El Museo de la Erótica de Barcelona (MEB) presenta el 23 de octubre dos nuevas salas de exposición dedicadas a dos de los más grandes artistas de la historia del arte, y más concretamente, del arte erótico, Pablo Picasso (1881-1973) y Salvador Dalí (1904-1989).
Las grandes protagonistas de la inauguración son 12 litografías de la Suite 347 de Picasso que la institución ha adquirido recientemente. El MEB amplía así su fondo de colección dedicado al artista, un fondo que ya contaba con dos grabados de la misma Suite, “Cita de Baño Turco: mujeres tomando el sol en la piscina” (1968) y “Carro romano con amazona cayéndose, mujer desnuda y espectadores” (1968).
“Al adquirir las litografías, hemos aprovechado para dedicar una única sala de exposición a Picasso y hemos reorganizado el conjunto de la colección de forma que nos permite inaugurar al tiempo otra sala dedicada a Dalí”, explica Sarah Rippert, directora del MEB. De hecho, el museo engrosó recientemente la colección dedicada al genio de Figueres con la adquisición de un grabado titulado “El Juicio de Paris” (1981).
“Si es casto, no es arte”
Pablo Picasso no es solo uno de los más grandes artistas de la historia, sino que no podríamos hablar de arte erótico sin nombrarlo. El artista exploró el sexo y la sexualidad humana de forma audaz y sin tabúes, tratando de capturar la escurridiza esencia del deseo. Su vida personal y sus múltiples relaciones amorosas se reflejan en su obra. “Somos el único Museo de historia del arte erótico de España y Cataluña y era fundamental para nosotros que dos grandes artistas como Picasso y Dalí tuvieran un espacio privilegiado, el arte erótico no se entiende sin conocer sus obras”, afirma Sarah Rippert, directora del MEB.
Litografías y grabados de la Suite 347, la más erótica del artista
La sala dedicada a Picasso se inaugura tras la reciente adquisición de 12 litografías de la Suite 347. Situada en 1968, la Suite 347 pertenece a la etapa final de Picasso y es fruto de su observación de los grandes maestros de la pintura europea de los siglos XVI al XIX. El circo, los caballeros y los mosqueteros, el desnudo femenino y las referencias artísticas vinculadas a Rafael, a El Greco, Rembrandt, Velázquez, Ingress, Delacroix, Monet o Poussin centran su temática. Pero sobre todo, la Suite 347 refleja el diálogo del artista con sus obras. Esta suite se mostró por primera vez en 1968 en la Galerie Louise Leiris de París y por su alto carácter erótico se expuso en una sala privada. Sexo, relaciones y desnudo invaden ahora las paredes del MEB invitando al deleite y la reflexión.
Dalí también tiene espacio propio en el MEB
Por otro lado, Dalí también tiene su propio espacio expositivo. Las dos grandes joyas dalinianas en el MEB son “Venus y el amor” (1971), un grabado protagonizado por una peculiar y erótica diosa del amor acompañada por Cupido, y la reciente incorporación a la colección, el grabado aguafuerte “El Juicio de Paris” (1981), claro ejemplo del surrealismo más erótico de Dalí donde se representa la mítica historia del príncipe troyano que raptó a Helena y donde destacan los desnudos de Hera, Afrodita y Atenea. En exposición, el visitante también puede disfrutar de “Las siete artes” (1980), una colección de platos de porcelana de edición limitada en la que Dalí retrata su particular visión de las siete artes.
Educación sexual y grandes genios del arte
Sexo, relaciones y desnudo invaden más que nunca las paredes del MEB invitando al deleite del visitante y también a la reflexión. De hecho, ambas salas se recorren en los diversos tours educativos organizados desde el área didáctica del museo, cuya responsable es la sexóloga del MEB, Sigrid Cervera. Cervera ha desarrollado para el museo el proyecto educativo “Arte y Sexología”: “Nuestra misión no solo está en adquirir y exponer; el MEB ha hecho una gran y singular apuesta por el estudio y la investigación desde el marco sexológico”. Cervera asegura que “pretendemos profundizar en el estudio de los sexos a través de la historia del arte erótico, así convertimos el museo no solo en un lugar en el que se exponen al público objetos y obras de interés cultural sino en un espacio en el que aprender, donde la educación sexual toma forma”.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.