Para los cantantes, un actor y para los actores, un cantante. En esta dualidad se mueve Oriol Tramvia, que lleva cuatro décadas de trayectoria desde sus inicios en el Grup de Folk. Una de sus aficiones es musicar poetas: lo hizo con Espriu y Salvat-Papasseit y ahora con Joan Argenté, escritor y traductor que tiene la Creu de Sant Jordi y una biblioteca honorífica en su Badalona natal. Hablamos con él sobre Joan Argenté y otros temas.

Entrevista a Oriol Tramvia sobre Joan Argenté

¿Cómo se le ocurrió musicar los poemas de Joan Argenté? ¿La idea era hacer un acto de justicia poética?

No, a Joan Argenté le conozco porque es un pariente lejano mío, mi abuelo materno, al que yo no conocí, era su padrino. Siempre venía a casa un par de veces al año, era el intelectual de la familia, una persona muy culta, con un gran sentido del humor, muy amable, alguna vez habíamos ido a su casa en Badalona. Por circunstancias de la vida, desapareció de mi mundo, no de mundos próximos a mí, hasta que, a consecuencia de un derrame que tuvo, surgió la oportunidad de ir a verle regularmente. Todavía lo hago, el estado físico de Joan Argenté es bueno pero mentalmente no se acuerda de nada, su sistema neurológico está seriamente afectado y además tiene 85 años, está en una residencia y no se puede valer por sí mismo. En una de las fiestas que celebrábamos con motivo de su aniversario hice un par de canciones.

¿Qué grado de intervención tuvo en el proyecto? ¿Escuchó el disco?

Le expliqué el proyecto y se escuchó el disco pero está muy mermado, tiene un diagnóstico de demencia y Parkinson, se lo expliqué pero al cabo de diez minutos ya lo había olvidado porque no retiene nada de lo que le dices.

¿Qué criterios siguió para seleccionar los poemas? ¿Los que más le gustaban, los más idóneos para ser transformados en canción?

Los más rítmicos. Cuando leo un poema me resulta fácil escoger, la posibilidad de musicarlo te viene sola, otra cosa es que después del casting inicial aquello salga bien. El poema tiene una cadencia, un ritmo, una métrica, si no la coges mejor dejarlo. Soy de los que creen que la poesía puede ser buena o mala pero nunca puede ser aburrida, no puede salir un hombre en un atril y estar media hora recitando, esto es atentar contra la vida mental de la gente, encima del escenario todo depende de la manera, todo está inventado, lo que gusta son las formas. La poesía de Joan Argenté mezcla cosas religiosas y existenciales, es muy poliédrica, está centrada en el hecho catalán, no es patriótica sino una poesía hecha en catalán desde Catalunya y pensé que lo más divertido e iconoclasta era darle un acento sureño, por lo que puse cajones, guitarras, voces femeninas… algo próximo al el flamenco pero sin llegar a serlo, aunque hay sevillanas y boleros. Lo que yo cultivo es el lenguaje popular, no la música, yo no soy un músico en el sentido estricto de la palabra, de dominar el instrumento, lo mío es la canción popular, y le di este aire aflamencado para buscar la complicidad y para que la gente se escandalizara pero no lo he conseguido. Comparado con lo que ves en los telediarios…

Hay boleros, sevillanas, tangos y valses. ¿Por qué estos estilos?

Para hacerlo popular, no elitista, si lo hubiera querido hacer elitista… es que yo soy popular, no toco la viola de gamba ni hago un solo tipo Paco de Lucía.

“L’Argenté de Badalona” recibió los premios Mono 2014 y Guineueta 2014 al mejor espectáculo musical. ¿Cómo lo concibió?

Con Montse López nos conocíamos del mundo de la danza, tiene una academia y hace un trabajo muy interesante, le propuse hacer unas coreografías, se lo miró y las pudimos hacer. Ahora estamos en el proceso de intentar repetirlo aunque la jugada no es fácil porque los tiempos son los que son pero lo intentamos. La gente de Badalona es muy agradecida, me dio ese premio y estoy muy contento y muy agradecido.

