El 23 de abril es siempre un día especial, es el día de Sant Jordi, el día del libro y el día de la rosa, porque un 23 de abril sin libro y sin rosas no es un 23 de abril completo.

Hagamos un poco de historia.

El 23 de abril es un día especial, un día en que grandes de la literatura, murieron, Miguel de Cervantes, Garcilaso de la Vega y William Shakespeare, y esa macabra coincidencia, convirtió el día 23 de abril, en el día perfecto para celebrar el día del libro.

La tradición del libro y de la rosa

La fiesta de Sant Jordi se celebra desde el Siglo XVI, pero es a finales del XIX, con el movimiento político y cultural de la Renaixença, cuando se instauró Sant Jordi como la festividad patriótica, cívica y cultural más celebrada en Cataluña.

Nos remontamos al año 1929, cuando el escritor Vicente Clavel propuso a la Cámara oficial del libro y el gremio de libreros de Cataluña, un día al año, con el objetivo de incentivar la lectura, que por aquel entonces se encontraba en niveles más bien bajos.

La combinación de la leyenda de Sant Jordi y la celebración del día del libro nos lleva a que el día 23 de abril, los hombres regalen a las mujeres una rosa, y la tradición marca que las Rosas Sant Jordi son de un precioso color rojo

El día de Sant Jordi, podréis encontrar libros y flores por las calles, pero si vuestra amada, se encuentra lejos, podéis seguir la tradición, y hacerle llegar una rosa roja a través del servicio de www.interflora.es

El detalle de entregar esa rosa roja a la mujer que amas, a tu hija, a tu madre o tu abuela, siempre es recibido con una sonrisa, y si la persona que recibe la rosa, está lejos, siempre podemos poner una tarjeta con Frases para Sant Jordi, para mostrarle el amor y cariño que le profesamos.

Al ser el día del libro se compran libros que se regalan a los familiares o amigos (o te compras para tú mismo), y lo habitual es verlos a ellos con un libro en la mano, y a ellas con un libro y una rosa roja.

La leyenda de Sant Jordi

Según la leyenda, la villa de Montblanc, estaba siendo aterrorizada por un malvado dragón.

El dragón se había instalado en las cercanías, y su aliento fétido contaminaba el aire y las aguas de la zona, acabando con el ganado.

El dragón, en su búsqueda de comida, se acercaba cada vez más a las murallas de la ciudad, algo que asusto a los habitantes de la villa.

Con tal de saciar el hambre de la bestia, empezaron a darle de comer, ovejas, bueyes, después caballos, pero los animales, empezaron a escasear, y el dragón, seguía asolando la zona, y por eso decidieron que debían sacrificar habitantes de la villa.

Se pusieron todos los nombres de los habitantes (incluidos el del rey y el de la princesa) y una mano inocente decidía quien sería la persona que el dragón devoraría al día siguiente.

La suerte quiso, que, el nombre de la escogida fuera el de Cleodolinda, la princesa, aquí la leyenda tiene dos versiones, la que dice que el rey entrego a su hija con valentía, y la que dice que lloró y suplicó a sus súbditos por la ella, sea como fuere, la joven salto las murallas y se dirigió hacia su destino.

Cuando el dragón vio a la princesa, avanzo hacia ella, el destino de Cleodolinda parecía sellado, pero de entre la bruma matinal, surgió un caballero montado en un caballo blanco.

El caballero llevaba una armadura reluciente y se lanzó contra la bestia, el animal, resultó gravemente herido y se sometió a la voluntad del caballero, que ato el dragón a un extremo del cinturón de la princesa.

Cleodolinda cogió el cinturón y se lo llevo ante las puertas de Montblanc, y allí, ante toda la ciudad, Sant Jordi remató a la alimaña de un golpe de lanza, el dragón, se desangró a los pies del caballero y en ese mismo instante, en el punto donde murió, creció un precioso rosal de rosas rojas.

Sant Jordi cogió una de las rosas que acababa de brotar, y se la ofreció a la princesa

El día de Sant Jordi en Cataluña

Si visitáis Cataluña, sobre todo si visitáis Barcelona un día de Sant Jordi, veréis como la magia del día os impregna el alma, pasearéis por una ciudad que se engalana, en que los hombres regalan rosas rojas a sus princesas, en que los libros, salen a la calle en busca de un lector.

Sant Jordi es un día maravilloso, en que se fomenta el amor a tu pareja, y se fomenta la cultura, por Sant Jordi, no dejes a tu pareja sin su rosa roja, y no olvidéis regalaros un buen libro, pero sobre todo, el día de Sant Jordi, disfrutad del ambiente, de las calles, del sol de la primavera y de la compañía de esa persona o personas especiales que tenéis al lado.

*Foto: Aleix Cabrera / Unplash

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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