El descubrimiento de cientos de páginas escritas en catalán del género satírico saca a la luz un club privado compuesto por nobles y clérigos que, entre 1842 y 1858, cultivaron la literatura humorística.  Caballeros bromistas y bon vivants, recuerdan al grupo imaginado por Charles Dickens en su novela por entregas: “Los papeles póstumos del Club Pickwick”. El catedrático de filología catalana de la Universidad de Girona, Albert Rossich, analiza el material en el número de junio de la revista “L’Avenç” y responde a unas preguntas para “Rambla”.

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Seis cajas llenas fueron las que la familia Alòs-Moner donó a la Biblioteca de Cataluña, seis cajas llenas de fotos, dibujos, poesías satíricas, obras de teatro, prosa costumbrista y unos boletines semanales, “La Gateta”, de un extraño y pintoresco club privado de nombre: “Societat Pírica”. En los estatutos de la sociedad podemos leer el nombre completo del club, que nos da idea del carácter festivo del mismo, además de ser una clara sátira hacia las sociedades ilustradas de la época: “Societat Pírico-billardesco-gastronómico-gimnástico-gaseosa”. La referencia a la escatología humorística, con lo de “gaseosa”, entronca con la poesía burlesca del Barroco, que tendría sus herederos en Pitarra (Frederic Soler) y en las revistas satíricas del siglo XIX.

La “Societat” tenía su propio código interno y usaban nombres inventados y juegos de palabras para designar las cosas del “exterior”, lo que ellos denominaban “el món brut” (el mundo sucio). Además, como buena sociedad literario/festiva que se precie, cada uno de los socios tenía un nombre simbólico, como: Mestre Cargols, Mestre Tites, Mestre Fogots…

El doctor Albert Rossich nos habla de este hallazgo.

¿Qué material y qué valor literario/histórico tiene el archivo de la “Societat Pírica?

Tiene un valor histórico indudable, porque constituye un corpus variado y extenso de literatura en catalán que surge en unos años que la historiografía literaria consideraba muy poco productivos. Y tiene un valor literario importante, al ser obra de personas con una sólida formación cultural y retórica. El registro es sobre todo humorístico, con tintes costumbristas.

La familia Alòs-Moner donó este material, ¿cómo llegó hasta ellos?

Por herencia. El primer presidente de esta sociedad, Joaquín de Dou i de Siscar, era un antepasado directo.

(Otros de los “píricos” fueron, además del citado, Francesc y Ferran Delàs, Lluís de Ros, Pere de Vedruna, Andreu de Ferran, Ramón de Siscar, Ferran, Francesc y Marià de Sagarra.)

¿Qué características tenía este grupo y quiénes eran sus miembros?

Eran miembros de familias de la pequeña aristocracia catalana, con propiedades en Cataluña, el Rosellón e incluso otras partes de Europa. Vivían de sus rentas y disponían de todo el tiempo del mundo para reunirse y cultivar los intereses de sus miembros: lúdicos, gastronómicos, artísticos y literarios.

En los años en que escribían los componentes de la Societat Pírica, aún existía la costumbre entre la burguesía de utilizar el castellano como lengua de prestigio –la diglosia-, el que esta sociedad produjera toda su obra en catalán, ¿la diferencia del romanticismo literario de la época?

En cierto modo, la burguesía que usa el castellano en sus obras no se diferencia tanto de la aristocracia. La clave está en el ámbito, público o privado, de la escritura. Cuando divulgaban sus obras literarias a través de la imprenta todos tendían a usar el castellano. En cambio, usaban el catalán en sus expresiones particulares, en que dominaba el manuscrito. Aunque sí es cierto que algunos sectores burgueses, ya en época neoclásica y también al principio del romanticismo, aparecen más castellanizados que esta aristocracia muy identificada con el antiguo régimen.

¿Tenían alguna relación con los pioneros de la Renaixença y sus publicaciones?

Al principio no. Si pensamos en una Renaixença que empieza con el Romanticismo, cosa que podría discutirse, ya que el auténtico renacimiento de la literatura catalana se produce más tarde, los románticos del grupo de Aribau, Rubió i Ors, Bofarull y Balaguer no coinciden con esta aristocracia que vive en un mundo aparte. Como tampoco coinciden con los sacerdotes de ideología predominantemente carlista, ni con los menestrales y trabajadores que viven en las ciudades. En realidad, todos estos sectores están más identificados con la literatura tradicional catalana, a mediados del siglo XIX, que los intelectuales románticos que restaurarían en 1859 los Juegos Florales.

¿Este descubrimiento puede redefinir la Renaixença?

Sí, en el sentido de confirmar que la mayor parte de la literatura que se produce en lengua catalana en la primera mitad del siglo XIX surge desde sectores que están desconectados de los intelectuales románticos que, avanzada la segunda mitad del siglo XIX, capitalizaron el éxito del movimiento.

¿Hay alguna propuesta para publicar parte de este archivo?

No. La edición de estos textos tiene algunas dificultades. Son textos que están pensados para sus miembros, que sólo hablan de sí mismos: ellos son los protagonistas de sus obras de teatro y de sus artículos periodísticos, las reuniones de la sociedad son el centro de sus observaciones, muchas alusiones y observaciones no son hoy del todo comprensibles… Algunas obras quedaron incompletas, otras tienen distintas versiones. Lo más adecuado sería escribir la historia del funcionamiento de la sociedad añadiendo una antología de sus obras.

(Algunas de las obras a las que alude el profesor son: “La Pýrica. Poema històrich”; “Las lluents mirats de perfil”, y las obras de teatro “Ensaig de les Sombres”; “Arlequí mort i viu”; “Amor i hassanyas del Gran Arlequí”; “Mala escorxa i bon fruit”; “La consulta”; “La nit de Nadal o lo robo del gall”…)

¿Si quiere añadir algo más?

Debo precisar que todo lo que he explicado es el resultado de un examen no exhaustivo de los textos. He podido consultar los papeles y contrastarlos parcialmente, pero habría que dedicar más tiempo a su estudio antes de hacer una valoración definitiva del valor del conjunto. De momento, lo más urgente era dar la noticia de la existencia de este material y de su interés. Ahora hace falta un trabajo más sistemático que permita disfrutarlo de modo adecuado.

NOTAS: Pírico –del griego “pyrós”- hace referencia al fuego y traducido como “lluent” –reluciente-, quizá haga una satírica alusión a los movimientos heréticos de los Alumbrados del siglo XVI o, más probablemente como decimos al principio, a las sociedades ilustradas de la época. Por otra parte es curioso que los acólitos de la “Societat Pírica” tuvieran la imagen de un arlequín como mascota. Arlequín, el clásico personaje de la Comedia del Arte Italiana, es la representación de la comedia burlesca, pero también es una deidad telúrica –ctónica-, ligada a la tierra, por oposición a las deidades celestiales, lo que nos habla del carácter hedonista de los “píricos”.

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