No viste la camiseta que le presentó en sociedad. –Catalunya Si Que Spock, recuerdan?- Aunque tampoco es necesario: tiene aires de rebeldía y aura de inconformismo de por sí. No hacen falta ni camisetas ni más de cuatro palabras para confirmarlo; durante la entrevista lo manifiesta; al término de la misma es una obviedad. Joan Giner es el diputado más joven del Parlament, aunque gana a muchos en madurez y conocimiento. Escucharle hablar es escuchar a Pablo Iglesias, a Ada Colau y a Mònica Oltra. Nada que envidiarles. Está claro que llegará lejos, es de ese tipo de personas moldeadas a base de pasión, convicción y lucha. Él no ha llegado a la política, hace política desde que tiene uso de razón. Él mismo reivindica la importancia de usar bien los términos.

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Nace y crece en Cornellà. Cerca de los 14 años empieza a tener relación con el tejido de jóvenes del barrio; el inicio de un recorrido que sigue en la Universidad –combinado su gran pasión por las telecomunicaciones con la “carrera de las asambleas”-, madura en el Raval y se consolida en Chiapas (México). Tiempo después, ya en Barcelona, empieza lo que ahora define su vida. Todo por llevar bocadillos a unos “chavales” que un 15 de Mayo acamparon en medio de Plaza Catalunya. Poco tardaron sus colegas de Cornellà en sumarse a la revolución. Poco le faltó a él para acudir corriendo. Inevitablemente, de allí surgieron distintos movimientos con sus distintos planes de candidaturas de unidad popular. Y, más en concreto, “Cornellà en Comú, Crida per Cornellà”, ahora segunda fuerza política en el Ayuntamiento del municipio en cuestión y su catapulta particular hacia el puesto que hoy ocupa su vida: es el diputado más joven de Catalunya Si Que es Pot. El diputado más joven de todo el Parlament.

Para empezar ¿Cómo valoras el gran cambio habido y por haber en política?

Creo que se está produciendo un cambio de tercio en la política europea en general. Europa no está en cabeza de las grandes potencias mundiales, cada vez somos más pobres; eso hace que no se está consiguiendo la gran esperanza blanca de la Unión Europea que nos iba a dar riquezas y vacas gordas. Por lo tanto, el modelo político de los países dominantes se rompe. Y se rompe en muchas formas: Aquí con el 15-M, en Portugal con grandes huelgas generales, en Grecia con la construcción de una alternativa anti-deuda europea muy potente. En este sentido, en España hay un fracaso del status-quo dónde el PSOE se ve muy afectado. Y no es tan importante que el PP se vea afectado, porque es con la pérdida de poder del PSOE que se ve esta caída de régimen. Esto es traduce en una parte no mayoritaria de la sociedad que quiere cambiar el bipartidismo o, en definitiva, el régimen del 78. No podemos obviar ese “no mayoritaria”. Los partidos políticos tradicionales aun copan más del 50% de voto. A pesar de ello, podemos hablar de revolución igualmente: antes comprendían el 90% de la sociedad, ahora poco más del 50%.

¿Y en Catalunya?

Aquí pasan cosas distintas. Catalunya es, políticamente hablando, un país diferente. Aquí, la cuestión nacional ha aplastado mucho más el régimen. Eso, acompañado de un movimiento social y popular -que es lo que provoca cambio en realidadque es el movimiento soberanista. En definitiva, en España se puede dar un cuatripartito con más o menos estabilidad –en mi opinión, es una cosa muy sana democráticamente-, pero aun nos queda mucha faena para intentar llegar a un periodo revolucionario de cambio real.

¿No sería más eficiente, a nivel electoral, que todas las izquierdas se unieran en bloque como ha hecho siempre la derecha?

Solemos creer que las herramientas electorales son utensilio y finalidad a la vez, y, en realidad, son una consecuencia de un sujeto social. ‘Podem’ puede irrumpir electoralmente porque hay una conciencia de cambio y un sujeto social creado y el partido lo canaliza en un instrumento político. Que la izquierda se una o no se una no depende de que los líderes políticos se sienten en un despacho y pacten, sino de que se cree un sujeto social mayoritario. Eso es complejo. En Catalunya, por ejemplo, si que tenemos un movimiento de masas en la calle, un sujeto social que está vivo: el que se lo lleve –eso lo saben desde Artur Mas hasta David Fernández, pasando por Pablo Iglesias- es quien podrá hacer cambio y podrá gobernar Catalunya.

¿Y porque dices que en España eso no existe?

En España no hay ningún sujeto social tan fuerte en la calle. Si que se está creando, si que está ahí; es un sujeto que viene del 15-M, muy unido a la lucha tradicional de la izquierda, pero todavía queda mucho por construir. Entonces ¿Cuál es la teoría de los compañeros de ‘Podem’? Hagamos una carrera al estado, copemos la institución y desde la institución creemos hegemonía. La CUP dice lo contrario: creemos hegemonía, y, entonces, copemos la institución. No se decirte cual es la mejor, pero creo que la primera es más útil.

