altLa casualidad, o la causalidad, hicieron que publicáramos en esta revista una breve historia de la caricatura política el mismo día que asesinaban a diez compañeros, y dos policías, de la revista satírica parisina Charlie Hebdo.

 

La casualidad, o la causalidad, hicieron que publicáramos en esta revista una breve historia de la caricatura política el mismo día que asesinaban a diez compañeros, y dos policías, de la revista satírica parisina Charlie Hebdo.

 

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@AnnTelnaes   

 

En aquel trabajo ya decíamos que la profesión de escritor o dibujante satírico era, y es, un trabajo de riesgo como la cruda actualidad no acaba de demostrar. La censura, la cárcel y la violencia de todo tipo y color se han cebado durante toda la historia con los medios y periodistas que, desde el humor y la sátira, nos explican una parte de la realidad o nos ponen ante el espejo de nuestras propias miserias, como sociedad e individuos. Charlie Hebdo es un semanario satírico que se fundó en 1992 y era heredero de otras publicaciones que, entre 1969 y 1981, llevaron el nombre de Hara-Kiri, Hara-Kiri hebdo y Carlie Hebdo como se conoce hoy. El primer director de la nueva etapa del semanario fue François Cavana fallecido en enero de 2014. Lo sucedió en el cargo el mítico Stéphane Charbonnier (Charb), muerto en este atentado. Podemos decir que Charb, sin ataduras familiares ni económicas, militaba en la libertad de expresión, algo tan serio que no podemos dejar que se desvirtúe en boca de ministros de interior y políticos que hoy, cual plañideras, lloran e invocan dicha libertad cuando promueven leyes mordaza o la policía a su mando golpea y detiene a periodistas en las manifestaciones. Charlie Hebdo, para Charb, era su proyecto vital, y la línea editorial era meridianamente clara, no hay nada sagrado que pueda escaparse a la mirada vitriólica, satírica y humorística de sus redactores y dibujantes. Toda intolerancia y fanatismo religioso, social o político, era diana de su mordaz crítica. Musulmanes, judíos o católicos recibían por igual cuando el integrismo de sus actos chocaba con los más elementales derechos civiles y democráticos de las personas. Charlie Hebdo fue censurado, multado y secuestrado sus números por las autoridades francesas, y todo autodenominado defensor de las “esencias morales y religiosas”, tanto de Occidente, como de Oriente, la tuvieron en su punto de mira. Su antigua sede en el bulevar Davout fue incendiado, sin producir víctimas y salvándose su valioso archivo. Una muestra de lo de “irreverente” y crudeza del humor de Charlie Hebdo, lo podemos ver en dos ejemplos: Cuando murió Charles de Gaulle dibujaron una caricatura tachada por un trazo y cuyo lema decía: “Nunca más”. Lo mismo de crudo fue su particular homenaje cuando Michael Jackson murió. Dibujaron un esqueleto con el título: “¡Por fin blanco!”.

 

En este mismo medio, como en otros, podrán leer los nombres de los fallecidos, los Tignous, Cabu o el citado Chard, por citarlos a unos pocos, por sus nombres artísticos. La redacción de la revista Rambla nos solidarizamos con todos los compañeros franceses y expresamos nuestro pésame a familiares y a amigos de los fallecidos. Nuestro mejor homenaje será difundir su trabajo y seguir con el nuestro para publicar aquello que no quieren que se publique, ni los intolerantes ni los poderosos.

 

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Luis Pérez Ortiz

 

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@RLOppenheimer

 

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Gary Varvel       

Viñeta portada: @Ygreck 

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