En sus más de 200 páginas, Carles Mir invita a quien lea Los cines de mi vida. Barcelona 1950-1970 a un paseo por las calles de la ciudad a lo largo de tres décadas, deteniéndose en las salas de cine, la mayoría hoy desaparecidas. La publicación —una coedición de la editorial Comanegra y el Ayuntamiento de Barcelona— presenta un amplio archivo gráfico de las salas, los pósters y las entradas de aquellos años, y, como se puede leer en la sinopsis, quiere ser “un homenaje a todos aquellos cines que, antes de las multisalas, crearon comunidades y llevaron a la ciudad, gracias a su variedad, todas las películas que podían soñarse”. La obra se ha publicado en catalán y en castellano.

Nacido en Barcelona en 1948, la vida de Carles Mir está estrechamente ligada a los cines desde su nacimiento, literalmente: su madre rompió aguas en el interior de una sala. Él tardó muy poco en convertirse en un gran cinéfilo, y de su pasión hizo su profesión. Ha sido crítico cinematográfico —alabado por nombres de la talla de Terenci Moix y especialistas como Román Gubern, este último prologuista de esta edición—, ha trabajado de comentarista de cine en diversas publicaciones, emisoras de radio y, en los últimos veinte años, para BTV, la Televisió de Barcelona. El libro que ahora publica es el resultado del trabajo de toda una vida.

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