Entrevistamos a Núria Bosch, catedrática de economía pública en la Universidad de Barcelona, donde se doctoró en Ciencias Económicas y Empresariales. Actualmente es vicepresidenta en funciones del Consejo Asesor para la Transición Nacional de Catalunya.
Núria Bosch (Bigues, Vallès Oriental,1955) especializada en la hacienda pública y el financiamiento autonómico y local, dirigió la cátedra de Federalismo Fiscal del Instituto de Economía de Barcelona y fue vicepresidenta durante dos años del “Consell Assesor per a la Transició Nacional” (CATN). Hoy es la presidenta en funciones de dicho organismo que asesora a la Generalitat de Catalunya (según Decreto 113/2013), sobre el proceso de independencia, y la realización de un referéndum de autodeterminación en dicha Comunidad.
¿En qué cantidad se puede cifrar el expolio fiscal a Catalunya? Varios economistas lo sitúan entre los 15.000 y los 20.000 millones de euros que anualmente se van para no volver.
Los que no vuelven son un 8% del PIB, unos 16.000 millones de euros anuales, que Catalunya paga y no vuelven en forma de servicios públicos. Es la diferencia entre lo que pagamos en forma de impuestos y lo que recibimos en concepto de gasto público: pensiones, inversiones…
¿Eso no es denunciable ante ningún tribunal?
Es una situación económica y no hay ninguna legislación que regule estas cuestiones. No es un incumplimiento porque estás dentro de un Estado, no existe ningún marco legislativo que regule estos temas.
¿Entonces cuáles son los criterios mediante los que se hace el reparto? ¿El Estado recibe el dinero de las autonomías y luego decide en función de qué?
El Estado decide en qué comunidad gasta más, en qué sector lo hace, qué subvenciones atorga, hay comunidades mejor financiadas que otras…
¿Cómo se justifica?
La inversión es una decisión discrecional del Estado, el gobierno español decide donde invierte. En cuanto al financiamiento de las autonomías hay un sistema que responde a unos criterios, el problema es que están mal diseñados y que perjudican a unas autonomías concretas.
A las más ricas…
Exacto.
¿Estos criterios se comentan con las autonomías?
Se han discutido en el Consejo de Política Fiscal y Financiera donde están representadas todas las autonomías y se aprueban. Las autonomías más castigadas, que son Catalunya, Baleares y Valencia, no tienen la fuerza suficiente en votos para poder revertir la situación, hay más autonomías a favor del sistema actual y entonces esto se aprueba en el Congreso.
¿Hay alguna cifra concreta de lo que debe el Estado español a Catalunya?
Si formamos parte de un Estado es lógico que se hagan contribuciones de solidaridad, eso pasa en todos los Estados, la cuestión está en la cuantía, el problema es que es excesiva. Si se suma desde 1986 la Generalitat calcula que este déficit fiscal sobrepasa los 300.000 millones de euros.
Una cantidad que el Estado tampoco reconocería…
El Estado no niega que haya déficit fiscal en Catalunya, en el 2008, en la era Zapatero, se calcularon los saldos fiscales de todas las autonomías y el resultado que le daba por Catalunya era del 8% del PIB. El gobierno de Rajoy ha hecho algunos cálculos, que no son lo que se conoce por balanza fiscal pero también reconoce que Catalunya tiene déficit. No nos lo hemos inventado, el problema es que algunos consideramos que esta cantidad es excesiva.
Si en matemáticas dos más dos son cuatro, ¿por qué difieren tanto los cálculos?
Unos pueden considerar que el 8% del PIB es excesivo y otros no, es un criterio político. Con el tema del déficit fiscal hay dos sistemas de cálculo: uno lleva a un déficit fiscal menor porque, simplificándolo mucho, lo que hace es distribuir los gastos centrales entre todos los territorios del Estado, es decir, el gasto que hace el gobierno central en ministerios, los gastos que se pueden hacer en estructuras que están en Madrid como el Museo del Prado… esto se reparte entre todos los territorios y claro, da menos déficit. Hay otra metodología que creo que es la más correcta: lo que se gasta cada territorio y lo que recapta cada territorio, y este método de cálculo da un déficit más alto.
¿Hay relación con economistas españoles?
Relación sí, a nivel de financiamiento autonómico no coincidimos demasiado porque cada uno lo mira desde su óptica.
¿Hasta qué punto la economía es ideología?
Tiene un peso importante, hacer un modelo matemático es más abstracto pero cuando tienes que hacer política económica haces política y tienes ideología.
¿El concierto económico sería una buena solución?
Si Catalunya lo tuviera estaría en otra situación, el concierto no prevé ninguna aportación a la solidaridad. Estaríamos mucho mejor, de todas maneras cuando en Catalunya se pedía el pacto fiscal se decía que sería un concierto económico solidario, que pese a todo haría aportaciones al Estado. Lo más positivo es la independencia porque te quedas con todos los ingresos
¿Es viable una Catalunya independiente a nivel económico?
Sin duda, porque tiene capacidad económica suficiente para generar los ingresos impositivos para financiar unos gastos y un estado del bienestar adecuado y tiene el tejido productivo, una economía es productiva, exportadora, abierta al mundo… todas las condiciones para ser un estado competitivo.