Siguiendo el tópico según el cual ‘las letras entran mejor con sangre’, ¿cree que la poesía entra mejor con música?

Sí, porque en el fondo ¿qué son los cantautores? Poetas disfrazados, como Sabina. ¿A Sabina qué le gustaría? ¿Recibir el Grammy o ingresar en la Real Academia de la Lengua Española? Quizás nos llevaríamos una sorpresa con su respuesta, él básicamente escribe. En este sentido considero que los cantautores son poetas, igual que Serrat cuando dice ‘nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio’, esto es poesía y muy bonita.

¿Hasta qué punto debe existir en la poesía un equilibrio entre la estética y la profundidad?

No lo sé, si lo supiera… Es cierto que, o somos rotundos y entonces cae todo en una especie de misa mayor como de Bach, o nos vamos todos al patio y tocamos Mozart. Los tiempos son un poco banales, no lo digo en sentido peyorativo, ni soy nostálgico, pienso que lo mejor está por venir, de eso me alimento.

joan argenté
Joan Argenté.

¿Cuál es la contribución poética de Joan Argenté a la literatura?

Importante, de él me gusta que es poliédrico, aparte de poeta es traductor, tradujo Ghelderode, un autor muy interesante que hizo ‘El escorial’: son dos personajes, el rey y el bufón, el rey se aburre y el bufón le plantea, como juego, intercambiar los roles y se origina una dinámica muy bonita. También tradujo Ionesco, Jaques Brel, y tiene su propia obra. Era un hombre profundamente implicado.

¿Por qué no ha sido un autor tan mediático como otros? Me refiero a un Martí i Pol, Carner, Foix, Espriu…

No ha sido mediático pero no ha sido un cualquiera, en Badalona tiene una biblioteca con su nombre y recibió la Creu de Sant Jordi. ¿Cuánto vende un poeta? Piensa que Joan Argenté ha sido amado, ha participado en todas las movidas, ha disfrutado, ha sido feliz, probablemente tampoco era muy competitivo. No creo que Joan Argenté compitiera excesivamente, él estaba en su mundo. Joan Argenté no es un poeta maldito, estudió Derecho y toda su vida estuvo trabajando en una aseguradora, no es millonario pero nunca ha pasado hambre, trabajaba de 9 a 1 y de 4 a 8 pero a partir de las 8 hacía un activismo cultural brutal, de manera que toda la gente de Badalona de los años 50 y 60 pasó por su casa, donde se hacían tertulias literarias, lecturas poéticas, y él traducía canciones y textos y escribía. Fue discípulo de Maria Aurèlia Capmany, que le dijo que tenía que escribir en catalán en unos tiempos muy difíciles. Es uno de los grandes poetas, siempre han habido grandes poetas pero la poesía ha sufrido una transformación, yo vengo de una tradición poética muy enraizada en el país en la que la poesía era como Bach y se decía: ‘quien pierde los orígenes pierde la identidad’, afirmaciones muy sólidas o ‘cualquier noche puede salir el sol’. En cambio los poetas de ahora dicen ‘pata peta pita pota… Sofía Loren’, todo son setas, todos estamos en un bosque… Se ha frivolizado la poesía porque también se ha frivolizado la vida en general, hacemos broma de todo porque vivimos en un tiempo de luz pese a las dificultades en las que estamos, es una época de luz porque tenemos acceso a la cultura y cada vez con menos dinero puedes hacer más cosas, hablo a grandes rasgos, no hablo de crisis ni de corrupción. Si nuestros abuelos lo vieran… tenemos la enseñanza y la sanidad gratuita y acceso a las bibliotecas. Ya sé que hay recortes, con eso quiero decir que, aunque no lo parezca, frivolizamos mucho, y la poesía es como el termómetro del tiempo. En este sentido Joan Argenté me lleva a un mundo muy amado, aunque hace juegos de palabras también hace afirmaciones como ‘La vida es tenderse en la cama y andar de pie’.

