernar obeint”, convocadas por Guanyemjunto a Procés Constituent, Podem Barcelona, ICV, EUiA, Trobada Popular Municipalista (TPM) y Xarxa Ciutadana Partit X- para debatir sobre un Código Ético común de cara a las próximas elecciones municipales.

 

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“Estamos aquí para cambiar las reglas de juego y que las nuevas salgan del aporte de los ciudadanos”, con estas palabras ha cerrado esta tarde Ada Colau las jornadas que su agrupación, Guanyem Barcelona,  junto a  Procés Constituent, Podem Barcelona, ICV, EUiA, Trobada Popular Municipalista (TPM) y Xarxa Ciutadana Partit Xhan convocado para debatir un código de ética política común en vista a una candidatura para las próximas municipales de Barcelona. Más de quinientas personas han participado durante la noche del viernes y la mañana del sábado en el Centro Cívico La Sedeta y muchas más lo han hecho vía streaming a través de la página web del evento para decidir de manera conjunta los principios de una forma diferente de hacer política. “Este encuentro inédito ha sido todo un éxito porque demuestra la voluntad generalizada de participar activamente en la política, en un contexto de emergencia tras el continuo recorte de nuestros derechos fundamentales” declaró Ada Colau. “Os felicito y os agradezco muchísimo, tanto a los ciudadanos que habéis venido como a los grupos polítcos que han demostrado una verdadera apuesta por la confluencia” concluyó la activista, visiblemente emocionada.

 

Y no era la única. Todos los participantes cerraron las jornadas con una valoración muy positiva debido no solo  a la gran afluencia– el cupo se agotó a las 24 horas de abrirse la convocatoria–  sino también a los resultados obtenidos: un amplio abanico de ideas sobre las que seguir trabajando y la confirmación de que es posible el enriquecimiento mutuo a partir de iniciativas bien gestionadas a nivel de organización y metodología. Así lo han expresado los representantes de las distintas agrupaciones convocantes que, en una rueda de prensa posterior al encuentro, se han mostrado muy satisfechos con el trabajo realizado. “Este es el primer paso para poner a Barcelona al servicio de la gente y recuperar el derecho a nuestra ciudad” manifestó Janet Sanz, de ICV (Iniciativa per Catalunya Verds).

 

Desde Podem han destacado también el papel importante que ha jugado en estas jornadas la metodología implementada, ya que “ha permitido que tanta gente diferente pueda debatir, escucharse y expresarse sin problemas”, tal como lo expresó Marc Bartomeu, miembro del partido. Este sábado por la mañana, los 637 inscriptos han sido impecablemente distribuidos en tres grupos– y estos, a su vez, en varios subgruposdentro de los cuales se discutiría, respectivamente, cada una de las partes que componen el borrador del Código Ético para luego, en el pleno final, poner en común las conclusiones.

 

Procés Constituent, por su parte, valoró la utilidad del sistema on-line que se puso en funcionamiento para que la gente, desde su casa, también pudiera añadir sus aportes al documento. “La herramienta digital ha sido un éxito porque nos mostró otra manera de abrir las ventanas del Ayuntamiento a la participación de los ciudadanos” remarcó Jordi Rabassa, representante del movimiento social encabezado por Arcadi Oliveres y Teresa Forcades

 

Por qué un nuevo código de ética política

 

El texto que se ha sometido a debate durante el encuentro ha sido redactado por Guanyem Barcelona a partir del material aportado por las siete fuerzas políticas arriba mencionadas, a lo largo de dos meses. El objetivo era sentar las bases de una nueva concepción de la política, en respuesta a la percepción de un crecimiento exponencial de la distancia entre las elites dirigentes y la ciudadanía. “No aceptamos que la política sea una herramienta para hacer dinero, reservada solo a los que tienen una posición económica privilegiada o muchos amigos en las entidades financieras” declaraba Gerardo Pisarello, miembro de la comisión de contenidos, en la presentación de las jornadas.

 

La denuncia sistemática de casos de corrupción ligados al financiamiento de los partidos, la falta de procedimientos efectivos para la rendición de cuentas y la participación efectiva de la ciudadanía en los asuntos públicos, así como la reducción de las elecciones a un simple mecanismo de delegación de responsabilidades cada cuatro años han llevado al descrédito generalizado en las instituciones democráticas. De ahí que el nuevo código ético que las agrupaciones proponen busque “replantear las relaciones entre nosotros y los gobernantes”, según expuso Beatriz Rilova, de Guanyem.

