Las organizaciones que apoyan la campaña “Por una Catalunya Social” se hicieron oír en la Vía Catalana 2014. La camiseta roja de la V se mezclaba con las de la marea amarilla por una escuela pública y contra los recortes, las de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o las que
Las organizaciones que apoyan la campaña “Por una Catalunya Social” se hicieron oír en la Vía Catalana 2014. La camiseta roja de la V se mezclaba con las de la marea amarilla por una escuela pública y contra los recortes, las de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o las que mostraban unas tijeras entre la señal de tráfico de prohibido el paso, seña de identidad del movimiento contra los recortes en gastos sociales que, tanto el gobierno del PP y el de CiU, están llevando a cabo.
Tras el masivo éxito de la festiva y reivindicativa Vía Catalana 2014, muchos se hacen la pregunta: ¿ahora qué?, dirigida tanto al gobierno del PP como al gobierno de la Generalitat. Nadie puede negar la transversalidad del movimiento soberanista; se equivocan los que vean a “peligrosos” separatistas imbuidos de un ancestral odio a España en este movimiento, los hay y son una parte muy pequeña del mismo, o los que piensan que la votación y, llegado el caso, la independencia, será un cheque en blanco para que la oligarquía catalana haga y deshaga como lo viene haciendo con la oligarquía española de la que forma parte fundamental y fundacional. Desde la sociedad civil, desde los movimientos antidesahucios, por la escuela y la sanidad pública, por la regeneración democrática de una política lastrada por una corrupción sistémica, etc., se lucha para llenar de contenido rupturista de una democracia participativa al proceso soberanista. Esto es lo que hacen las organizaciones que forman parte de la campaña “Por una Catalunya Social”. Sindicatos como la UGT, CCOO, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, el Consejo Nacional de la Juventud de Catalunya, la Plataforma por el Derecho a la Salud, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Catalunya, en Pie por la Salud Pública, y partidos que firmaron el manifiesto “Prioridad por una Catalunya Social”.
Los tramos 57 y 58de uno de los brazos de la V fue el lugar de encuentro de millares de ciudadanos, entre ellos los que están en las organizaciones que forman parte de la campaña Por una Catalunya Social. Situados entre la calle Balmes y Rambla de Catalunya (no confundir con Las Ramblas), el teatro-cine Coliseum de la Gran Vía mostraba un cartel que, en el contexto del día, formaba una imagen de gran carga poética. El anuncio del espectáculo de El Mago Pop rezaba: “La gran ilusión”. Éste redactor recogió las declaraciones del Secretario General de la UGT de Catalunya, Josep María Álvarez, que se ha posicionado por el derecho a decidir y votar el 9 N para “salir del pozo”, cosa que no todo el mundo comparte en su sindicato.
Entonces, ¿su sindicato llama a votar el 9 N?
Esta Diada es un clamor para exigir el derecho a votar, el derecho a poder decidir el futuro de los catalanes. Pero también es una Diada con fuerte contenido social. Si de verdad hay recuperación económica y estamos saliendo de la crisis, eso debe ir a los que tienen menos. No hay avance nacional sin avance social, y deben devolvernos los derechos sociales que se nos han quitado a los trabajadores. Y también no debemos olvidar la lucha contra la corrupción y le regeneración democrática.
Más allá del discurso sabido y de tan repetido vacío de contenido, parece que sí, que la UGT participó en la Diada, entre otras cosas, porque defienden el derecho a decidir. Unos pocos metros más allá me encuentro con la figura bonachona de Joan Carles Gallego, a la sazón Secretario General de CCOO de Catalunya:
Algunos de los partidos que lideran el proceso soberanista, como la coalición de CiU, dan y han dado su apoyo a la política de los recortes, y la practican. ¿Qué tiene que decir?