¿No tiene la sensación que a veces en Catalunya se ha premiado más la contribución a la cultura y la lengua catalanas que el valor artístico en sí mismo?

Más que eso, aquí hemos sufrido una auténtica masacre marxista, se ha premiado a gente que sólo decía ‘vamos juntos todos a tomar el poder’, eso ha pasado, mi generación ha hecho muchas cosas malas pero había muchas carencias, como por ejemplo, ¿cómo es que no nos llega Zweig hasta los 80? Mientras tanto nos comimos a Marcuse, todos los de la nueva hornada revolucionaria, los ecologistas, los que decían que el sistema estaba podrido… la gente de Ediciones 62, con Castellet al frente, -que iba a Italia a comprarse las corbatas porque en España no las encontraba-, estaban pendientes de las novedades marxistas, que era lo que molaba, porque aquí había el franquismo, y pusieron un marco del que surgió una oposición al franquismo. ¿Y quién llevaba esta oposición? El PSUC, si no eras del PSUC no eras antifranquista, eso pasó en muchos casos, Espriu supo hacer el juego de la Puta y la Ramoneta pero muchos se quedaron por el camino, como Joan Argenté, que no era comunista ni lo pretendía. Él escribió que ‘detrás de un velo hay otro velo’, toda esta gente estuvo excluida porque la corriente era la toma del poder por parte de las clases obreras, cuando no había obreros. Y hay casos paradigmáticos como el de Vázquez Montalbán, que llegó a ser miembro del comité central del PSUC mientras escribía libros de alta cocina, y la gente lo aceptó. No es ilegal ser comunista y escribir libros de alta cocina pero para mí sí es una contradicción. No me gusta que me perdonen la vida por no ser cínico… Todavía me río cuando dicen aquello de “la gran aportación del PSUC a la democracia”: si cuando Carrillo aceptó la monarquía había cientos de personas en las cárceles por ser comunistas y ser republicanos, ¿qué clase de líder era Carrillo?

¿Hubo otros artistas excluidos?

Es imposible que una cultura absorba antes a Marcuse, que es un pesado, que Zweig, que escribe bien, pero que escribe sobre María Antonieta o del período entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, no hace un ensayo sobre las masas. Para mí, hay dos personajes fundamentales sobre los que pivota el siglo XX, el ying y el yang: Lenin y Churchill. Lenin habla del hombre nuevo, sólo San Pablo habla de ello, Lenin no fue un carnicero, él montó la carnicería pero era un intelectual, pasaba más tiempo en las bibliotecas leyendo prensa que agitando, de hecho estuvo veinte años en el exilio y en el poder sólo 5 o 6 años y mira la qué montó. Tenía la idea del hombre nuevo, una idea muy clara y si tenía que cargarse a 50.000 lo hacía, porque tenía que hacer algo nuevo, la novedad, lo que la izquierda llama el cambio, pero ¿qué cambio? Y el otro personaje clave fue Churchill, que estando en la oposición avisó del peligro de Hitler y el pueblo no le hizo caso, avisó que estaba saltándose el Tratado de Versalles porque se estaba rearmando, y llegó a primer ministro cuando caían bombas sobre Londres y entonces dijo ‘ahora sudaremos sangre para sacarnos esto de encima”. La primera generación que sale después de la Segunda Guerra Mundial, la primera que no tiene cartilla de racionamiento ¿quién es? La de los Beatles, y entonces cerramos el círculo, encontraron una época floreciente y aquí vino todo, el hippismo, las drogas, lo de hacer el amor y no la guerra… es la primera generación que sale sin muchos obstáculos y tiene acceso a muchas cosas que sus padres no tenían, menos en  España, que estábamos cerrados y nos llegó todo comprimido: el antifranquismo y los primeros porros. Muchos de nosotros tuvimos que oír del hermano mayor aquello de “si quieres ser rojo haz como yo pero drogadictos no queremos en casa”.

Si no es de izquierdas, ¿es un cantautor de centro?

