El president de la Generalitat, Artur Mas, ha pedido al Gobierno en el Parlament que tenga en cuenta el resultado de las elecciones europeas en Cataluña, que interpretó como “un aval suplementario para continuar con el proceso”. Mas demandó a Rajoy
El president de la Generalitat, Artur Mas, ha pedido al Gobierno en el Parlament que tenga en cuenta el resultado de las elecciones europeas en Cataluña, que interpretó como “un aval suplementario para continuar con el proceso”. Mas demandó a Rajoy y al PP que no “obstaculice” la ley de consultas y permita la consulta sobre la independencia.
En la primera sesión de control al Govern tras los comicios europeos, Mas ha insistido en la necesidad de celebrar la consulta que defienden CiU, ERC, ICV y la CUP. Una necesidad al parecer no compartida por otras iniciativas de participación como el Multireferendum celebrado en paralelo a las europeas, y que acabó con urnas cerradas e identificaciones de miembros de las mesas por parte de los Mossos d’Esquadra. El president ha indicado que el Gobierno sólo tiene dos opciones: permitir la consulta según la ley catalana o recurrirla. “Ya no les pedimos que autoricen la consulta, solo que no se metan, que nos dejen votar según la ley catalana”, expresó Mas al defender la aprobación de la nueva ley catalana de consultas que daría amparo legal al referéndum previsto para el 9 de noviembre, y que el Parlament prevé aprobar en septiembre lo que augura un período de espera en Cataluña, y deja el movimiento político en manos del Gobierno Rajoy
Tanto el presidente del Gobierno, como varios de sus ministros han advertido en diversas ocasiones que no permitirá una consulta, que juzgan ilegal ya que consideran que es un asunto que afecta a la soberanía nacional, bajo ningún concepto. El Congreso de los Diputados ya rechazó el pasado abril la transferencia de la competencia en materia de referéndums al Parlament. Además, la ley catalana de consultas que, previsiblemente, se aprobará tras el verano será recurrida ante el Tribunal Constitucional.
En este sentido, y siguiendo su línea habitual de intervenciones, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha repetido -en un inicio en el uso de metáforas navales mientras otros parecen atravesar un desierto– que Mas quiere llevar a Cataluña “hacia un rumbo de colisión” y le ha pedido una rectificación, de rumbo, se entiende. En lo que quizás era una mínima asunción de responsabilidades públicas por los magros resultados del domingo, Sánchez-Camacho aceptó que “todos hemos podido equivocarnos pero ahora usted puede aprovechar la ocasión”. Mas, que se mantuvo también en su línea habitual, desplazó la culpa por el camino seguido a un Mariano Rajoy “que busca el choque”. Y le ha llamado la atención “para que no haya rumbo de colisión quien lleva el barco en el centro de la península debe desconectar el piloto automático y subir al puente de mando. Es peligroso navegar con el piloto automático cuando hay tormenta”, advirtió un Mas al que hasta Pere Navarro le pidió dialogar sobre la ley electoral catalana, reforma pendiente desde 1980, y sobre la que aún hoy día no se ha alcanzado ningún acuerdo. Navarro, tocado por los peores resultados del PSC en toda su historia, se enfrenta además a la rebelión abierta de parte de su partido y grupo parlamentario -de la que no hubo muestras durante la sesión del Parlament– que han lanzado un manifiesto para impulsar un movimiento «socialista de vocación mayoritaria”. Este nuevo movimiento anunciará que en las próximas municipales darán «apoyo a candidaturas comprometidas con los valores socialistas y la defensa de las libertades nacionales» de Cataluña. Una fractura que está convirtiendo el espacio tradicionalmente de izquierdas en un campo de lucha entre familias socialistas que pugnan por alcanzar el mejor sitio para seguir asociados al poder. Y mientras tanto, ni una palabra sobre la actuación de la policía durante el desalojo del centro social de Can Vies y durante las posteriores manifestaciones por el derribo de un edificio ocupado desde hacia 17 años.