Evidentemente, hay diversidad de posiciones políticas en el movimiento soberanista. A nosotros nos preocupa mucho que la dirección política de este proceso sea con aquellos que defienden las políticas neoliberales y los recortes, por eso estamos en la calle para dejar claro que el debate nacional y el debate social deben ir en paralelo. La respuesta política al conflicto nacional, en forma de democracia, en forma al derecho a decidir, es válida también para el conflicto social. Nosotros queremos decidir, pero queremos decidirlo todo, en lo social también. Queremos decidir una mejor relación de Catalunya con España para superar un modelo que está agotado, pero queremos decidir también los modelos sociales que nos están imponiendo, con recortes de derechos que están generando pobreza y desigualdad. Si lo social no se pone en primera línea, la gente se va a cansar.
¿Y qué opinan de todo esto sus compañeros de Madrid, por ejemplo?
Con los compañeros de Comisiones Obreras en el ámbito estatal tenemos una coincidencia en el diagnostico y en el análisis. Coincidimos que el actual modelo constitucional no da respuesta a los problemas de relación entre Catalunya y España, pero tampoco con el conjunto del Estado de las Autonomías. Las política del PP son muy centralizadoras, y esto no es bueno porque el autogobierno cercano a la gente siempre es mejor. Esto lo compartimos con los compañeros de CCOO del resto del Estado, y después respetan que estemos con la mayoría social de Catalunya que exige que este conflicto se resuelva con el derecho democrático a decidir. También coincidimos en que hay abordar una reforma constitucional profunda que de repuesta a la movilización y reivindicaciones sociales de hoy.
Dejo a Gallego que portaba una camiseta amarilla con la leyenda: “SOS, enseñanza pública y de calidad”, camiseta que coincidía con las que portaban los diputados de ICV-EUiA, Dolors Camats y Joan Herrera, el diputado del mismo grupo parlamentario, Ricard Gomà, coincidía en el color de la camiseta, pero no en la leyenda, la suya decía: “Catalonia is not CiU”. ICV-EUiU no participó en la Cadena Humana de la Diada del año pasado por considerar que tenía un perfil claramente independentista. Dolors Camats tomó la palabra para dirigirse a los medios allí destacados:
“La exhibición de la potencia de la V es el mejor argumento de la movilización popular, social y cívica que exige que nos dejen votar el 9 N. Es esta fuerza ciudadana la que está impulsando este proceso que estamos viviendo en Catalunya. Un proceso que tiene un grito de democracia, de poder decidir, de ser soberanos para poder decir. En este tramo de la V, donde están las organizaciones sociales, vecinales, juveniles, tiene el anhelo de hacer país y decir qué país queremos desde el punto de vista nacional y social. Los que niegan la democracia del derecho a decidir, y la capacidad de la gente de decidir sobre sus vidas, o que manera de pueblo, país o nación queremos o podemos ser, se encuentran con la voluntad y la movilización de la gente. Sería bueno que tomaran nota los que hablan de legalidades, leyes, de parlamentos, de asambleas, de que hay un clamor en la calle y aquí estamos”. Mientras habla la diputada, se arreciaron los gritos de independencia entre la gente cercana.
¿Qué opina Dolors Camats?
Es evidente que en una movilización por el derecho a decidir hay gente que reclama la independencia, pero sobre todo hay gente que reclama el poder votar el 9 N, que se exprese la voluntad de lo que quiera la gente. La calle es hoy el punto de encuentro de los que queremos más democracia y poder decidir.
Las senyeres y las esteladas (éstas últimas eran mayoría)se unen con las banderas de Escocia, de Galicia, con las ikurriñas, con banderas de Andalucía y otras comunidades de España, o con las camisetas de un grupo de jóvenes que reclaman la independencia de Córcega. Todos, independientes de sus ideas políticas, participaron de una jornada que nadie podrá negar que fue festiva, alegre y carente de incidentes destacables. Pese a que, según nos cuentan, el consulado de EEUU en Barcelona había advertido a sus nacionales que no se acercaran por las movilizaciones, algo imposible cuando todo el centro de la ciudad era un marea de gente con banderas catalanas, y todo ello por miedo a un atentado yihadista al coincidir la fecha con el 11 S y la presencia de la selección norteamericana de baloncesto en España. Los mossos confirmaron que existió la advertencia e incluso adoptaron unos protocolos que, al final, no tuvieron que aplicarse.
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