Yo soy un cantautor, me considero nacionalista, aunque ya sé que es una palabra muy peligrosa, Aznar no es nacionalista, yo sí… Yo quiero un Estado para Catalunya, lo que tenga que ser, pienso que lo que nos conviene es entendernos con España, aunque hay cosas de la independencia que no las veo, ¿quién la firmará? ¿El rey? No lo hará. Si quiero defender el catalán, que es lo que me interesa a mí, quiero hacerlo desde una posición de fuerza, si la fuerza política vertebradora cambia, yo cambiaré el signo de mi voto. No soy ni de derechas ni de izquierdas, lo que quiero es que se defienda lo de aquí, tampoco soy de esos que defienden a lo loco la independencia porque hay cosas que no las visualizo bien: si la independencia fuera tan urgente cuando Mas pidió una mayoría holgada para negociarla no se la hubiéramos negado, parece que el pueblo sí quiere la independencia –con poca mayoría- y que además la quiere por la izquierda…  pues entonces no es tan urgente. Ahora tenemos a Ada Colau, hasta ahora nos ha regalado un conjunto de eslóganes y buenas intenciones pero todavía no ha dicho claramente si está por el derecho de autodeterminación o no, espero que viniendo de la izquierda, y de la izquierda mas radical no haya problema en este sentido… como tampoco espero que lo haya cuando alguien en una manifestación empiece a romper escaparates como en los tiempos del señor Saura que, por cierto, está la mar de bien como senador…

oriol tramvia

¿Volviendo a la música, le interesa la escena catalana actual?

La veo bien, gente como Sanjosex, María Rodés, El Petit de Cal Eril… hay gente fabulosa, en general veo que la gente sale más preparada, que tiene más medios y que en cambio tropieza más con la cuestión ideológica. Nosotros no les hemos dado una capacitación ideológica, hay mucha queja, mucha nostalgia, los Manel son nostálgicos, y los respeto porque toda la gente que hace cosas que yo no he hecho, como por ejemplo llenar un teatro, la respeto, (tú pones el nombre Oriol Tramvia en un teatro y no lo llenas), pero me hace gracia que gente de 30 años sea nostálgica cuando están bien, ¿qué harán cuando tengan 50? Noto un poco de bajón, que la gente se olvida que estamos en el primer mundo… es cierto que actualmente hay el problema que Europa se está adelgazando porque tenemos un nivel de confort muy difícil. Pero estuve en Brasil el año pasado, allí todo el mundo toca de puta madre, pero ¿cuántos hospitales de la Seguridad Social hay? Ni uno, ¿cuántas pensiones paga el Estado?, ¿cuántas escuelas tiene el Estado? Entonces, claro que la economía va bien y el país sube, pero también suben los pobres, todo eso hay que mirarlo y explicarlo. Confundimos lo que queremos con el ideal, yo no he venido a impartir justicia en este mundo, lo primero que hay que hacer es adaptarse, yo empecé con el disco “Bestia” con mucho odio dentro, cada concierto para mí era como una isla de libertad, sacábamos los porros, muchas veces acabábamos en la comisaría… la dictadura militar pone un velo de sangre ante ti que te dificulta el andar porque tienes mucho odio, pero con la edad me he ido atemperando. Cuando hablamos de la Transición, muchos dicen que fue una mierda, pero yo estaba y en la Transición se hicieron cosas muy bien hechas, tiramos los militares atrás, borramos la pena de muerte del Código Penal y se legalizó lo que ya estaba: los partidos políticos, por cierto el día que se legalizó el partido comunista dimitió el ministro de Marina: alguien se imagina ahora que un gobierno toma una decisión de tal calibre y el mismo día el ministro de Marina, que era un militar, dimita?

