Si ayer Lluís Rabell y Ada Colau hicieron su presentación del curso político durante las fiestas de Gràcia, esta tarde fue el turno de Oriol Junqueras (Esquerra Republicana de Catalunya) y Miquel Iceta (Partit Socialista de Catalunya).

Oriol Junqueras escogió también la Plaça de la Vila de Gràcia como escenario para mostrarse.

Convocada la prensa a las 17:30h, el líder de ERC hizo acto de presencia con un leve retraso de 15 minutos. Tras agradecer la presencia de los medios, inició una ronda de preguntas, que comenzó con una referencia a la posible reforma constitucional insinuada por PSOE y PP para abordar la temática catalana. Junqueras se mostró irónico ante esta «propuesta» y respondió con cierta sorna que «cualquier reforma de la Constitución Española no cubrirá las necesidades de los ciudadanos de Catalunya» y, apostilló, «la historia nos ha enseñado que los gobiernos españoles y los partidos españoles, tanto si son del PSOE o del PP, nunca cumplen aquello que prometen».

Interpelado por las declaraciones del candidato a la Generalitat de la CUP, Antonio Baños, en que acusaba a Artur Mas de «chantajear» a ANC y Òmnium de no convocar las elecciones del 27-S si se sumaban a la candidatura de Junts pel sí, Oriol Junqueras hizo caso omiso de las sucesivas preguntas al respecto e insistió en su respuesta, incidiendo en que estaban ante una gran oportunidad y Junts pel sí agrupaba grandes candidaturas con muchos objetivos comunes, entre ellos la independencia de Catalunya, a la vez que trabajaba con otras candidaturas, con menos coincidencias, pero igual espíritu.

Oriol Junqueras no quiso valorar las encuestas publicadas en las que se otrorgaba una mayoría absoluta a Junts pel Sí, si se unía a la CUP.

Sí reconoció, por vez primera sin ambigüedades, que Artur Mas es el candidato a la Generalitat, a pesar de que Raúl Romeva es el cabeza de lista de la candidatura conjunta. De hecho, aseguró que siempre ha sido claro a ese respecto y ha hablado «con extrema claridad» de ello.

Preguntado por la posible participación en la manifestación convocada para el 11-S, no dudó en augurar que, a pesar de los intereses que existen para que no sea así, la manifestación será un éxito, como demuestra el incremento paulatino que experimenta en los últimos años este tipo de convocatorias.

Por último, no quiso entrar a valorar el posible reparto de cargos tras el 28-S, ni hizo comentario alguno, más allá de «respetar cualquier opinión», sobre «el drama» que para algunos sectores anti-independentistas supondría una Catalunya independiente. Asimismo, negó cualquier conocimiento sobre la decisión de la Junta Electoral de pedir la retirada de TV3 y Catalunya Ràdio del logo de Junts pel sí y, por tanto, no consideró apropiado hacer ninguna valoración al respecto.

Finalizada la intervención de Junqueras, nos desplazamos a la Plaça de la Virreina, escenario elegido por Miquel Iceta para su convocatoria. Poco después de las 18h, los medios estaban congregados.

Miquel Iceta, acompañado de Jaume Collboni, presidente del grupo socialista en el ayuntamiento, inició su comparecencia loando las fiestas de Gràcia, a las que había acudido con el «pretexto» de visitar la sede del Proyecto Minerva, asociación de mujeres artistas, situada en el barrio.

Antes de admitir preguntas, hizo hincapié en que el PSC era el único partido que tenía redactado y publicado su programa electoral y que era un tema «que les preocupaba, estando a 40 días de unas elecciones». Aprovechó para cargar contra Junts pel sí, y sus precedentes dudas respecto a quien sería el presidente de la Generalitat, argumentando que la candidatura estaba al servicio de la reelección de Artur Mas, es decir, «continuar con las misma política de estos años: una política de mucho lío, de muchos recortes y de ningún avance concreto».

La primera pregunta a la que tuvo que hacer frente Iceta refería a las declaraciones de Antonio Baños y su sospecha de chantaje a ANC y Òmnium. Como es lógico, consideró que su partido no podía opinar sobre algo cuya información desconocía.

Cuando fue preguntado por la posibilidad de reforma constitucional apuntada por PSOE y PP, Iceta no dudó en considerarla la mejor opción para avanzar en pos del deseo ciudadano. Considera que se habrá de negociar mucho y bien, pero que ya hay varios partidos trabajando en esa línea (incluso el PP) y es una realidad fehaciente, a diferencia de los deseos independentistas que no explican cómo se ha de llegar a esa independencia. En su opinión, todo pasa por «Respetar las cuatro «r»: Reconocimiento a la realidad catalana, las Reglas de la limitación de competencias, los Recursos (y, por tanto, el pacto fiscal federal) y, también, la Representatividad de las comunidades en el conjunto de gobierno». Y, para esto, la reforma no ha de limitarse a aspectos territoriales, sino que se ha de usar también para mejorar la calidad del sistema democrático y blindar los derechos sociales.

El candidato del PSC, no quiso pronunciarse sobre un posible apoyo a Catalunya Sí es Pot, en caso de que ésta fuese la fuerza más votada, pero abogó por un gobierno de izquierdas en la Generalitat, no basado en «combinatorias, sino en contenidos», para lo que consideró prioritarios cuatro aspectos: la reactivación económica y crecimiento de ocupación, la defensa del Estado del Bienestar, la lucha contra la corrupción y la negociación democrática, en base a la propuesta y el debate, de la situación de Catalunya respecto al resto del estado español.

Por último, confirmó la presencia de Pedro Sánchez durante la campaña y la no participación del PSC en la manifestación por la independencia del 11-S, pero el respeto máximo de la formación al derech a expresarse de los ciudadanos.

Jaume Collboni tuvo también su cuota de protagonismo, al ser inquirido por los protocolos consistoriales de la Guardia Urbana. No dudó en defender a la Guardia Urbana y criticar los episodios ocurridos en la ciudad, atacando al ayuntamiento por «tener las ideas muy poco claras». No considera solución «ni la porra que se pide desde la derecha, ni el «buenismo» que se interpreta de algunas declaraciones que hace el gobierno de la ciudad». Según Collboni se han de implementar políticas que «aseguren la seguridad pública, el cumplimiento de las normas y la reinserción laboral de estos colectivos», sin perjudicar a los comerciantes y ciudadanos autóctonos, que cumplen las normas.

Por último, al ser preguntado por el papel de Ada Colau durante la Diada, Collboni no tuvo reparos en remarcar que la alcaldesa ha de jugar un papel institucional y no inmiscuirse en una manifestación que se ha vendido como una muestra de democracia, pero que se trata de una expresión pro-independentista, fomentada por una candidatura política, frente a la cual no todos los barceloneses están de acuerdo.

Ya saben, se augura un septiembre realmente divertido e interesante.

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