¿Cuál es la relación de ‘Podem’ con los demás partidos de izquierda? ¿Habéis absorbido todo ICV-Euia?

Todos somos el mismo sujeto social. Es decir, los votantes de ICV, ‘Podem’ e incluso ERC forman parte del mismo sujeto social. De hecho, a los votantes de ERC y la CUP sólo los diferencia la concepción de la exclusión nacional. Nosotros no podemos entrar aquí a competir con una herramienta electoral contra gente con las mismas ideas que nosotros: No podemos decir “tengo tu mismo programa electoral, pero tu eres casta porque llevas 8 años aquí”. No funciona así. El tema central es si se trata de una coalición de partidos o de una confluencia. Como diría Xavier Domenech, una confluencia es la suma de unas partes más muchas más cosas que están alrededor, una coalición es sólo esta suma.

¿Y por qué esta confluencia no se consigue en España?

Porque Catalunya, valga la redundancia, es un país diferente políticamente hablando a España. No es el mismo contexto Madrid, Cáceres, etc. que Catalunya. Incluso en Valencia es diferente el contexto. Es como si me preguntaras porque los socialistas de Brasil están pactando con el Partido Comunista y aquí eso no pasa. No es comparable.

¿Hasta que punto puede ser peor el remedio que la enfermedad? Parece que Podemos ha perdido fuerza desde su ‘boom’ en las elecciones Europeas…

La concepción popular de todo esto es: “me presento a unas elecciones y gano”. Si, es lo básico, pero realmente hay toda una correlación de fuerzas en el estado que actuarán para que esto no pase. Lo que hoy crea hegemonía es el control ideológico y del consenso. Lo que ha pasado es que se ha creado un consorcio de medios para atacar a esta nueva fuerza política. Cuando nos dicen “esto es lo mejor” nos sumamos, cuando “esto” empieza a recibir críticas -por mucho que no las entendamossolemos dar un paso hacia atrás. A la vez, ha habido una segunda fase de ataque: crear Ciudadanos. Se infla en las encuestas, lo meten en todas las entrevistas… Piensa, ¿Cómo puede ser que un grupo parlamentario con 10 diputados, en 4 años salte a toda España, haciendo una campaña estatal con lo que eso puede llegar a costar? (Hablamos de millones y millones de euros). Los empresarios decidieron dar dinero a C’s. Ahora, ¿Estas dos operaciones han hecho perder fuerza a Podemos? Según se mire: Sacar entre un 15 y un 20% la primera vez que te presentas a unas elecciones, no lo considero precisamente un fracaso.

altUna de las cosas que se os critica es que habéis pasado de ser un grupo con mucha base social a querer ir un poco hacia el centro

Nosotros somos un ente vivo. Como ente vivo tenemos debates internos -que no fracturas-. Y este es un gran debate. Hay una línea de artículos muy potentes en la que hemos participado unos cuantos que es la de “alejarse del centro, para acercarse a la centralidad”. Acercarse al centro es perder la esencia, acercarse a la centralidad es intentar influir en la hegemonía del tablero diciendo lo que tu piensas hasta que tus temas sean importantes. Hay una gran línea de pensamiento en ‘Podem’ que opta por la centralidad y otra que opta por el centro. Todo eso se resolverá el día 21-D, cuando analicemos las elecciones y decidamos cual es la mejor manera.

¿Y cual es tu opinión personal al respecto?

Yo creo que debemos ir hacia la centralidad. Relajar el discurso nos mimetiza y la pérdida de identidad popular nos confunde con otros actores políticos como el PSOE o Ciudadanos y estamos perdiendo muchos votos hacia allí. Para mi es necesario un discurso anticapitalista e irreverente. No creo que nos hayamos relajado tanto como se cree, pero la idea es no hacerlo ni un poquito más. Si defendemos el impago de la deuda o la reestructuración ‘heavy’ de la deuda, no vale con “vamos a negociar una reestructuración ‘light’”; no, no, si la deuda no se paga en estos términos, no se paga. Debe ser así: la deuda no se paga, y punto.

Respecto a lo que decías antes… ¿No es algo malo para el votante que el partido tome decisiones una vez pasadas las elecciones?

Venimos de un año con cinco citas electorales, no hemos tenido mucho tiempo para parar a reflexionar. Y si la CUP no se anima, aquí en Catalunya en cuatro meses volvemos a tener elecciones. Yo creo que es a partir del 21-D que debemos parar y tener este debate. Pero ahora mismo estamos en un momento de carrera y vamos a ganar el estado. Si consiguiéramos ganar el estado, el tema Catalunya cambiaría mucho.

¿Qué ofrecéis a los catalanes, en este aspecto?

