Desde hace unos años, las semillas de cáñamo son un producto de venta y distribución legal en España y en toda la UE, por lo que es probable que ya hayas oído hablar de ellas o incluso hayas visto cremas, aceites y otros productos fabricados con semillas de marihuana en las estanterías de los supermercados.

Sin embargo, su uso alimenticio todavía no está legalizado en nuestro territorio. En otros países, como EUA o Australia, sí que lo está y es posible comprar productos como barritas de muesli, cereales e incluso yogures que las incluyen entre sus ingredientes.

Esto ha abierto un debate sobre si la ley debiera aceptar cualquier uso de estas semillas, teniendo en cuenta que no tienen ningún tipo de efecto psicoactivo (no son drogas) y si muchos beneficios para la salud. Entre estas voces que reclaman poder usarlas también en alimentación están las de muchos dietistas, quienes resaltan que tienen muchas similitudes a otras semillas consideradas “superalimentos” como la Chía o la Quinoa.

Cáñamo y nutrición

Debemos comenzar por aclarar algo importante y que preocupa a muchas personas respecto a las semillas de cáñamo o de marihuana: el THC. Estas tres palabras conforman la abreviatura de tetrahidrocannabinol. Es el componente psicoactivo que se encuentra en la marihuana y que produce el denominado “colocón”. Mucha gente se pregunta ¿Puedo experimentar estos efectos si consumo semillas?

El cáñamo aprobado en los países donde se pueden utilizar para elaborar alimentos es de tipo «bajo contenido de THC». No contiene casi nada del compuesto que produce estos efectos, por lo que no hay que preocuparse en este aspecto al comer semillas de cáñamo. Además, el THC no se encuentra presente en las semillas, sino que se desarrolla con la planta, por lo que estas son completamente inocuas.

Ahora, en cuanto a la nutrición. Las semillas de cáñamo aportan una gran cantidad de nutrientes beneficiosos para la salud. Al igual que otras semillas, las de cáñamo son ricas en grasas saludables que contribuyen a mejorar el estado del corazón y del cerebro. De hecho, contienen un tipo especial de grasa llamada omega-3 que es antiinflamatoria y especialmente beneficiosa para el corazón.

Con un 30 por ciento de proteínas, las semillas de cáñamo aportan más proteínas de origen vegetal que la mayoría de las semillas de otras especies. Además, están repletas de fibra para el intestino, con unos 10 gramos de fibra por cada 100 gramos de semillas.

Y eso no es todo: las semillas de cáñamo también contienen hierro para el transporte de oxígeno, potasio para la función muscular, magnesio para la salud de los huesos, vitamina E para mantener un corazón sano y vitaminas del grupo B energéticas. Suenan como un multivitamínico integral, ¿verdad?

¿Cómo se usan semillas de cáñamo?

Ahora que ya sabes de qué va todo el bombo de las semillas de cáñamo, puede que te preguntes cuál es la mejor manera de incluirlas la dieta llegado el momento de su aprobación. Cuando suceda, en el supermercado encontrarás montones de productos que contendrán cáñamo, desde leches vegetales y bolsas de sopa hasta patatas fritas y bollería para el desayuno. Incluso existen proteínas de cáñamo en polvo. Cuando la ley lo permita será muy fácil encontrar estos productos.

Sin embargo, en lugar de productos de cáñamo ya elaborados, la mejor recomendación puede ser comprar semillas de marihuana enteras y utilizarlas de la misma manera que cualquier otra semilla. Pueden añadirse a un batido, espolvorearlas sobre muesli o añadirlas en una ensalada para darle un toque crujiente.

También es una buena opción comprar aceite de semillas de cáñamo y utilizarlo en los aliños de las ensaladas, o probar la harina de cáñamo para dar un toque nutritivo a los panes y magdalenas caseros más saludables.

¿Deberías comer cáñamo?

Las semillas de cáñamo pueden ser pequeñas, pero son muy nutritivas, y merecen un lugar en tu despensa.

Dicho esto, las semillas de cáñamo no son un elixir mágico, así que, si las añades a tu dieta en el futuro, que sea como una opción más para hacer tu alimentación más variada, pero no las utilices como sustituto de otros productos como un único superalimento.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.