El sindicalismo del pacto y la negociación parece que es cosa del pasado. Según Josep Maria Àlvarez “ahora ya no es época de moquetas y pactos porque no hay nada para negociar”. La actual crisis está afectando en demasía a la clase trabajadora y, en consecuencia, los sindicatos, claro reflejo de la sociedad, también se ven afectados. La última reforma laboral pone en cuestión los convenios colectivos y sin estos la función negociadora de los sindicatos desaparece. Ahora solo les queda una función: luchar, el “pecado original” del sindicalismo de clase.

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¿Qué valoración hacen de la reforma laboral cuando se cumple un año de su aplicación?

J.M.À:Esta reforma lo que ha demostrado un año después es que no sirve más que para que haya más gente en el paro. No ha generado puestos de trabajo ni ocupación estable. Es una fábrica de paro porqué las empresas están reduciendo las plantillas más de lo que necesitan, algunas lo hacen descaradamente, despiden hoy y contratan mañana más barato. Hay algunas que hasta lo hacen en el mismo momento. Dice el gobierno que esto es para cuando haya crecimiento económico, “pues mire, para cuando haya crecimiento económico el sistema de relaciones laborales que teníamos ya era suficiente, no hacía falta esta reforma”. Ahora el gobierno lo que tendría que hacer es una moratoria, al menos hasta que los niveles de paro bajen hasta el 15%, porque si hace esto nosotros tenemos muchas más posibilidades de defendernos.

J.C.G:Tremendamente negativa. Ha estado un desastre. Nosotros anunciamos que no serviría para reactivar la economía, para generar ocupación y que solo serviría para destruir ocupación. El resultado es que un año después de su aplicación, los expedientes de regulación de ocupación ha aumentado con una menor intervención de la administración y por lo tanto con más facilidades para los empresarios para presentar expedientes con motivos dudosos desde el punto de vista económico razonables para el propio expediente. Y estos expedientes han acabado generando destrucción de ocupación pero también de actividad económica. Hay más paro, las pocas entradas que se hacen en el mercado son en condiciones de mucha precariedad, la negociación colectiva se está bloqueando, está aumentando la conflictividad laboral, está aumentando la judicialización de la relaciones laborales y todo esto desde un punto de vista económico es irracional, pero desde el punto de vista social es muy negativo. Así hacemos una valoración muy negativa.

¿Cómo podrán los trabajadores recuperar los derechos laborales que están perdiendo? 

J.M.À:A partir de lucha. Este es el lema de los primeros 25 años de este siglo. Yo creo que se va a tardar en recuperarlos y resituarlos. Hay muchos teóricos que hablan de una conspiración del capital en términos globales que han decidido que esto de la democracia es un mal rollo para ellos, que quieren que volvamos a las cavernas, que les guastarían que las relaciones laborales fueran las del inicio del siglo XX y yo creo que aquí vamos a tener una batalla muy importante. Afortunadamente yo creo que cada día la gente ve de manera más clara y más nítida que estos gobiernos que tenemos y estos parlamentos están al servicio de los intereses financieros, no están al servicio de la gente.

J.C.G:Se están destruyendo las propias bases del sistema democrático que nos habíamos dado. Están en cuestión los derechos sindicales, el derecho a la negociación, se está reprimiendo las manifestaciones con unos niveles de violencia que no conocíamos en estos momentos. Estamos en una situación de crisis político-institucional muy negativa y en este marco los trabajadores, el movimiento sindical y los movimientos sociales hemos de ver como somos capaces frenar la pérdida de derechos y de recuperarlos. Estamos en un proceso en que hemos de cambiar la actual correlación de fuerzas. Actualmente la hegemonía ideológica, cultural, política y económica la tiene la derecha, la tiene el poder económico y financiero, el poder político que les representa y el poder mediático que les hace de altavoz. Hemos de romper esta hegemonía y construir una hegemonía diferente basada en la defensa de un modelo social más igualitario que permita que las diferencias de origen no se conviertan en desigualdades sociales.

Actualmente está en juego la negociación colectiva y esto cuestiona el papel de los sindicatos al menos como han actuado hasta ahora. ¿Qué van a hacer ahora los sindicatos?

