Perras Urbanas es un montaje donde cuatro mujeres sostienen un largo diálogo que poco a poco va dando cuenta de la historia que se oculta bajo una fachada de trajes y maquillajes uniformados.

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La obra usa un lenguaje hábil y una escenografía simple, pero que se complementa con un interesante juego audiovisual que a la vez sirve de punto de quiebre para una trama en donde el conflicto se acrecienta minuto a minuto llegando a un desenlace que obliga a quienes fumamos a salir rápido de la sala a encender un cigarrillo.

Es una pieza cruda, a ratos algo incómoda pero porque busca serla. La antipatía que generan en ciertos momentos los personajes, específicamente en algunos de sus desordenados parlamentos, hace que uno pueda tomar a ratos esa distancia para convertirse en juez y voyerista de la desgracia ajena.

Perras Urbanas, ya desde su nombre, recuerda a una de las películas de Quentin Tarantino y es el primer montaje que realizan juntas este grupo de actrices y en el cual llevan casi un año trabajando, primero con la puesta en escena Dálmatas, que les sirvió como ensayo para el actual espectáculo que está desde hace algunas semanas en la cartelera de Barcelona.

Nos juntamos poco rato antes de una de sus funciones, y en la misma mesa que les sirve de escenografía, conversamos sobre su trabajo.

“Lo que buscamos con este espectáculo es que la gente se olvide que está en el teatro, que sea fresco, que sea espontáneo y al improvisar se consigue eso”, afirman, y es que la improvisación es parte de la puesta en escena, “hay varios hitos marcados dentro de la obra y sobre ellos se improvisa, van surgiendo cosas nuevas durante cada función, pero es la misma historia, siempre el mismo final” agregan.

“La primera parte de la obra trabajamos mucho con humor negro, y la gente se ríe bastante, hay que decirlo, la gente, una misma, es mala y nos gusta ver cuando alguien se burla de otro, se ríe de otro y uno goza” y tienen razón. El maltrato, la ironía o incluso, el insulto a secas y sin adornos es parte de esa conversación introductoria que poco a poco va subiendo de tono y la misma mesa en donde conversamos es luego testigo de cuán torcida puede llegar a ser la historias que alguien quiere ocultar.

“La gente se pone tensa, pero luego pasa a otro estado, la cosa es que al final se va con una sensación. A algunos les puede impactar o violentar, hay otros que se la pasan súper bien, que ríen mucho y que les impacta el final, pero en general a la gente le gusta”

Si bien las actrices son de distinto origen, dos de ellas son chilenas, los temas que abordan son de carácter universal y aun cuando la trama de la obra está ubicada en la ciudad de Barcelona en un año que es el 2012, puede también situarse en cualquier parte del mundo “abordamos los temas a nivel humano, son cosas que le pueden pasar a mujeres.”  El ser madre soltera, la violencia, las drogas y varios que preferimos no anunciar acá para dejar sorpresas a quienes asistan a alguna de las cincuenta funciones que han programado y que bajará telón a fines de septiembre.

Pero cada una de ellas se aleja de la mirada que busca la lástima, no son “la típica mujer sumisa, se trata de una mujer de carácter fuerte que sufre violencia, y no te la puedes creer” cuentan y es que esos maquillajes tan bien delineados y esos trajes sin arrugas son sólo fachadas, son caretas que esconden una realidad que se cae a pedazos, y quizás ahí reside lo más violento de la obra. “Es la doble vida, todo lo que se esconde tras la imagen, somos cuatro azafatas pero a medida que avanza la obra te vas enterando de cómo de desmorona y derrumba todo”.

  • Obra: Perras Urbanas
  • Reparto: Montserrat Lozano, Daniela Jacques-Aviño, Sandra Gaggioli y Adriana Feito.
  • Hasta el 30 de septiembre, de martes a sábado a las 21 horas, domingo a las 19.
  • Versus Teatre, Carrer de Castillejos 179
  • Reservas al 936035152 – info@versuseatre.net

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