 

“No se trata solo de echarlos sino de establecer mecanismos para que lo que nos indigna no se vuelva a repetir. No queremos quitar unas castas para poner a otras, sino cambiar las instituciones bajo el control de la gente” advirtió Gerardo Pisarello. El reto es enorme y todos los participantes en el debate se han mostrado conscientes de ello, sin embargo, en ningún momento ha vencido el desánimo. “Tenemos a la generación mejor formada de nuestra historia así que no nos da miedo ser ambiciosos” declaraba David Caño, periodista y escritor catalán.

 

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Mecanismos de fiscalización ciudadana y rendición de cuentas

 

La primera parte del Código Ético busca establecer nuevos caminos para garantizar la transparencia en la representación política, a través de diversos mecanismos de control ciudadano de las rentas y las actividades públicas de los cargos electos. Facilitar todos sus ingresos y bienes patrimoniales para la elaboración de auditorías ciudadanas; hacer públicas sus agendas con el fin de visibilizar con quién se reúnen y si han cedido a la presión de lobbys económicos a la hora de tomar decisiones; y rendir cuentas periódicamente de sus actuaciones en asambleas abiertas a toda la ciudadanía, son las primeras propuestas del documento en este sentido.

 

También se recoge la necesidad de crear herramientas para que la gente pueda censurar a los políticos por mala gestión o incumplimiento del programa, así como participar en la toma de decisiones relevantes para la vida pública. Finalmente, este primer apartado del Código insta a limitar, por un período de tiempo que aún se está discutiendo, el acceso de los miembros de la candidatura a cargos gerenciales en empresas “en virtud de las funciones que el cargo le confería, con el objetivo de evitar las puertas giratorias”, según expresa el borrador.

 

Control del financiamiento de los partidos políticos y la gestión de sus gastos

 

La segunda parte del Código Ético que se ha debatido este viernes y sábado en Barcelona se centra en un cambio del modelo de financiamiento de los partidos, ya que el actual ha permitido que la política española se plagara de “Bárcenas” o “Millet”. Para evitar que se recurra al financiamiento ilegal de campañas electorales y estructuras partidistas, entidades sociales como Cuentas Claras defienden un financiamiento público suficiente que asegure la independencia de las formaciones políticas de los grandes grupos económicos. Asimismo, el texto expone la necesidad de otorgar un peso mayor al autofinanciamiento mediante las cuotas de simpatizantes, pequeñas donaciones o micromecenazgo, entre otras iniciativas.

 

Por otra parte, para favorecer la transparencia en los gastos de las formaciones políticas, el colectivo OpenKratio hace hincapié en que los datos aportados por las mismas tengan un formato accesible. “No se trata de darme kilos de papel con números sino de facilitarme una herramienta para que yo me entere” advierte Juan Romero, miembro de la entidad andaluza.

 

Limitación de los mandatos, supresión de privilegios y medidas contra la corrupción

 

La tercera y última parte del texto a debate plantea la búsqueda de un equilibrio entre la experiencia y el tiempo necesarios para adquirir los saberes técnicos y específicos que requieren el ejercicio de un cargo público, y la conveniencia de una periódica rotación de puestos para la renovación de caras e ideas en la política. En este sentido, el Código Ético pone sobre la mesa cuestiones como la determinación de un límite de mandatos que evite “una perpetuidad indeseable” en las instituciones, punto sobre el cual al final de las jornadas no se había logrado llegar a un concenso.

 

Tampoco ha habido acuerdo en torno al otro tema que recoge este apartado, los sueldos de los cargos públicos. Todos han coincidido en que quienes trabajen en el Gobierno deben percibir una “remuneración digna” pero lo que no ha podido definirse es, en cifras, a qué se traduce ese concepto. “No queremos privilegios, pero tampoco héroes ni sacrificios” puntualizó Gerardo Pisarello al referirse a este asunto.

 

Con libretas llenas de matices, objeciones y nuevos aportes, los integrantes de las siete agrupaciones que han convocado las jornadas “Gobernar obeint”, vuelven a casa este fin de semana con mucho trabajo por delante. Hasta mediados de noviembre se han dado de plazo para reescribir el Código Ético tras el análisis y la incorporación de las ideas de la gente y presentarlo nuevamente para una validación colectiva. Ada Colau remarcó que se trata de una ardua tarea pero que, aún así, “hay más concenso del que pensábamos” y que, sobre todo, lo positivo de esta clase de encuentros es que “cada vez que nos juntamos más personas, los lobbys empresariales y los partidos del Régimen tiemblan un poco más”.

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