Los dos fantasmas que el unionismo agita con más recurrencia es que en un nuevo Estado caerían las inversiones, cosa que es falsa (la inversión extranjera productiva en Catalunya llegó a los 4.780 millones de euros en 2015, un 58% más que en 2014, el caso de Hewlett Packard que ha instalado su sede central de impresiones 3D en Barcelona…), y además cuesta pensar que a los empresarios extranjeros les interese mucho el régimen político de un país…
Sí, actualmente las inversiones han crecido y siguen creciendo en Catalunya mientras estamos inmersos en este proceso.
¿Cuál fue su trabajo en el Programa de Investigación de Federalismo Fiscal?
Lo enfocamos en dos campos: el municipalismo, financiamiento de los municipios, si hay demasiado minifundismo y nos basamos en qué sucede en otros países. Desde un punto de vista económico los municipios muy pequeños no son económicamente viables, hay países que han hecho reformas a nivel local para fusionar municipios, esto en España es impensable porque la gente se siente mucho de su municipio. Se pueden crear mancomunidades, entidades supramunicipales…Intentamos que la prestación de servicios públicos sea la más económica posible, los servicios en red. Por otro lado, se hacen propuestas en el tema estrella, que es el financiamiento autonómico.
¿Y su cometido en el Consejo Asesor para la Transición Nacional?
Teníamos el encargo de hacer una serie de informes que decían cómo se tenían que crear las estructuras de estado, hicimos 19 informes y ahora se están ejecutando. Yo hacía los informes económicos con Germà Bel: administración tributaria, la administración de la Seguridad Social, las relaciones comerciales que tendría Catalunya como estado independiente, se debería crear un banco central, la viabilidad de la hacienda catalana, un análisis de cómo repartirnos los activos y pasivos, qué parte de la deuda pública asumiríamos y los activos que deberíamos repartirnos, por ejemplo las reservas del Banco de España o si el fondo de reserva de la Seguridad Social no se ha agotado nos tocaría una parte, si las pensiones serían suficientes…
¿Lo serían?
Hay dos aspectos: el financiamiento de las pensiones en general, que es un problema porque la población está envejeciendo y la otra es si Catalunya es más viable o no que España. Catalunya es más viable para la sostenibilidad del sistema de las pensiones, para decirlo de otra manera, es más probable que cobres la pensión si Catalunya es un estado independiente que no si continua dentro del estado español, porque Catalunya tiene una recaptación por cotización más alta, los salarios son más altos, no hay tanto paro, se cobra más y eso hace que la cobertura sobre el gasto sea más alto. En el resto del Estado esto no sucede, hay más desfase.
La gente mayor no vota a favor de la independencia por esta cuestión…
Porque se les hace el discurso del miedo de que no cobrarán la pensión. Pero Catalunya es más sostenible en este aspecto.
Teniendo en cuento el alto ritmo con el que el PP está vaciando la caja de las pensiones, ¿se ha hecho un cálculo de en qué momento puede ser que ya no exista dinero para pagar las pensiones?
Hay que establecer medidas y hay muchas propuestas de reforma porque llegará un momento en el que no serán sostenibles.
¿Y el déficit que tocaría pagar a los catalanes?
Es la deuda, porque el déficit se financia con deuda, se debería negociar qué parte asumiríamos. ¿Es que ahora no estamos financiando el déficit? Parece que ahora nos salga gratis estar en el Estado, de los ingresos que recapta el estado español nosotros aportamos aproximadamente un 21%, financiamos el déficit en un 21%.
Se vende como una tragedia quedarse fuera de la UE, pero fuera de ella se pueden hacer acuerdos bilaterales y no dejarían fuera 7 millones de contribuyentes. Por otro lado, ¿vale la pena quedarse en un proyecto europeo que se vendió como una unión fraternal de pueblos y que ha acabado siendo una unión meramente económica entre estados para favorecer Francia y Alemania y que trata los refugiados de manera miserable?
Creo que sería mejor estar dentro, hay vida fuera de la UE pero si saliésemos se podrían crear expectativas negativas, que son importantes para el sector económico. Se podría generar miedo y situaciones que serían negativas, estoy convencida que estaremos en la UE si somos independientes pero por razones económicos, si estamos fuera perdería Catalunya, España y Europa, es decir, no interesa a nadie. Seguro que formaríamos parte de la UE, ahora todo el mundo se asusta con la salida del Reino Unido, Catalunya no tiene el peso del Reino Unido pero ocupa un lugar estratégico.
El falso tópico de la tacañería, simplificada en la frase ‘la pela es la pela’ se podría aplicar al unionismo, ya que si Catalunya fuera pobre a nadie le interesaría que se independizara…
Claro, precisamente por esta riqueza podríamos asumir la independencia. De hecho, desde un punto de vista egoísta, para Europa lo mejor es que nada se mueva porque Catalunya es un pilar del estado español y la independencia hace menos viable el estado español, por eso la UE no nos empujará, ahora bien, también creo que no puede ir contra un proceso democrático. Si hay una fuerza importante, debe reconocerlo, pero no hemos de esperar que nos ayude, España lógicamente no es la misma con o sin Catalunya.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.