El consorcio Parc Salut Mar de Barcelona ha anunciado su intención de aplicar un expediente de regulación de empleo (ERE), que supondría el despido de 194 trabajadores. Para protestar contra esta medida, los sindicatos presentes en este consorcio han convocado una huelga a lo largo de la última semana de julio, después de haber presentado una serie de medidas y autoajustes que pretendían ahorrar gastos para evitar la ejecución de este ERE. Según algunos medios, el seguimiento del primer día de huelga en el Hospital del Mar y en el Hospital de l’Esperança fue de cerca del 70%.
194 trabajadores -43 médicos, 104 enfermeros y auxiliares, más 43 “no asistenciales”-del Parc de Salut Mar están amenazados con alimentar el agujero negro que es la lista del paro. En un primer momento, la convocatoria de huelga en el Parc de Salut Mar era extensiva a paros de dos horas durante esta última semana de julio. Esta huelga limitada -con el objetivo de evitar perjuicios importantes a los pacientes, de por sí ya víctimas directas de estos recortes en sanidad- ha sido finalmente alterada.
“La huelga estaba prevista para toda esta semana, pero el mediador del Departament de Treball nos dijo que, si estábamos negociando los días que coincidían con la huelga, debíamos desconvocarla”,afirma Manolo Royo, secretario de UGT en el Parc de Salut Mar. “Y, por tanto, como estamos negociando con el objetivo de llegar a un acuerdo, el martes, el jueves y el viernes no haremos huelga”.
Tal y como informa el Comité de Empresa del Parc de Salut Mar, los trabajadores plantearon toda una serie de medidas que buscaban (auto)apretarse el cinturón con el fin de evitar el despido de 194 personas. Las medidas planteadas, entre otras, suponían la renuncia a 5 días de vacaciones al año, al fondo de formación, a una parte de la cobertura por enfermedad, así como ajustes de ahorro en gestión clínica: contención de gasto farmacéutico, acortamiento de la estancia media, coordinación para evitar duplicidades en las pruebas, etcétera. Evidentemente, estas medidas significan mermar la calidad de la atención sanitaria, aunque en su conjunto prácticamente logran ahorrar cinco millones de euros.
“Hemos realizado concesiones de todo tipo: trabajar más días al año, que la empresa nos fijara los días de Navidad y Semana Santa para ahorrar en el capítulo de suplencias, renunciar a todas las horas de formación dentro de la jornada laboral, incluso renunciamos a los tíckets de comedor; concretamos entre todos los profesionales que intentaríamos -aunque ya lo hacemos- una mejor gestión de los recursos que tenemos,… La idea era, entre todos, ahorrar. Con todas estas renuncias, la parte social ya ahorraba 5 millones de euros. Y esto llevó a que, de 194 despidos, se redujera a 113”, explica Royo, que añade:
“Lo que se planteó el viernes [22 de julio], es que los 81 restantes, en lugar de ser un ERE extintivo -porque difícilmente la parte social puede firmar un acuerdo que, no son 194, pero sí 81 personas que van a la calle-, debería ser un ERE de suspensión. Y es lo que estamos esperando, que a lo largo de esta semana, la empresa acepte la propuesta que pagamos entre todos. Si hacemos un ERE de suspensión, nos planteamos la posibilidad de que sea de toda la plantilla si la empresa accede. Si no, en el peor de los casos, sería de las 81 personas y sería un ERE de suspensión de un año y medio, en que deberían ir al paro con una cláusula de retorno y todas las garantías pertinentes”.
Por otra parte, cuestionado entorno a cómo han afectado los recortes en sanidad al Parc de Salut Mar, Manolo Royo comenta que “el más afectado por los recortes ha sido el Hospital de l’Esperança, donde tan sólo quedan disponibles 72 camas de casi 200. Y este cierre no es sólo para el verano, sino que es definitivo. Además de una parte importante del servicio de urgencias, que restará abierto sólo al atardecer”.