Pero en el fondo esas elites eclesiásticas, militares y económicas continúan mandando…

Sí, es verdad, porque una cosa no pudimos hacer: la revisión del pasado de cada uno pero ¿quién pone el cascabel en el gato? Yo quería la  revolución y la gente me decía en la cara que si seguía por aquel camino no llegaría a los 40. La gente, los partidos y los grupos decían ‘Libertad, Amnistía y Estatut de Autonomía’, llegó el cambio y vino la libertad, la amnistía y el Estatut y aquí se terminó. Yo quería que pagara Fraga, pero cuidado, era un liberal, hizo la ley de prensa que todos aplaudimos, de hecho Fraga estaba tan mal visto por los franquistas que lo mandaron de embajador a Londres…

 

Y también firmó sentencias de muerte…

Pero los demás no hicieron ni la ley de prensa, hay que contextualizar las cosas, a toro pasado es muy fácil. Foix tenía poemas elogiando a Mussolini porque, en su momento, cuando surgió, era un cambio, hablaba que todos debíamos llevar la camisa negra y ser co-responsables y fue como un faro, una corriente artística que duró poco. Esto sedujo por ejemplo a Perón, que era  el agregado militar de la embajada argentina en Italia y de allí salió con la idea de un ejército como motor de cambio más que un ejército represor… esta idea fue de larga duración y todavía hoy encontramos seguidores con más o menos acierto…

Entró en el Grup de Folk pero no hacía folk y más tarde le citaron como precursor del rock catalán. ¿Los medios y la gente no le han sabido o podido ubicar o no les ha dado suficientes pistas para hacerlo?

No, yo he ido haciendo, empecé en el Grup de Folk sin decirles que empezaba, les iba siguiendo, me enteraba del próximo bolo que hacían e iba allí. Yo tenía 16 años y flipaba, era el más joven, ellos tenían unos 19, entonces la diferencia de edad se notaba. Me impregné de ello y recibí mucha influencia, después me fui a Formentera y tuve experiencias psicodélicas varias –es decir, que me puse hasta el culo-  y volviendo de la mili hice el disco ‘Bestia’. Después, en un bolo vino Ventura Pons, al que ni conocía, y me dijo que me llamaría para un proyecto, un musical llamado ‘Rocky Horror Pictures Show’, y estrenamos en el Romea y así fui mezclando música con teatro, eso lo ha dificultado todo (o no) porque entre los músicos soy actor y entre los actores soy un cantautor, pero siempre estoy en acto de servicio. Cuando no tengo nada entre manos, entonces elaboro proyectos e intento tirarlos adelante, ahora ya no estoy tan activo pero aparte estuve unos cinco o seis años parado en los 80 porque no entendía lo que pasaba.

¿A nivel político?

Sí, al final llegué a la conclusión que no podía destruir el sistema, yo venía del anarquismo más puro, repartir el dinero entre los músicos, como está mandado. Como no pude destruir el sistema, tuve que adaptarme para no sentirme marginado. También tuve una hija, y tuve que plantearme qué le explicaba: o que yo era un artista de primera magnitud mundial al que sus contemporáneos no habían entendido y le habían dejado en un rincón o decirle que yo estaba donde me merecía, que la vida era para ella, que tirara adelante. Escogí la segunda opción y esto me hizo madurar.

¿Qué no entendía exactamente?

El pedo que hizo todo, hablo de la reforma política de Suárez, que ni voté, como tampoco voté la Constitución. Yo lo que quería es ir a por Fraga, a por los generales… yo voté sí a la OTAN porque me daban miedo los militares. En mi ingenuidad pensé que, como en España había 400 generales con barriga y el Rey tenía el culo apretado, vi los de la OTAN que era gente delgada de 30 o 35 años, Felipe González dijo que teníamos que entrar a la OTAN y voté afirmativamente, pensé ‘que vayan’ y que vean que los militares  no pueden meterse entre el poder civil ni hacer golpes de estado, que hagan maniobras… voté sí a la OTAN contraviniendo las órdenes del buen progre, porque yo no he sido buen progre. No entendí que todo se quedara en aquel Estado español democrático olvidando la revolución, yo trabajaba para hacer un fuego nuevo, un cambio de arriba a abajo. Miro aquella época con mucha simpatía. Nunca me he refugiado ni en una cátedra de la universidad ni en una oficina de la administración, nunca he tenido un sueldo fijo: vivo a salto de mata y quizás que sea por esto que pienso que esta es una época de luz.

