La Administración Trump procedió en Venezuela a una intensa campaña desestabilizadora basada en el desabastecimiento selectivos de artículos de primera necesidad, la obscena especulación, la amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana, la toma de las calles por la oposición y la aplicación de sanciones al crudo venezolano para provocar el default o cese de pagos y como colofón asistimos en octubre del 2020 a la implementación de la prohibición a Venezuela de importar diésel con el objetivo confeso de paralizar el transporte de sectores primarios y lograr el desabastecimiento de alimentos básicos e insumos sanitarios vitales que hicieran tambalear el Gobierno de Maduro.

Sin embargo, la llegada de Joe Biden a la Presidencia de EE. UU. podría provocar un cambio en la estrategia de EE. UU. consistente en la sustitución de los “golpes blandos” por la llamada estrategia kentiana expuesta por Sherman Kent en su libro “Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana” (1949) donde señala que los instrumentos de la guerra económica “consisten en la zanahoria y el garrote”: “el bloqueo, la congelación de fondos, el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro”. Así, la Administración Biden estaría estudiando implementar la táctica de la zanahoria en Venezuela, que incluiría la relajación de las restricciones actualmente vigentes sobre el petróleo venezolano para revitalizar la actividad motriz de la economía venezolana así como anular la prohibición de Trump de importar el diésel necesario para mantener la cadena del transporte de mercancías e insumos médicos.

Asimismo, EE. UU. habría dado por amortizado a Juan Guaidó por lo que moverá sus piezas para forzar un Gobierno de Transición integrado por figuras de consenso tanto de la oposición como del chavismo que deberá preparar unas nuevas Elecciones Legislativas y Presidenciales para el 2022 cuya hoja de ruta habría sido diseñada por el jesuita Luis Ugalde, ex rector de la Universidad Católica de Caracas y que contaría con las bendiciones de EE. UU. y la Unión Europea, Dicha hoja de ruta se habría trabajado en reuniones discretas entre representantes del Gobierno e interlocutores de la oposición contando con la mediación de la Delegación del Reino de Noruega y estaríamos ya en la antesala de las negociaciones formales entre el Gobierno de Maduro y representantes de la oposición que podrían celebrarse a finales de agosto en septiembre en México bajo el paraguas de AMLO. Dichos contactos preliminares tratarían en primer lugar la liberación de presos políticos, el levantamiento de sanciones a la cúpula dirigente, la reanudación de ayuda humanitaria debido a la pandemia y la confección de un cronograma para unas futuribles Elecciones a celebrar en el 2022, pero la verdadera negociación empezaría luego de las elecciones del 21 de noviembre que fijarán la radiografía de la nueva cartografía del Poder local en Venezuela.

Articulista en Revista Rambla | Otros artículos del autor

Nacido en Navarra en 1957. Escribe análisis sobre temas económicos y geopolíticos. Es miembro de Attac-Navarra. Colabora habitualmente en varios medios digitales e impresos españoles y latinoamericanos.

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