Crispación creciente en el Raval barcelonés por la presencia de una red de narcotráfico que está haciendo volver las drogas duras en las calles del barrio.
En la calle, En Roig, donde empezaron las caceroladas hace más de dos semanas, hay ‘okupadas’ tres viviendas del número 22. En la Riereta. los traficantes tienen invadidos tres bajos en los números 1-Ter, 3 y 5. Las drogas que circulan son duras. Estamos hablando de heroína, crack, cocaína y MDA.
Crispación creciente en el Raval barcelonés por la presencia de una red de narcotráfico que está haciendo volver las drogas duras en las calles del barrio.
El repentino incremento de la venta y consumo de estupefacientes como la heroína genera crispación y conflictividad; algunas vecinas han optado por abandonar su actual domicilio. ¿Quién puede estar interesado en vaciar los inmuebles de sus tradicionales residentes? De quién son los pisos donde se trafica? La rumorología se extiende por el barrio. Los datos del Registro de la Propiedad señalan que un fondo buitre y varias entidades bancarias ostentarían la titularidad de los pisos conflictivos.
Budmac es una filial de Albirana Properties II Socimi SA (controlada por Blackstone), una tipología de fondos de inversión especializado en el alquiler y que no paga impuesto de sociedades
En el número 22 de la calle de En Rojo se sitúan tres de los pisos. Dos pertenecen a la sociedad mercantil Budmac Investments SL II y el tercero en Cataluña Banco SA. Budmac tiene su sede social en la calle del Roble del Polígono Industrial Mas Mateu de El Prat de Llobregat, en la misma dirección donde constan las oficinas de Blackstone, uno de los principales fondos buitre del planeta. Budmac es una filial de Albirana Properties II Socimi SA (controlada por Blackstone), una tipología de fondos de inversión especializado en el alquiler y que no paga impuesto de sociedades. En la dirección de ambas sociedades encontramos los mismos nombres y apellidos: Jean François Bossy, Jean Christophe Dubois y Diego San José de Santiago. El tercer vivienda señalada en la calle de En Rojo es propiedad de Catalunya Banc SA. En el caso de la calle Riereta las denuncias interpuestas por el vecindario apuntan a otros tres pisos. La titularidad de una de las viviendas conflictivos -al número 1 de este calle- es de Caja de Ahorros Unión Cajas. Aunque habría dos pisos más en los números 3 y 5 de esta calle en la misma situación. Según el testimonio de algunos vecinos también estarían en manos de entidades bancarias.
Los habitantes de estas dos céntricas calles del Raval reclaman más vigilancia. «Nos unimos para protestar por la inefectividad de las autoridades ante las ‘okupaciones’ de los traficantes. No es solo un problema de ‘okupas’, sino también de drogadicción», sentencia Carlos, vecino de En Roig que, por seguridad, evita dar su apellido. «Logramos echar a los ‘okupas’ de la azotea del número 22. Ya no hay gente ahí».
Pese a ello, sigue habiendo tres pisos ‘okupados’ en este inmueble fácil de identificar porque no tiene puerta, ya que los traficantes la reventaron. Los compradores de droga acceden al interior con mayor facilidad. Sucede lo mismo en la calle de la Riereta, donde el cerrojo de un portal ‘okupado’ está roto. «Es un servicio 24 horas los siete días de la semana», nos dice Carlos.
Aunque el ‘trapicheo’ de droga existe en el barrio «desde hace 20 años», este vecino explica que la problemática de esta pequeña vía se ha visto agravada desde diciembre con la llegada de las mafias a la calle. Ahora la situación se ha vuelto insostenible y por eso las caceroladas diarias son apoyadas por la mayoría de los vecinos.
«Cada día hay varios cientos de jeringuillas en las calles cercanas. Hemos tenido dos casos de sobredosis frente a nuestro edificio. Los niños ven a los ‘yonkis’ pinchándose. Esto es un problema evidente de salud pública», lamenta. Un total de 60 vecinos de la calle de En Roig han presentado una denuncia conjunta ante el ayuntamiento, los Mossos d’Esquadra y la Agència de Salut Pública de Barcelona (AGSP).
Según Carlos, el vecindario ha «obligado» al consistorio a reunirse con los afectados, como el encuentro que tendrá lugar el próximo miércoles con Gala Pin, regidora de Ciutat Vella. «Es cierto que la Guardia Urbana está más encima, pero solo a raíz de que esto ha salido en los medios», denuncia este vecino, que además asegura tener «el firme propósito» de echar a «esta gente» no solo de la calle, sino del Raval. «El ayuntamiento debe entender que esto aleja a los turistas y a los potenciales inversores.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.