¿Tiene sentido que la música sea sinónimo de rebelión en una época de luz?

Depende, pienso que en principio la música que se hace desde aquí tiene que ser agradecida, porque vivimos en un contexto de democracia. La democracia es un fin, no un camino para ir no sé donde, es el sistema menos imperfecto que hemos encontrado para organizarnos, sirve para contar lo que queremos cada cuatro años y de aquí yo no me quiero ir. Y no me quiero ir porque yo vengo de un sitio en el que había un señor que decía que no era necesario contar porque él contaba por todos y si te descuidabas no te contaba a ti, yo quiero contar y por tanto estoy bien dentro de mi mundo. Hay que entender que estamos bien, tenemos problemas porque estamos en el sur de Europa, con un sistema de corrupción generalizado, pero la música debe reflejar todo eso, ¿si puede ser combativa?, naturalmente que puede ser, si vives en Ciutat Meridiana  reflejarás eso, pero yo creo que a la hora de expresarnos y de andar y ubicarnos, hemos de empezar sabiendo donde estamos. Nosotros tenemos los problemas derivados de pertenecer al sur de Europa, la esperanza es que la señora Merkel haga dos divisiones, los países del norte y la segunda nosotros, porque las mentalidades son muy diferentes y no tenemos nada que hacer: nosotros mentimos, los latinos mentimos y nos arrepentimos, los luteranos no mienten y por lo tanto no hay arrepentimiento, las leyes luteranas están hechas para castigarte, nadie habla de reinserción en Estados Unidos,  aquí decimos ‘te privamos de libertad, pero no sufras porque te reinsertamos y te devolvemos a la sociedad’, todo un follón de que debas arrepentirte, pero somos así, venimos de esta tradición judeocristiana, Lutero dijo que no, que el cielo te lo tienes que pagar tú. Aquí hay muchos que no pueden pagarse el piso  u otros que lo pillan para venderlo y elaboran toda una estrategia… después se quedan sin trabajo, y dicen que el sistema está fatal. Creo que la música debe reflejar todo eso pero pienso que actualmente existe un descontentamiento un poco exagerado. Yo no niego que haya quien necesite ayuda pero también hay quien va de espabilado…

Estuvo presente en las ediciones del emblemático festival Canet Rock en 1976 y 1977. ¿Se ha mitificado demasiado?

Sí, en la primera edición ‘tripé’, me metí un ácido, entonces cuando estábamos sentados ensayando vimos que no nos podíamos poner de pie, salimos a cuatro patas y empezamos a tocar desde el suelo y nos fuimos levantando. Fue un desbarajuste y cuanto más desbarajuste, más comunión había con la gente. Los periodistas no sabían que había una actuación y aquello se esparció como una mitología de aquella actuación en la que yo no estaba atento a nada, empecé con unos cohetes para anunciar la actuación y el último que tocaba antes que yo era Pau Riba. Dije a alguien que encendiera los cohetes, Riba los vio, yo tocaba en la otra punta del recinto, creyó que eran en su honor y volvió a salir para hacer un bis. Las ingenuidades son tremendas, yo he estado en fiestas en las que te preguntaban si te habías pinchado y que si no lo habías hecho, te invitaban a hacerlo. Nuestra generación, fue pionera en España, con las drogas, con los festivales y con las alternativas y pusimos en ello nuestra máxima voluntad. Está todo mitificado, todo el mundo estuvo en Zeleste, todo el mundo estuvo en Canet Rock, todo el mundo estuvo en las manifestaciones antifranquistas y sufrió la censura. La gente ha ido variando, todo el mundo se ha ido ubicando.

¿Qué tiene entre manos?

Estrenar Joan Argenté en Barcelona y dar a conocer su obra poética. Mientras tanto, he empezado a hacer una pre-maqueta de la pre-maqueta con nuevas canciones y continuaré haciendo discos mientras pueda.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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