J.C.G:El sindicato tiene sentido en la medida que agrupa y organiza intereses de los y las trabajadoras. El sindicato es una organización que organiza los trabajadores en los centros de trabaja y defiende sus intereses, sus condiciones de trabajo, sus condiciones de vida, y esto lo hace  a partir de confrontar su posición a los empresarios y situar propuestas en las mesas de negociación que se confrontan con las otras y permiten concretar mejoras, acuerdos que mejoran condiciones de vida, de trabajo… si se rompen los mecanismos de negociación colectiva evidentemente la función del sindicato en la negociación no es posible. No obstante la función del sindicato en la defensa de la clase trabajadora sigue siendo válida, pero se habrá de ejercer en la calle, en la empresa… que es lo que está pasando estos días. Si no hay negociación habrá conflictividad social. Estos días o hay una huelga o hay otra y estás huelgas que acaben confluyendo en un conflicto de más alto nivel solo será una cuestión de tiempo si no cambian las cosas.

 ¿Qué papel ha de tener el sindicato respecto luchas sociales que no son estrictamente de movimiento obrero? ¿Los sindicatos deben implicarse en cuestiones como las problemáticas de las preferentes, las hipotecas, etc.?

J.M.À:La primera ILP que se entró en el congreso de los diputados fuimos personalmente el señor Gallego y yo mismo y un grupo más grande de asociaciones para pedir la ILP. Nosotros fuimos los que más signaturas conseguimos, quiero decir que nosotros no podemos estar al margen de un tema que afecta de manera tan dramática a tanta gente y que representa una injusticia de estas características. Otra cosa es que trabajemos más dando soporte a los protagonistas que en primera fila. Nosotros no debemos hacernos la foto en todo, debemos ayudar a que la foto sea una foto positiva y una foto con la que se pueda ganar y conseguir cosas. Y con esto de las preferentes hemos trabajado bastante con ellos. De hecho la asociación catalana se ha reunido en nuestros locales, ha hecho uso de nuestras imprentas, les hemos dado todo el soporte que hemos podido.

J.C.G:CCOO siempre nos hemos definido como sindicato sociopolítico, quiere decir que nosotros intervenimos en las mejoras de las condiciones laborales y en la mejora de las condiciones de vida, porque nosotros consideramos que la riqueza se crea desde el trabajo y esta riqueza hemos de luchar porque se redistribuía de una manera más justa. Redistribuir la en términos de trabajar mejor, en mejores condiciones, cobrar lo justo, pero también en términos que la vida social no se coma las conquistas que has conseguido en el lugar de trabajo porque la riqueza en el lugar de trabajo también es riqueza del conjunto de la sociedad, por eso nosotros siempre hemos defendido el modelo social del estado del bienestar: educación, salud, protección social, ayudas a la dependencia… que las diferencias de origen no se conviertan en desigualdades sociales. Por eso el sindicato también actúa en el terreno de la sociedad y así lo hacemos cuando exigimos un sistema de seguridad social, cuando exigimos un sistema público de pensiones, protección social para los parados… Nosotros estamos en la Plataforma prou retallades incidiendo en contra de los recortes de sanidad y educación. Nosotros hemos participado en la comisión promotora de la ILP contra los desahucios. Hemos ido a Madrid a hacer la entrega primero de la propuesta de la ILP y después de las signaturas.

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Tenemos un 55% del juventud en el paro ¿Tienen los jóvenes alguna solución a corto plazo que no sean los mini-jobs?

J.M.À:Yo creo que ni los mini-jobs ni los contratos a tiempo parcial ni hacerse emprendedor son la solución, la cual cosa no significa que haya jóvenes que decidan trabajar a media jornada o hacerse emprendedores. Pero no pensando en que es la solución al paro, si no tuviéramos paro también tendríamos que tener esto, pero lo que es lastimoso es que se hable de emprendimiento y a la hora de la verdad es que cuando una persona quiere trabajar por cuenta propia, cuando va a hacienda a pedir permisos parece que sea un presunto delincuente. Luego esto de los mini-jobs es una fantasmada y la gente es muy ignorante cuando habla de esto. Cada vez que oigo la ministra de trabajo hablando de esto pienso: “pero estos tío como pueden hablar de estos si en su casa no han estado capaces de contratar alguien y echarle según la legislación, si en su puta vida nunca tuvieron nadie que trabajara por cuenta ajena, no saben de qué va el tema”. En realidad en España un mini-job se puede hacer en estos momentos. Lo que no se explica de Alemania es que ahí salen los mini-jobs porque su sistema de contratación es muy rígido, y no les va mal. Y en un momento dado deciden bajar la rigidez y crear una doble red de trabajo con empresas pequeñas y negocios de autónomos. Ahora se lo están replanteando porque los mini-jobs ya no solo los para los jóvenes. Hay gente que lo hace para completar su pensión y ahora los jóvenes a medio plazo tendrán problemas para cobrar pensiones dignas y decentes. Aquí la solución pasa por acabar con las políticas de austeridad y por hacer políticas fiscales que acaben con el fraude fiscal, calculado en 80 mil millones de euros en España.

