El cine español se ha quedado huérfano. La muerte de Carlos Saura supone la pérdida de un director que se atrevió a desmenuzar la psique colectiva de nuestra sociedad. El director oscense ha muerto a los 91 años en su casa de la sierra madrileña tras sufrir una insuficiencia respiratoria. Su salud ya estaba mermada después de haber sufrido un ictus y una caída el pasado verano. Murió horas antes de recibir en Sevilla el gran homenaje por el Goya de honor que se le entregó días atrás su casa. Con Berlanga y Almodóvar conformaba el trío de ases de nuestro cine.
Autor de filmes clásicos como Cría Cuervos o La Caza, el pasado jueves estrenó en Barcelona Las paredes hablan. Debutó con Los golfos a principios de la década de los sesenta, con el que fue nominado en la Palma de Oro, y se hizo conocido internacionalmente con La caza (1965), premiada con el Oso de plata a la mejor dirección en el Festival de Berlín. Tres años más tarde, recibió el mismo galardón por Peppermint fraappé y en 1981 el Oso de Oro a mejor filme por Deprisa deprisa. Antes, también había dirigido a otros clásicos del cine español como Ana y los lobos (1973) y Cría cuervos (1976), por la que recibió un reconocimiento del Premio Especial del Jurado del Festival de Cannes.
Junto al bailarín Antonio Gades, también dirigió la trilogía musical Bodas de Sangre (1981), basada en la obra de Federico García Lorca; Carmen (1983), basada en la ópera de Georges de Bizet, y El amor brujo (1986), en el ballet de Manuel de Falla. En total, Saura, que también estuvo influido por el director Luis Buñuel, firmó más de medio centenar de obras cinematográficas.
En los noventa, Saura recibió al Goya al mejor director por Ay Carmela (1990) y entre la década de los noventa y los dos mil fue investido honoris causa por las universidades de Dijon y Zaragoza. En 2007, el Festival Internacional de Cine de San Sebastián le reconoció por su trayectoria y dos años más tarde también lo hizo la Semana Internacional el Cine de Valladolid.
El año pasado, Saura recibió el Gran Premio Honorífico de la 54.ª edición del Sitges Internacional de Cine Fantástico de Catalunya junto a los directores Mamoru Hosoda y la actriz Belén Rueda. En Sitges, el director presentó el cortometraje Goya, 3 de mayo (2021).
A lo largo de su trayectoria, también ha recibido otros reconocimientos importantes, como la Orden de Artes y Letras de Francia y la Orden del Mérito de la República Italiana.
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