El independentismo encarrila una Diada inédita. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) reprocha a ERC que no hay avances en el cumplimiento del «mandato» del 1-O. Junts per Catalunya (JxCat) se alinea con la entidad soberanista y amenaza con romper el gobierno catalán porque no se cumple el pacto de investidura con los republicanos, Aragonès anuncia que no asistirá a la manifestación de la ANC, pero sí al acto matinal de Òmnium. Y Oriol Junqueras acusa a la entidad que promovió las grandes manifestaciones del procés de «excluir a la mayoría de los independentistas».

Ante este panorama, los Mossos d’Esquadra han activado todas sus alertas en previsión de broncas a los políticos y altercados en las calles durante el próximo domingo, 11 de setiembre. Según destaca el digital El Món, la sección de «Análisis de Extremismos Violentos» de la Comisaría de Información de la policía catalana ha advertido de la posibilidad de enfrentamientos callejeros tanto el 11 de septiembre como en la víspera por la «tensión existente en la biosfera independentista, los hechos del pasado 17 de agosto en Barcelona, los movimientos independentistas de ultraderecha y las escisiones dentro de las corrientes de la izquierda anticapitalista«.

Los Mossos temen que los incidentes se concentren en los actos del sábado por la noche en el Fossar de les Moreres, en Ciutat Vella, y que se pueden producir enfrentamientos también en la manifestación del domingo convocada por la ANC.

Ya el año pasado hubo gritos, amenazas, empujones y hasta lanzamiento de sillas en el Fossar y políticos que no pudieron intervenir en la ronda de discursos. En cuanto a la manifestación, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, fue increpado, insultado y abucheado por un numeroso grupo de manifestantes, razón alegada para no acudir este año a la gran cita anual del independentismo.

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