J.C.G:Nosotros creemos que sí, que hay soluciones y alternativas. La solución fundamental  pasa por reactivar la economía y por hacer aflorar la riqueza del país y ponerla a generar actividad económica y a partir de generar actividad económica crecerán los puestos de ocupación que darán cabida a las personas jóvenes que quieren trabajar y no pueden. Si no hay reactivación económica será difícil dar salida al volumen de personas jóvenes que quieren entrar en el mercado de trabajo. No obstante, hace falta buscar formulas de entrada en el mercado de trabajo que no sean por la vía de la precarización. Nosotros estamos en contra de estas formulas de entrada porque no son formulas provisionales sino que acaban instalándose y estabilizándose, y son formulas que no generarían los elementos económicos de más competitividad y productividad que quieren las empresas. Si queremos empresas más competitivas y productivas necesitamos incorporar a la gente con las cualificaciones suficientes y necesarias para que estas cualificaciones se puedan poner al servicio de la innovación de procesos y productos en las empresas, pero para que una persona pueda aprovechar la cualificación para innovar necesitamos empresas más democráticas donde haya más implicación de los trabajadores en los procesos productivos, y para que haya más implicación tiene que haber una cierta perspectiva de trabajo estable, no de trabajo temporal, y tiene que haber un reconocimiento de tú aportación en términos de cualificación al trabajo. Si no se dan elementos de estabilidad y de reconocimiento de la capacidad de aportar valor añadido al trabajo, las empresas no serán competitivas, y por lo tanto la entrada precaria de los jóvenes en el mercado quiere decir instalarse en un sistema económico que cada vez se degradará más en un contexto global internacional donde o mejoramos la competitividad de las empresas o no vamos a ninguna parte.

¿Por qué los sindicatos mayoritarios han firmado la Estrategia de Emprendimiento y Empleo joven? ¿Qué aportará de positivo este plan?

J.M.À: Que quede claro que no hemos firmado nada. Para que el gobierno de España recibiera el dinero de este plan de la UE, este plan tenía que estar consensuado con las organizaciones sindicales, pero nosotros sabemos que estos 300 millones que aporta el plan no sirven para nada, son insignificantes para lo que necesita este país. Es como si a un enfermo de cáncer le das una aspirina. No es un pacto, simplemente es el acuerdo necesario para poder recibir estos 300 millones de euros. Luego, pensar que podemos solucionar los problemas laborales de los jóvenes a partir del emprendimiento es un absurdo. ¿Qué pude ayudar? sí, pero en un país que tiene una tasa de paro juvenil de más del 50% esto es agua en un océano.

J.C.G: Nosotros estuvimos en el acto de signatura pero en la medida que era una necesidad que planteaba Europa de que se presentara un plan para dotar el Gobierno español de unos recursos europeos para hacer determinadas políticas. Pero esto es una cuestión y otra cuestión son las medidas que hay aquí. Nosotros hemos sido críticos con el contenido de este plan de medidas por las dos cuestiones que te decía fundamentalmente. Primero porque este plan no funcionará si no hay reactivación económica y segundo porque pivota sobre dos conceptos: la idea del emprendedor es un concepto que acaba culpabilizando a la persona que no tiene trabajo, claro, “tú estás en el paro porque no eres emprendedor” claro, aquí la cosa no es ser o no ser emprendedor, si estás en el paro es porque no hay trabajo. El estado lo que tiene que hacer es ayudarte para que tengas trabajo, no trasladarte a ti la responsabilidad para que te busques la vida.

Los trabajadores están muy controlados fiscalmente. Los partidos políticos, la Casa Real, las empresas privadas y los sindicatos parece que no tienen la misma transparencia. ¿Deberían estar las cuentas de estas entidades más controladas?