Un referéndum vinculante. Una gran parte de los nuevos votos de ‘En Comú Podem’ son de la CUP y de ERC. Eso no lo esconde nadie. El otro día el CIS decía que el 38 o 39% de votantes de la CUP en las autonómicas nos votarán a nosotros. Eso son 100.000 votos, es el Camp Nou lleno. Realmente, se ve como una opción y es el voto útil para Catalunya. Incluso CDC y ERC, si quieren un cambio real para Catalunya, deberían hacer presidente a Pablo Iglesias.

¿Cómo ves el panorama, entonces, una vez pasadas las elecciones?

El tema es que partimos hacia una legislatura que no es normal, eso hay que entenderlo. Es una legislatura especial, donde habrá un proceso constituyente. Un proceso constituyente hace una Constitución. Y son los Estados los que tienen Constitución. Por lo tanto, estamos en un momento de constitución de un Estado catalán, sea independiente o no. Independientemente de cómo quede formado el Parlamento, creo que tendrá mucha más fuerza y soberanía que el propio Gobierno. Porque en un Proceso Constituyente, lo que se hace sobre todo es legislar y el órgano legislativo es el Parlamento, no el Gobierno.

Respecto a las negociaciones para la investidura de un Presidente… ¿Qué opinas del artículo publicado por David Fernández?

Algún día le tendré que preguntar por qué lo ha hecho [rie]. Él, yo y mucha gente llevamos toda la vida luchando y resistiendo y no creo que ahora sea el momento de dar dos votos a la derecha. Para mi, sigamos luchando y resistiendo.

Salvando las distancias ¿No se podría comparar con la carta que publicaste en tu blog en referencia a que no estabas de acuerdo con votar en contra de la declaración de desconexión del estado español, pero tu partido te obligó?

Hay que entender que vivimos una legislatura especial. Dentro de ICV mismo se ha dado muchas veces libertad de voto y no ha pasado nada, pero, como decía, estamos en una legislatura especial. Se iba a votar una cosa que era simplemente una demostración de fuerza, de a ver quien tiene la bandera más grande. Nosotros, que nos hemos movido siempre en un espacio en medio de estos dos bloques, pienso que al votar en contra nos estábamos apartando de este espacio. En el “no democrático” no hay espacio: aquí ya están PP, PSOE y C’s. Debemos dar el mensaje a los votantes de que vamos a luchar como lucharon otras generaciones por los derechos de Catalunya. Porque los derechos nacionales no están separados de los derechos sociales.

Entonces, ¿tu estás acorde con la tesitura de “Catalunya Si que Es Pot” de que lo primero son los derechos sociales y luego ya hablaremos de independencia?

Si, pero al final se habla de esto en campaña y se provoca un plebiscito. En un momento en que se está discutiendo el tema nacional de forma tan fuerte en el Parlamento, hasta llegar a una declaración de desconexión unilateral, opino que debes saber posicionarte. Y yo creo que la única salida viable en un futuro es hacer un referéndum, ensanchar la mayoría social, hacer un proceso constituyente… Saber colocarse aquí es muy importante. Según mi criterio, hubiera sido muy bueno que hubiera habido libertad de voto en distintos puntos. Porque al final, votamos que NO a puntos del estilo “iniciar un proceso constituyente participativo desde abajo y ciudadano” o “instar al gobierno a iniciar un plan de rescate social”, que son casi calcados a partes de nuestro programa. Creo que abstenernos hubiera sido lo óptimo, porque, además, hubiera mandado el mensaje de “votan diferente al bloque de PP, PSOE, C’s”, por lo tanto “tienen un espacio propio” y “juegan un papel en el conflicto catalán”. Creo que el debate que abrí ha tenido un papel clave en ‘Barcelona En Comú’ y en mi grupo habrá un efecto muy claro.

Mientras, una cosa que ha pasado paralelamente en nuestro país para poder pagar deudas ha sido vender patrimonio desde las consejerías

Aquí el tema de fondo, algo que siempre digo, es que la política liberal como sociedad no funciona. Hay que explicar que “si usted es un liberal  y se vende todos los servicios públicos, el día de mañana, el día que tenga problemas, no tendrá ningún servicio y 0 ingresos, y por lo tanto no tendremos capacidad como Estado para hacer nada”. Para , un liberal es antidemócrata, porque la democracia se basa en tener unos órganos donde poder aplicar la democracia, si adelgazas el estado hasta el punto que no tenga ningún poder de intervención, entonces eres antidemócrata.

Para acabar, un pronóstico electoral de lo que pasará en las generales

Creo que se consolidará en España una caída del bipartidismo y que Podemos, en sus distintas formas alrededor del Estado, tendrá un buen resultado. Si eso es suficiente para ganar, haremos lo que dice Iñigo Errejón: crearemos hegemonía desde el estado. Si no es suficiente para ganar, seguiremos madurando y trabajando para crear esta máquina de hegemonía. Podemos aporta algo muy bueno y moderno en la política española y es decir que España es un país de países. Si llevamos esa política, de aquí 4 años: Euskadi, Catalunya, Galicia y Valencia es nuestra, hegemónicamente hablando.

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Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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