J.M.À:Control sobre las empresas públicas y privadas tendría que haber más. En este país a menudo se piensa que los únicos que son corruptos son los políticos, pero es que para que haya un político corrupto tiene que haber un empresario corruptor porque si no hubiera un empresario que quisiera quedarse un parte del pastel de forma fraudulenta no habría políticos corruptos. Yo creo que de control en el sector privado tiene que haber más. Si tuviéramos un sistema fiscal que auditara las cuentas de las empresas privadas conseguiríamos menos corrupción. Los partidos políticos deben tener más control y los sindicatos también por lo que hace a los recursos que vienen de la administración pública. Nosotros auditamos las cuentas por un grupo de tres personas que durante los cuatro años entre congreso y congreso vigilan que todo funcione correctamente. Ahora, ¿fuera bueno que se hiciera una auditoria por parte de la sindicatura de cuentas? Sí estaría muy bien y nosotros lo deseamos porque nosotros queremos ser transparentes. Sería una extraordinaria noticia que viniera la sindicatura de cuentas a auditarnos porque nosotros no tenemos ningún problema en que haya mayor transparencia.

J.C.G:Nosotros hace tiempo que reclamamos a la Generalitat un ley de participación institucional y que todas las organizaciones que reciben fondos públicos, entre ellas la iglesia, las empresas, los sindicatos, tengan que pasar cuentas por obligación. Nosotros somos transparentes porque queremos, pero creemos que tendríamos que ser los por obligación.

En el tema de la corrupción, tan mediático últimamente, ¿no se están utilizando a “los políticos” como pantalla para desviar el origen de los problemas económicos y que la gente no ataque a la patronal?

J.M.À:Yo creo que nuestro sistema no tendría que ser tan distinto al alemán o el francés y en estos países parece que no hay tanta corrupción. Algunas personas dicen que es consubstancial al ser humano, yo pienso que si el ser humano tiene controles es menos corrupto y se trata de hacer esto. A mí me parece que la corrupción hace tanto daño a la economía porque si un empresario de fuera viene aquí ¿qué ha de pensar cuando lee los titulares, qué tiene que venir con un maletín y sobres? En el caso de Alemania la empresa privada que compra está muy castigada, no como aquí.

J.C.G:La corrupción es un mal endémico con el que hay que acabar porque está demostrado que los países con más corrupción son los países más débiles económicamente. Otra cosa es que estos casos aparecen en un medio de una crisis político-institucional y podría ser que hubiera intereses cruzados en aprovechar la existencia de la corrupción para debilitar el sistema democrático. Nosotros consideramos que hay que luchar contra la corrupción pero que para hacerlo hay que reforzar la democracia, dando más voz a la ciudadanía, transparentando más las instituciones. La solución pasa por más democracia, y el problemas es que haya gente que aprovechando la corrupción quiera acabar con la democracia.

 ¿Podríais hacernos una valoración de la actual correlación de fuerzas que se da entre la clase trabajadora y la burguesía?

J.M.À:En estos momentos se ha ido basculando hacía la burguesía claramente. Para que haya una correlación de fuerzas que nos permita avanzar tiene que haber unas tasas de paro más bajas. Cuando las tasas de paro son altas la correlación de fuerzas bascula a favor de la burguesía. En estos momentos los empresarios están ganando más dinero que en ningún momento de la historia. Esto siempre pasa en una situación de crisis porque la gente tiene miedo, le ofrecen trabajos de mierda y dice que sí. Hasta han aparecido ofertas de trabajo que solo ofrecen comida y alojamiento.

J.C.G:Hace unos cuantos años en que la correlación de fuerzas es desfavorable a la clase trabajadora. El poder económico se ha concentrado y el poder financiero es quien controla el funcionamiento de los sectores industrial. Tenemos una concentración económica en pocas manos que controla el poder mediático y político. Y en este caso los y las trabajadoras estamos en una situación de debilidad en la cual nuestras organizaciones tienen dificultades para encontrar su representación política en los ámbitos parlamentarios, y si no tienes representación política quiere decir que tienes que dedicar toda tu fuerza en conseguir mejoras en las condiciones de vida y trabajo desde el conflicto y la negociación porque no se consiguen en el frente político. La falta de un referente político fuerte nos hace débiles. En este contexto nosotros hemos de cambiar la correlación de fuerzas,  generar conciencia social del modelo de sociedad que queremos y conseguir que las diferencias sociales normales no se conviertan en desigualdades. Hemos de generar conciencia social y conseguir que haya un referente político.

¿Qué parte de responsabilidad tienen los sindicatos en la perdida de combatividad de la clase trabajadora en los últimos treinta años?

J.M.À:Hay muchas cosas por autocriticarnos porque nosotros no somos ajenos a la sociedad y hemos vivido en los últimos años como ha vivido la sociedad. No hemos sido capaces de ver que todo esto era humo y que un día nos levantaríamos y veríamos que no tenemos nada de nada. Quizá nos hemos dedicado mucho más a nuestro trabajo sindical en nuestras empresas y hemos dejado de lado el carácter sociopolítico que ahora estamos recuperando como organizaciones sindicales. Quizás en las empresas grandes no hemos sido capaces de ayudar a la gente de las subcontratas y mucha gente joven de estas subcontratas dice que los sindicatos no se han preocupado de ellos y en realidad no se ha de hacer legalmente, pero lo podemos hacer. Nos hemos equivocado en muchas cosas y hemos de cambiar para mejorar, pero en general la acción sindical ha estado acertada, incluso en los pactos. Pero ahora ya no es época de moquetas y pactos porque no hay nada para negociar. El último acuerdo que se nos criticó fue el de las pensiones y suerte que lo hicimos porque si no ahora ya no tendríamos pensiones, el PP hubiese entrado a cuchillo. Pero a día de hoy ese pacto no lo signaría porque no hemos sido capaces de explicarlo a la gente y si no eres capaz de explicarlo a la gente no lo firmes, aunque sea bueno.

J.C.G:Nosotros consideramos que la responsabilidad de lo que pasa no es imputable a los sindicatos. Nosotros estamos en una situación de resistencia y por esto hay tantos ataques interesados por parte de los intereses económicos que se reflejan en determinados medios de comunicación. Solo hace falta mirar ciertas portadas y ver como tienen el sindicalismo en su punto de mira, porque los sindicatos les molestan, porque los sindicatos son el último dique de resistencia organizada enfrente de este tsunami que se lo quiere cargar todo. No se puede imputar la responsabilidad a los sindicatos porque la fuerza de los sindicatos es la capacidad de organizar a la gente y la gente tiene dificultades para organizarse porque durante muchos años en este país se ha instalado una desmovilización social desde los poderes económicos y políticos, se ha desarticulado la sociedad civil organizada, el movimiento vecinal, el movimiento de padres y madres de alumnos, etc. se han debilitado por el propio interés del poder. Hemos llegado a la crisis que solo quedaba el movimiento sindical, por eso hemos recibido tantos ataques. Pero por el contrario, la crisis ha generado nuevos movimientos sociales y que algunas formas organizativas hayan revivido, como el vecinal. También hay nuevos movimientos sociales como el de la PAH, las preferentes, etc., que están generando un cambio y debemos aprovechar este cambio para tener más fuerza. El sindicato está ahora en una situación de resistencia y defensa y para hacer esto debemos sacar la gente de la resignación y pasar a la ofensiva para recuperar la unidad de acción sindical y la unidad con otras organizaciones y movimientos sociales. Estos años hemos reforzado la unidad con otros espacios sociales de lucha. La Plataforma prou retallades es un buen espacio donde se confluye con diversas organizaciones.

CCOO y UGT se consideran organizaciones sociopolíticas, ¿pero a qué sistema sociopolítico aspiran?

J.C.G: Lo ideal sería ir hacia otro sistema, pero esto de sistema contra sistema está un poco complicado porque lo que fue el comunismo como sistema alternativo al capitalismo ha dificultado hacer un análisis real. Lo que está claro es que el sistema capitalista entendido como está ahora, entendido como un proceso de concentración de poder y de riqueza en muy pocas manos y con una inmensa mayoría de ciudadanía al margen de los mecanismos de participación en la distribución de la riqueza, esto no tiene futuro. Nosotros apostamos por un modelo diferente donde des de la participación democrática en las empresas  y en la sociedad se redistribuya la riqueza de la manera más justa. Pero posiblemente hemos de superar los mecanismos que antes diferenciaban los sistemas. Uno es un sistema injusto porque acumula la riqueza y deja la mayoría fuera y hay posibilidad de hacer un sistema en que le mercado pueda funcionar de distribuidor de recursos, pero la participación de la ciudadanía en las empresas y en la sociedad de un sistema en que las diferencias no se conviertan en desigualdades sociales.

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